El Lyon niega la crisis
La palabra crisis está prohibida en el entorno del Lyon, pese a que el club ha perdido buena parte del prestigio europeo atesorado en las últimas temporadas y muchas de sus opciones de clasificarse para octavos de final de la Liga de Campeones.
El presidente del séxtuple campeón de Francia, Jean-Michel Aulas, fue categórico al asegurar que "el Lyon no está en crisis", un mensaje que pareció más dirigido a sus accionistas que a los aficionados y amantes del fútbol.
Las acciones del Lyon, que desde febrero pasado fueron las primeras de un club francés en cotizar en Bolsa, cayeron un 5 por ciento tras la humillante derrota sufrida ante el Glasgow Rangers (0-3).
El Lyon es líder de su campeonato nacional y su juego sigue siendo uno de los mejores del país, pese a que la llegada de Alain Perrin al banquillo ha abierto un periodo de transición al que algunos jugadores todavía no se han adaptado.
Pero si la inercia de los seis últimos años todavía sirve para que el club sea puntero en Francia, parece que no es suficiente cuando el Lyon se mide a los mejores del continente.
Las dos goleadas recibidas en las dos primeras jornadas de la Liga de Campeones -frente al Barcelona en el Camp Nou 3-0) y ante el Rangers en Gerland (0-3)- han acabado de un plumazo con el mito del Lyon, un equipo que en los últimos años sobrevoló con suficiencia la primera fase de la competición, dando cuenta de formaciones con tanta historia como el Real Madrid.
Es cierto que, una vez que el club entraba en los partidos a vida o muerte, en octavos o cuartos de final, su falta de experiencia y de abolengo le hacían temblar y, finalmente, caer.
Pero el club iba, poco a poco, acostumbrándose a estar en la elite del fútbol europeo y este año se habían marcado, como mínimo, jugar las semifinales.
Un objetivo que ahora parece casi inalcanzable, porque al Lyon le costará superar la fase de grupos.
Para conseguirlo necesita ganar, al menos, siete puntos más que el Barcelona y el Glasgow Rangers y eso en los doce que quedan por disputar. Una tarea muy compleja.
Por eso Aulas ha comenzado ya a poner paños calientes, a rebajar la ambición de la formación. "La UEFA puede ser un desafío bueno para el futuro", afirma el presidente, que no parece ver con malos ojos el tercer puesto del grupo, el que les daría acceso a la segunda competición continental.
Cualquier cosa es buena para el mandatario siempre y cuando no se envuelva en la palabra crisis, una negación de la realidad que el encuentro ante el Glasgow convirtió en tarea casi imposible.
Nunca antes el Lyon había recibido una goleada de ese cariz en Europa y en su estadio, por lo que, pese al obstinado optimismo del presidente, la afición y la prensa francesa empiezan a hacerse preguntas.
La primera sobre la idoneidad del entrenador, un hombre que ha demostrado su valía en clubes pequeños en los que no estaba sometido a presión ni ambición, pero que nunca ha demostrado nada en un equipo grande.
Perrin suma una victoria en sus ocho partidos en Liga de Campeones, una competición que ha disputado a los mandos del Olympique de Marsella y el Lyon.
La segunda duda atañe al efectivo y, en particular, al modelo lionés impuesto por Aulas, consistente a dejar marchar a las estrellas más destacadas a cambio de millonarias indemnizaciones de traspaso que ha invertido en comprar jugadores menos mediáticos.
El sistema funcionó durante años, pero desde finales de la pasada temporada comenzó a dar inquietantes señales de agotamiento.
Éste se evidenció en Francia, donde el Lyon ganó su sexta liga gracias a la gran renta que acumuló en la primera parte del año y que sirvió para ocultar una mediocre segunda vuelta.
Pero también se dejó ver en Europa, donde incluidos los dos partidos de esta temporada, el Lyon acumula seis encuentros sin victoria y cuatro sin lograr un tanto.
