Han pasado 111 años (la FIFA fue fundada el 21 de mayo de 1904) y ningún ser humano, ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra, podía desentrañar un mundo subterráneo, donde pululan personajes siniestros, maléficos y tenebrosos, que sembraron la corrupción y ante la mirada impasible de los jerarcas cómplices y encubridores del mal, consolidaron un sistema detestable y degradante.

Todos los corruptos deben ir a la cárcel, porque estamos hablando de  fraude, blanqueo, enriquecimiento ilícito, cohechos, sobornos, es decir, 25 años de mafia institucionalizada.

Después de que se hiciera público el texto de la acusación completa de los EEUU contra varios miembros de FIFA y ejecutivos de compañías vinculadas al deporte, hoy hubo declaraciones del Presidente de la FEF, y más tarde,

Solo imaginarlo provoca escalofríos. Un dirigente entregándole el título a un deportista. Un atleta que sudó y compitió para ganarlo legalmente, recibe la presea más anhelada de un señor con corbata que debajo de la mesa hace negocios ilícitos y no tiene vergüenza en vender su conciencia. El negocio le ha ganado a lo que de verdad nos debería importar: el juego.