Un primer tiempo de pesadilla, donde las intermitencias, dudas e imprecisiones fueron las características del desconocido Aucas, que nunca se ubicó, obligando al rechazo de los 5.000 hinchas que desafiando al frio, concurrieron al Fortín del sur, soñando con el domingo de la resurrección. El empate 2-2 fue el bálsamo para llegar a la casa, rumiando bronce y decepción.
Competitivamente es todo lo que tiene Aucas. La lucha, solidaridad y entrega exhibidas ante el equipo ambateño, son adicionales que surgen cuando el equipo quiere seguir luchando ante la adversidad.