Pugilistas de la República Dominicana, Brasil, Ecuador y Cuba avanzaron hoy a las semifinales y con ello aseguraron una medalla en la división de los 75 kilos en el boxeo de los Juegos Panamericanos de Río de Janeiro 2007.

Argenis Núñez, de la República Dominicana, superó por un amplio margen, de 15 puntos a 6, al haitiano Wilky Campfort, pero se ganó la inquina del público cuando en el cuarto asalto, le dio por burlarse de su rival.

Núñez comenzó a bailar al estilo de Mohamed Alí alrededor de Campfort, al tiempo que le sacaba la lengua y hacía otros gestos que provocaron desde las gradas una ola de silbidos de repudio.

El haitiano, muy inferior técnicamente a su rival, merecía respeto porque tuvo un comportamiento noble en el ring, según comentaron a Efe algunos espectadores.

La actitud localista de los jueces también se hizo evidente en la estrecha victoria del local Glaucelio Abreu, por 13-12, sobre Clarence Joseph, de Islas Vírgenes, a quien no le contabilizaron todos los golpes y que, cuando terminó el combate, pensando que era el ganador, levantó los brazos en gesto triunfal.

El público, sin embargo, estaba pendiente sólo de ovacionar a Abreu, tercer púgil local que ya ha asegurado un podio en el deporte de los puños.

Fue difícil, él metía la cabeza, pero estoy feliz de haber ganado y tener ya una medalla, dijo después el brasileño, que añadió que en su opinión, su superioridad fue más de lo que indicaba el resultado oficial.

Mis metas son ir paso a paso, ahora debo concentrarme en pasar a la final y cuando lo haga, pensaré en el oro, indicó Glaucelio.

Quien no tuvo problemas para avanzar fue el ecuatoriano Carlos Gángora, claro vencedor del venezolano Alfonso Blanco, por 20 puntos a 6.

Gángora fue superior durante toda la pelea, incluso cuando en el tercer asalto Blanco salió decidido a todo para acortar su desventaja, pero el ecuatoriano, con reflejos de lujo, rapidez de piernas y elegancia en las fintas, hizo recordar que en sus primeros tiempos el boxeo fue llamado el arte de la defensa propia.

El púgil ecuatoriano, en cuya opinión su tarea en los Juegos no ha terminado, porque quiero ganar la final, tendrá sin embargo que hacer gala de todas sus virtudes para lograr tal objetivo, pues su rival de semifinales será el cubano Emilio Correa.

El isleño, lo mismo que sus compatriotas que habían subido al ring hasta ese momento, se dio un festín a costa del mexicano Marco Peribán, al que propinó una derrota de 34-10, puntuación que se ajusta a lo presenciado en el ring.

Peribán, triste por el regreso anticipado a su país, atribuyó su temprana eliminación a los caprichos del sorteo, pues si me hubiese tocado cualquiera de la otra llave ya tendría una medalla segura.

En las semifinales del próximo miércoles se enfrentarán, además de Gángora con Correa, el dominicano Núñez con el brasileño Abreu; los ganadores irán a la final tras el oro y los perdedores se consolaran con una medalla de bronce.