Comienza el año más decisivo para la Pekín Olímpica.

Enviado por carlosefrain el Mié, 08/08/2007 - 08:51
 La cuenta atrás del gran reloj de Tiananmen marca hoy 365 días para los JJOO: comienza uno de los años más decisivos de la historia para Pekín, que, en un bosque de grúas y contaminación, se afana para que todo esté listo a tiempo y China logre organizar los mejores Juegos de la era moderna.

Desde que en 2001 fuera elegida sede olímpica, la ciudad ha ido ultimando los preparativos, de forma lenta y silenciosa en los primeros años y frenéticamente en la actualidad.

Todo parece girar en torno a la cita deportiva, desde los simulacros terroristas de la policía hasta las campañas cívicas para que los pequineses no salten las colas ni escupan. La ciudad está invadida de logos olímpicos y relojes que marcan la cuenta atrás, mientras se construyen rascacielos y se destruyen barrios antiguos.

Después de los nervios que hubo en Atenas 2004, donde los estadios no se terminaron hasta última hora, Pekín se propuso no repetir el error y ya tiene casi finalizadas todas las 20 nuevas instalaciones deportivas.

Los Juegos ya se han construido una imagen muy nítida, con grandes símbolos arquitectónicos (el estadio de atletismo, conocido como "el Nido") y detalles orientalistas que van desde el emblema olímpico, que imita a los antiguos sellos de los calígrafos, a las cinco mascotas, llenas de simbología tradicional.

Técnicos de todo el mundo en informática, cronometraje de carreras, telecomunicaciones o logística ultiman los cientos de detalles que rodean al mayor evento deportivo del planeta.

Ahí es donde comienzan las primeras inquietudes, ya que muchos de ellos reconocen la dificultad de coordinarse bien e incluso entenderse con sus colegas chinos.

"Además del problema del idioma, está la burocracia. Cuando haya un problema o imprevisto, nunca estará delante el que lo puede resolver, sino un subalterno, que no actúa si no es siguiendo órdenes", se quejó una española que trabaja optimizando sistemas informáticos para el Comité Organizador.

El Comité Olímpico Internacional (COI), algo preocupado por esta descoordinación en su fuero interno, asegura si embargo públicamente que en Pekín todo estará listo a tiempo y habrá éxito organizativo, aunque reconocen que queda mucho por resolver.

Las mayores preocupaciones giran en torno al tráfico y la contaminación, los dos grandes males de Pekín, que, como el resto de China, ha crecido demasiado rápido y de forma un tanto caótica.

Este verano, como casi todos, la capital está envuelta en una gris y húmeda capa de polución a la que contribuyen en gran parte el polvo de las obras y el humo de los 3 millones de automóviles que circulan por la ciudad.

El mismo presidente del COI, Jacques Rogge, reconoció hoy la gravedad de la polución en Pekín, y dejó entrever que podría causar demoras en la celebración de pruebas deportivas.

"En deportes de resistencia como ciclismo, en los que hay que competir durante seis horas, podría posponerse a otro día", reconoció el alto cargo.

Pekín reconoce estos problemas, y, a falta de tiempo para resolverlos de verdad, tendrá que recurrir a soluciones a corto plazo: para reducir el tráfico prohibirá la circulación de un tercio de los autos en agosto de 2008, e intentará conseguir cielos azules bombardeando las nubes con yoduro de plata y provocando así lluvia artificial.

Una parte muy importante de los preparativos son las campañas de civismo, ya que, en la "jungla de asfalto" que es Pekín, la gente suele mostrar un comportamiento algo rudo con el prójimo.

Los consejos del alcalde, Wang Qishan, que criticó en numerosas ocasiones la rudeza de sus conciudadanos, parecen surtir efecto, y en los últimos meses ya se comienzan a ver vagones en los que la gente no empuja para entrar, y pequineses haciendo colas.

Pese a humos, atascos y rudezas, el principal quebradero de cabeza para el BOCOG quizá no esté en la ciudad, sino fuera del país, donde todo tipo de organizaciones usan los JJOO para criticar constantemente a Pekín y las violaciones de derechos humanos en China.

A medida que se acerca la fecha mágica para el inicio de los Juegos, el 8 del mes 8 de 2008, arrecian las protestas, y sólo esta semana, activistas de Reporteros Sin Fronteras (RSF) y Estudiantes por un Tíbet Libre lograron burlar la seguridad y protestar en dos lugares emblemáticos, la Gran Muralla y la sede del BOCOG.

En Hollywood, artistas como Steven Spielberg, George Clooney o Mia Farrow ya han enarbolado la bandera de los derechos humanos para criticar a China por apoyar al Gobierno de Sudán, llegando a pedir -en el caso de la ex de Woody Allen- hasta el boicot contra los JJOO.

Otro problema político para Pekín 2008 lo ha creado algo aparentemente tan inocente como el relevo de la antorcha, ya que el BOCOG quiere que pase por la isla de Taiwán pero el gobierno de ese país, independentista, se muestra reacio a ello. EFE

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