Estados Unidos fue un campeón merecido y México salvó el honor
La selección de Estados Unidos logró con todo el merecimiento su segundo título consecutivo de la Copa Oro y el cuarto en las nueve ediciones que se han disputado después de vencer por 2-1 en la final al combinado nacional de México, que jugó su mejor partido del torneo de la CONCACAF.
México, que había llegado a la final con todas las interrogantes sobre su fútbol, esta vez mostró ritmo, buen toque de balón y un estilo definido de juego, pero se encontró con el mejor equipo del torneo, que fue Estados Unidos, y al final no pudo conseguir el título, pero sí salvó el honor.
Sin embargo, ambos equipos quedaron marcados con las dudas sobre la manera como los árbitros pitaron los partidos en los que participaron, dejando dudas de que la final era la "anunciada y deseada" por la organización de la CONCACAF.
Mientras ese debate queda abierto, la final no defraudó a nadie ni en su juego, ni en la emoción ni en su desenlace, que una vez más fue favorable a Estados Unidos.
Un título que nadie cuestiona y hasta los jugadores mexicanos, en una gran demostración de deportividad, reconocieron que fue merecido.
"Ellos se merecieron el triunfo y ser el equipo número uno de la CONCACAF", declaró el delantero mexicano Cuauhtémoc Blanco, que a partir del próximo mes de julio jugará en la Liga Profesional de Estados Unidos (MLS) con el Fire de Chicago. "Jugaron bien y aunque nosotros tuvimos oportunidades de ganar no las supimos aprovechar".
La visión de Blanco del partido fue la que tuvieron el resto de los jugadores de México, mientras que el seleccionador Hugo Sánchez también defendió la "buena imagen" que había dado su equipo para reforzar la validez el proyecto que quiere desarrollar.
"Esta vez la derrota no es dolorosa cuando se hacen bien las cosas en el campo, el equipo se mostró superior al del comienzo del torneo y eso es lo que cuenta", destacó Sánchez.
El seleccionador de la 'tricolor' recordó que el objetivo trazado por su equipo había sido llegar a la final y ganar el torneo, pero habían tenido que superar muchas "adversidades" durante la competición y ahora la experiencia la iban a utilizar en la Copa América.
"La diferencia en el partido de la final fue que Estados Unidos supo aprovechar las oportunidades que tuvo de marcar un gol más que nosotros", valoró Sánchez. "Estados Unidos fue más eficaz y también la suerte de su lado en el factor de las jugadas dudosas".
Si México se sentía triste por la derrota, pero satisfecho por haber salvado su imagen de equipo que sabe jugar al fútbol, Estados Unidos festejaba que cada vez es una selección más consolidada y potente.
"El triunfo no sólo fue importante por conseguirlo ante México sino la forma como remontamos un marcador adverso y luchamos en el campo", declaró Bob Bradley, seleccionador de Estados Unidos, que al igual que Sánchez hizo su debut en la Copa Oro. "No somos gigantes de la CONCACAF, simplemente un equipo campeón".
Bradley, que desde que se hizo cargo del equipo en diciembre para sustituir a Bruce Arena tiene marca de 10 triunfos y un empate, sin conocer la derrota, destacó que la clave del triunfo estuvo en los goles de Landon Donovan y Beny Feilhaber, pero también en la gran confianza que todo el equipo mostró durante el torneo.
"Hablamos en el medio tiempo de cómo teníamos que reaccionar, lo hicimos y dimos un paso importante en la manera de ser un equipo que ha aprendido a ganar de diferentes maneras y rivales", subrayó Bradley.
Si Estados Unidos y México, que tienen ahora cuatro títulos cada uno, con Canadá como el otro país que ha logrado ser campeón en el torneo, cumplieron los pronósticos, la revelación de la novena edición de la Copa Oro fue la selección de Isla Guadalupe, que llegó por primera vez como invitada y alcanzó las semifinales.
Guadalupe sorprendió con un fútbol moderno basado en el poder físico, buen toque de balón y lucha constante, que le permitió alcanzar las semifinales, que perdió por 1-0 frente a México.
Canadá también hizo un buen torneo al llegar a las semifinales que perdió por 2-1 frente a Estados Unidos, aunque se mereció mejor suerte por su fútbol y rendimiento en el campo, pero el árbitro mexicano Armando Archundia, no les permitió la oportunidad de tener cuando menos 30 minutos más de la prórroga para ver si podían conseguir la victoria, al anularles un gol legal.
Panamá fue sin discusión la mejor selección centroamericana y la que más salió perjudicada por los polémicos arbitrajes. El equipo canalero llegó a los cuartos de final para enfrentarse a Estados Unidos y perdió por 2-1 con otro polémico penalti pitado a favor del equipo de las "barras y las estrellas".
Sin embargo, el equipo dirigido por el brasileño Alexandre Guimaraes demostró que sigue creciendo futbolísticamente de manera positiva.
Honduras también mostró detalles de ir por el buen camino bajo la dirección del técnico colombiano Reinaldo Rueda y de no haberse confiado en los cuartos ante Guadalupe tal vez hubiese generado la gran sorpresa del torneo en un segundo duelo contra México, al que ganó en la primer ronda por 2-1.
Costa Rica, no jugó bien, pero fue de menos a más y en el partido de cuartos de final ante México tuvo la oportunidad de lograr su pase a las semifinales.
Del resto de las selecciones, incluidas la de El Salvador y Guatemala, Haití y Cuba, fue esta última la que mostró que está haciendo más progresos con su fútbol al que le sigue faltando técnica, pero en el plano físico dieron toda una exhibición de poder en el campo.
