Las pinceladas de Edson Montaño y la furia de Diego Calderón determinaron el triunfo indiscutible (2-1) de SD Aucas ante un linajudo Colón FC que utilizó todas las artimañas para armar una estrategia que buscaba apenas el punto en el estadio del sur.
Desde el primer segundo Aucas mostró un fútbol solidario, mandón, solvente, rápido que dejó sin reacción ni piernas al desconcertado rival, que recibió un obsequio del infierno, cuando Marcos del Padre cometió una inexplicable infracción, protegiendo con su mano derecha un disparo que iba a su rostro.