Elementos todos ellos que dificultan la cruzada de Aulas para tapar la palabra crisis. EFE
El presidente del séxtuple campeón de Francia, Jean-Michel Aulas, fue categórico al asegurar que "el Lyon no está en crisis", un mensaje que pareció más dirigido a sus accionistas que a los aficionados y amantes del fútbol.
Las acciones del Lyon, que desde febrero pasado fueron las primeras de un club francés en cotizar en Bolsa, cayeron un 5 por ciento tras la humillante derrota sufrida ante el Glasgow Rangers (0-3).
El Lyon es líder de su campeonato nacional y su juego sigue siendo uno de los mejores del país, pese a que la llegada de Alain Perrin al banquillo ha abierto un periodo de transición al que algunos jugadores todavía no se han adaptado.
Pero si la inercia de los seis últimos años todavía sirve para que el club sea puntero en Francia, parece que no es suficiente cuando el Lyon se mide a los mejores del continente.
Las dos goleadas recibidas en las dos primeras jornadas de la Liga de Campeones -frente al Barcelona en el Camp Nou 3-0) y ante el Rangers en Gerland (0-3)- han acabado de un plumazo con el mito del Lyon, un equipo que en los últimos años sobrevoló con suficiencia la primera fase de la competición, dando cuenta de formaciones con tanta historia como el Real Madrid.
Es cierto que, una vez que el club entraba en los partidos a vida o muerte, en octavos o cuartos de final, su falta de experiencia y de abolengo le hacían temblar y, finalmente, caer.
Pero el club iba, poco a poco, acostumbrándose a estar en la elite del fútbol europeo y este año se habían marcado, como mínimo, jugar las semifinales.
Un objetivo que ahora parece casi inalcanzable, porque al Lyon le costará superar la fase de grupos.
Para conseguirlo necesita ganar, al menos, siete puntos más que el Barcelona y el Glasgow Rangers y eso en los doce que quedan por disputar. Una tarea muy compleja.
Por eso Aulas ha comenzado ya a poner paños calientes, a rebajar la ambición de la formación. "La UEFA puede ser un desafío bueno para el futuro", afirma el presidente, que no parece ver con malos ojos el tercer puesto del grupo, el que les daría acceso a la segunda competición continental.
Cualquier cosa es buena para el mandatario siempre y cuando no se envuelva en la palabra crisis, una negación de la realidad que el encuentro ante el Glasgow convirtió en tarea casi imposible.
Nunca antes el Lyon había recibido una goleada de ese cariz en Europa y en su estadio, por lo que, pese al obstinado optimismo del presidente, la afición y la prensa francesa empiezan a hacerse preguntas.
La primera sobre la idoneidad del entrenador, un hombre que ha demostrado su valía en clubes pequeños en los que no estaba sometido a presión ni ambición, pero que nunca ha demostrado nada en un equipo grande.
Perrin suma una victoria en sus ocho partidos en Liga de Campeones, una competición que ha disputado a los mandos del Olympique de Marsella y el Lyon.
La segunda duda atañe al efectivo y, en particular, al modelo lionés impuesto por Aulas, consistente a dejar marchar a las estrellas más destacadas a cambio de millonarias indemnizaciones de traspaso que ha invertido en comprar jugadores menos mediáticos.
El sistema funcionó durante años, pero desde finales de la pasada temporada comenzó a dar inquietantes señales de agotamiento.
Éste se evidenció en Francia, donde el Lyon ganó su sexta liga gracias a la gran renta que acumuló en la primera parte del año y que sirvió para ocultar una mediocre segunda vuelta.
Pero también se dejó ver en Europa, donde incluidos los dos partidos de esta temporada, el Lyon acumula seis encuentros sin victoria y cuatro sin lograr un tanto.
Elementos todos ellos que dificultan la cruzada de Aulas para tapar la palabra crisis. EFE