Al final tampoco pudieron faltar las deserciones del equipo cubano con el veterano Lester Moré, que pidió quedó en Houston para luego viajar a Miami y pedir asilo político y la joven promesa Osvaldo Alonso, que abandonó al equipo antillano en Nueva Jersey.
México, que había llegado a la final con todas las interrogantes sobre su fútbol, esta vez mostró ritmo, buen toque de balón y un estilo definido de juego, pero se encontró con el mejor equipo del torneo, que fue Estados Unidos, y al final no pudo conseguir el título, pero sí salvó el honor.
Sin embargo, ambos equipos quedaron marcados con las dudas sobre la manera como los árbitros pitaron los partidos en los que participaron, dejando dudas de que la final era la "anunciada y deseada" por la organización de la CONCACAF.
Mientras ese debate queda abierto, la final no defraudó a nadie ni en su juego, ni en la emoción ni en su desenlace, que una vez más fue favorable a Estados Unidos.
Un título que nadie cuestiona y hasta los jugadores mexicanos, en una gran demostración de deportividad, reconocieron que fue merecido.
"Ellos se merecieron el triunfo y ser el equipo número uno de la CONCACAF", declaró el delantero mexicano Cuauhtémoc Blanco, que a partir del próximo mes de julio jugará en la Liga Profesional de Estados Unidos (MLS) con el Fire de Chicago. "Jugaron bien y aunque nosotros tuvimos oportunidades de ganar no las supimos aprovechar".
La visión de Blanco del partido fue la que tuvieron el resto de los jugadores de México, mientras que el seleccionador Hugo Sánchez también defendió la "buena imagen" que había dado su equipo para reforzar la validez el proyecto que quiere desarrollar.
"Esta vez la derrota no es dolorosa cuando se hacen bien las cosas en el campo, el equipo se mostró superior al del comienzo del torneo y eso es lo que cuenta", destacó Sánchez.
El seleccionador de la 'tricolor' recordó que el objetivo trazado por su equipo había sido llegar a la final y ganar el torneo, pero habían tenido que superar muchas "adversidades" durante la competición y ahora la experiencia la iban a utilizar en la Copa América.
"La diferencia en el partido de la final fue que Estados Unidos supo aprovechar las oportunidades que tuvo de marcar un gol más que nosotros", valoró Sánchez. "Estados Unidos fue más eficaz y también la suerte de su lado en el factor de las jugadas dudosas".
Si México se sentía triste por la derrota, pero satisfecho por haber salvado su imagen de equipo que sabe jugar al fútbol, Estados Unidos festejaba que cada vez es una selección más consolidada y potente.
"El triunfo no sólo fue importante por conseguirlo ante México sino la forma como remontamos un marcador adverso y luchamos en el campo", declaró Bob Bradley, seleccionador de Estados Unidos, que al igual que Sánchez hizo su debut en la Copa Oro. "No somos gigantes de la CONCACAF, simplemente un equipo campeón".
Bradley, que desde que se hizo cargo del equipo en diciembre para sustituir a Bruce Arena tiene marca de 10 triunfos y un empate, sin conocer la derrota, destacó que la clave del triunfo estuvo en los goles de Landon Donovan y Beny Feilhaber, pero también en la gran confianza que todo el equipo mostró durante el torneo.
"Hablamos en el medio tiempo de cómo teníamos que reaccionar, lo hicimos y dimos un paso importante en la manera de ser un equipo que ha aprendido a ganar de diferentes maneras y rivales", subrayó Bradley.
Si Estados Unidos y México, que tienen ahora cuatro títulos cada uno, con Canadá como el otro país que ha logrado ser campeón en el torneo, cumplieron los pronósticos, la revelación de la novena edición de la Copa Oro fue la selección de Isla Guadalupe, que llegó por primera vez como invitada y alcanzó las semifinales.
Guadalupe sorprendió con un fútbol moderno basado en el poder físico, buen toque de balón y lucha constante, que le permitió alcanzar las semifinales, que perdió por 1-0 frente a México.
Canadá también hizo un buen torneo al llegar a las semifinales que perdió por 2-1 frente a Estados Unidos, aunque se mereció mejor suerte por su fútbol y rendimiento en el campo, pero el árbitro mexicano Armando Archundia, no les permitió la oportunidad de tener cuando menos 30 minutos más de la prórroga para ver si podían conseguir la victoria, al anularles un gol legal.
Panamá fue sin discusión la mejor selección centroamericana y la que más salió perjudicada por los polémicos arbitrajes. El equipo canalero llegó a los cuartos de final para enfrentarse a Estados Unidos y perdió por 2-1 con otro polémico penalti pitado a favor del equipo de las "barras y las estrellas".
Sin embargo, el equipo dirigido por el brasileño Alexandre Guimaraes demostró que sigue creciendo futbolísticamente de manera positiva.
Honduras también mostró detalles de ir por el buen camino bajo la dirección del técnico colombiano Reinaldo Rueda y de no haberse confiado en los cuartos ante Guadalupe tal vez hubiese generado la gran sorpresa del torneo en un segundo duelo contra México, al que ganó en la primer ronda por 2-1.
Costa Rica, no jugó bien, pero fue de menos a más y en el partido de cuartos de final ante México tuvo la oportunidad de lograr su pase a las semifinales.
Del resto de las selecciones, incluidas la de El Salvador y Guatemala, Haití y Cuba, fue esta última la que mostró que está haciendo más progresos con su fútbol al que le sigue faltando técnica, pero en el plano físico dieron toda una exhibición de poder en el campo.
Al final tampoco pudieron faltar las deserciones del equipo cubano con el veterano Lester Moré, que pidió quedó en Houston para luego viajar a Miami y pedir asilo político y la joven promesa Osvaldo Alonso, que abandonó al equipo antillano en Nueva Jersey.