Ecuador es de oro.
Con una majestuosa ceremonia llevada a cabo en el histórico estadio Maracaná, se clausuraron los decimoquintos Juegos Panamericanos. Durante 18 días la fiesta del deporte se instaló en la fabulosa ciudad de Río de Janeiro, dejando una huella imborrable y el criterio generalizado, de que estos fueron los mejores juegos de la historia, por la impecable organización y por los resultados que se alcanzaron.
Para Ecuador, estos juegos significaron la mejor participación en toda su historia. El balance en el número de medallas conseguidas, así lo acredita, cinco preseas de oro, cuatro de plata y diez de bronce, una actuación sin precedentes. Solo basta recordar, que en todas las participaciones anteriores habíamos cosechado quince medallas de oro, en toda la historia.
Considero que no cabe únicamente realizar un balance por los metales conseguidos, es importante analizar y ponderar los éxitos alcanzados que han bañado en oro a nuestros deportistas.
Alexandra Escobar, en halterofilia, demostró su gran categoría, batió el record Panamericano en ocho oportunidades antes de colgarse el oro en el pecho. Sin duda una actuación sensacional que le permitió consagrase a nivel internacional. Alexandra es el producto de un proceso y un trabajo planificado que no conoce limites y que con el apoyo y respaldo necesario seguirá brindando este tipo de alegrías al país.
La disciplina de la halterofilia ha sido generosa para nuestros deportistas. Río de Janeiro fue el escenario para ratificar la potencia de nuestros desistas. Una vez más Seledina Nieves, logró una medalla de oro y con todos los meritos y autoridad.
La tercera de oro, fue para el gran Jefferson Pérez, en los 20 km. Marcha, el andarín ecuatoriano ratificó su clase y dejó en claro que en ese nivel es casi invencible. Esta fue la tercera medalla Panamericana en sus participaciones y la logró con sobra de merecimientos. Lamentablemente Jefferson anunció que esta fue su última intervención en estos juegos. Gracias Jeff por todo el esfuerzo y capacidad, además de todo el amor, por nuestro país, que puso de manifiesto en cada competencia. En los Panamericanos su nombre tiene un sitio preferencial.
El fútbol, es casi el deporte nacional para los ecuatorianos. La selección sub-18 viajo a estas competencias sin ningún crédito. La verdad es que nadie apostaba un centavo por este seleccionado que había tenido muy poco tiempo de preparación. La conducción técnica se le encargo a Sixto Vizuete, un entrenador de divisiones formativas, poco conocido, sumergido en un trabajo silencioso en el campo amateur. El equipo se estructuró con algunos "sobrevivientes" del fracaso del Torneo Sudamericano Sub-17 del que fuimos anfitriones. Otro grupo de jugadores, menores de 18 años, que gracias a la reforma del reglamento del Campeonato de primera división, pese a la contrariedad y disgusto de algunos entrenadores que se ven obligados a ponerlos al menos 30 minutos, se pudieron "mostrar" y tener una oportunidad real de demostrar su capacidad, más tres elementos del campo amateur, y el aporte de los experimentados Edmundo Zura, que fue la gran figura, y del arquero Máximo Banguera, consolidaron un equipo de Oro. La convencer a victoria ante Brasil, en el mítico estadio Maracaná ante cincuenta mil personas, fue toda una hazaña que días después en la final ante Jamaica terminaron de propios y extraños. Sin duda es el éxito más grande del fútbol ecuatoriano, y ese mérito les corresponde exclusivamente a ese grupo de "carasucias" que nos hicieron emocionar hasta las lagrimas y a su entrenador que aposto al todo y nada y que se ha ganado el derecho para continuar con su labor en la Federación ecuatoriana de Fútbol. Ese 27 de Julio con esa medalla de oro, Ecuador toco el cielo con las manos.
La quinta y última medalla fue para Xavier Moreno, luego de 3 horas y 58 minutos, que esfuerzo, que corazón, este muchacho humilde, que no conoce límites, terminó con la hegemonía de los marchistas mexicanos y en una final de infarto se baño de oro en los 50 Km.
Así concluyeron estos Juegos Panamericanos. Ecuador se ubicó en el décimo primer lugar entre 42 países participantes. Histórico para nuestro pequeño país. De aquí en adelante quedan cuatro años para la próxima cita en Guadalajara, tiempo suficiente para continuar con la labor en la preparación de nuestros deportistas, que la unión sea la base sólida para cimentar un deporte más fuerte. Materia prima queda demostrado que si existe. La palabra y la responsabilidad es para ustedes señores dirigentes.
Roberto Omar Machado