Río 2007: Cuba fue el rey del torneo de béisbol, pero de forma diferente.
Cuba ganó hoy su décimo título consecutivo de béisbol en los Juegos Panamericanos, pero lo hizo de una manera diferente, con dependencia de los lanzadores y de la estrategia más que de la ofensiva potente que ahora no funcionó.
Desde que vencieron en Cali'71, los caribeños han ganado 10 veces seguidas pero siempre los protagonistas del equipo han sido bateadores de fuerza como Armando Capiró, Pedro José Rodríguez, y Orestes Kindelán.
Ahora fue distinto y si bien una de las figuras del partido decisivo fue el jonronero Yulieski Gurriel, la causa de su buena actuación no fueron un par de cuadrangulares sino un efectivo toque de bola clave para las dos carreras decisivas en la tercera entrada.
Cuando no salen los grandes batazos, hay que forzar; los terrenos donde jugamos no eran buenos para batear y por eso sacamos provecho de la velocidad, explicó Rey Anglada, el manejador del equipo Cuba, que excepto cuando apaleó 8-1 a México, siempre tuvo partidos muy duros.
Cuba y Estados Unidos fueron los finalistas justos porque jugaron el mejor béisbol, México fue la decepción y Brasil el que puso la alegría porque sin peloteros de mucho nivel, estuvieron a punto de ganar medalla.
La gran figura de los cubanos fue el zurdo Adiel Palma, un pitcher con buena bola recta y venenosos lanzamientos de rompimiento con los que derrotó a México y Estados Unidos.
De los estadounidenses hay que destacar su buena condición atlética; deportistas jóvenes con talento para llegar a Grandes Ligas perdieron con honor ante los campeones olímpicos y dejaron buena impresión por su buen bateo, con robos de bases, jugadas de bateo y corrido, aunque no sobresalieron por la fuerza.
México ocupó los titulares más por la decisión de sus jugadores de abandonar la villa para irse a un hotel que por el buen juego; perdieron con Cuba 1-8, necesitaron 10 entradas para imponerse al peor equipo del campeonato, Venezuela y sólo explotaron a la ofensiva frente a Panamá.
Los mexicanos asistieron con muchas figuras de nombre, sin embargo, hicieron poco, con errores en lances fáciles y cero creatividad por parte del manejador Vinicio Castilla, quien reconoció haber cambiado tarde a los lanzadores.
Otra cosa fue Brasil, un equipo de juego agradable con pitcheo y defensa segura; los brasileños tuvieron la oportunidad de vencer a Estados Unidos en preliminares, pero un corrido ingenuo de Ronaldo Ono mató una rebelión en la novena entrada y la selección fue eliminada.
Fue un torneo accidentado en un campo sin drenaje y en malas condiciones, cuyo calendario fue cambiado varias veces y que se quedó sin partido por la medalla de bronce porque el tercer lugar se lo repartieron entre México y Venezuela.
República Dominicana hizo poco por trascender, Panamá tuvo como mérito vencer a Cuba y Venezuela fue el peor equipo del certamen, con tres derrotas en igual número de apariciones.
Fue un torneo diferente pero con el mismo resultado. Cuba venció a Estados Unidos en la final y ganó la medalla de oro.