Arianna Herrera y la dura mutación del voleibol al ciclismo
La ciclista cubana Arianna Herrera es un caso de deportista polifacética, ya que pasó de practicar el voleibol a ser una de las mejores ciclistas en la especialidad de velocidad en pista de su país, aunque esa mutación deportiva le supuso un sacrificio notable.
Herrera aseguró hoy a Efe, momentos antes de competir, que su llegada al ciclismo de competición fue "una casualidad", pues hace seis años era jugadora de voleibol y se había volcado en llegar lo más lejos posible en este deporte.
"Un día cogí la bicicleta y me sentí bien, en paz, percibí que ese era mi verdadero camino. Estaba empeñada en llegar lejos en el voleibol, pero pensé que tal vez me estaba equivocando y cambié de deporte así, de un día para otro", aseguró.
"Fue muy duro porque el voleibol y la bicicleta no tienen absolutamente nada que ver, aquí no se salta, se necesitan unas características físicas totalmente diferentes, casi opuestas", precisó la corredora que ganó hace un año la velocidad del torneo de ciclismo de la III Olimpiada Cubana.
"Me costó muchísimo trabajo adquirir un buen nivel, prácticamente tuve que cambiar mi cuerpo", dijo la ciclista cubana que presenta un aspecto físico que se asemeja muchísimo al de las velocistas de atletismo.
Herrera pasó de precisar agilidad para saltar a tener que adquirir músculo para conseguir "gobernar" los desarrollos brutales que se mueven en la velocidad de pista, pero acabó rentabilizando su "enorme esfuerzo".
La corredora de color, de 20 años, era una de las mejores opciones para otorgar a su país un oro en los Panamericanos de Río en la prueba de velocidad femenina y disputó, con ese cartel de favorita, la semifinal ante la colombiana Diana García, una rival de mucha clase que en la segunda serie remontó y doblegó a Herrera en los metros finales.
Las pruebas de ciclismo de los Juegos Panamericanos de Río 2007 tienen lugar en el Velódromo de la Barra, que fue inaugurado el pasado miércoles con una exhibición a cargo de la selección brasileña.
Herrera aseguró hoy a Efe, momentos antes de competir, que su llegada al ciclismo de competición fue "una casualidad", pues hace seis años era jugadora de voleibol y se había volcado en llegar lo más lejos posible en este deporte.
"Un día cogí la bicicleta y me sentí bien, en paz, percibí que ese era mi verdadero camino. Estaba empeñada en llegar lejos en el voleibol, pero pensé que tal vez me estaba equivocando y cambié de deporte así, de un día para otro", aseguró.
"Fue muy duro porque el voleibol y la bicicleta no tienen absolutamente nada que ver, aquí no se salta, se necesitan unas características físicas totalmente diferentes, casi opuestas", precisó la corredora que ganó hace un año la velocidad del torneo de ciclismo de la III Olimpiada Cubana.
"Me costó muchísimo trabajo adquirir un buen nivel, prácticamente tuve que cambiar mi cuerpo", dijo la ciclista cubana que presenta un aspecto físico que se asemeja muchísimo al de las velocistas de atletismo.
Herrera pasó de precisar agilidad para saltar a tener que adquirir músculo para conseguir "gobernar" los desarrollos brutales que se mueven en la velocidad de pista, pero acabó rentabilizando su "enorme esfuerzo".
La corredora de color, de 20 años, era una de las mejores opciones para otorgar a su país un oro en los Panamericanos de Río en la prueba de velocidad femenina y disputó, con ese cartel de favorita, la semifinal ante la colombiana Diana García, una rival de mucha clase que en la segunda serie remontó y doblegó a Herrera en los metros finales.
Las pruebas de ciclismo de los Juegos Panamericanos de Río 2007 tienen lugar en el Velódromo de la Barra, que fue inaugurado el pasado miércoles con una exhibición a cargo de la selección brasileña.