Diogo, un brasileño de oro que tiene por arma su amor al deporte

Enviado por bielo el Dom, 15/07/2007 - 17:25
En el barrio humilde donde nació y se crió Diogo Silva, el primer brasileño que conquista una medalla de oro en los XV Juegos Panamericanos, el que tenía un arma era "una referencia" para el resto de la comunidad.

Desde que comenzó a practicar taekwondo, Diogo André Silvestre da Silva, de 25 años, asumió el papel de referencia en "Jardim da Roseira" y las comunidades vecinas porque enseñó a sus vecinos que "la mejor arma que alguien puede tener es el amor al deporte".

Por culpa de ese amor que no le deja, Silva no ve desde hace seis meses a su madre y a otros de sus familiares les dejó de frecuentar hace más de un año.

El sacrificio vale la pena porque con el mismo deben nacer los buenos modelos que, a juicio del luchador brasileño, tanto hacen falta a su país.

"Brasil necesita muchos puntos de referencia y esta conquista de hoy puede servir para que los brasileños inviertan más en el deporte", expresó hoy emocionado el joven, que fuera de los tatamis mantiene una lucha personal en favor de causas sociales relacionadas con la igualdad racial y el rescate de las jóvenes tentados por la violencia y el vicio.

En su corta carrera, Silva acumula una medalla de bronce en los Juegos Panamericanos de Santo Domingo 2003, dos oros en las ediciones de los Juegos Suramericanos (2002 y 2006), el honor de ser el primer brasileño con medalla de oro en el circuito europeo (Abierto de Bélgica 2006) y el que era hasta hoy su mejor conquista: el cuarto puesto en Atenas 2004.

"El taekwondo es mi vida. Fue por esta causa que dejé las calles y me entregué al deporte", manifestó hoy con viva emoción al derrotar en la final de los 68 kilos al estadounidense nacionalizado peruano Peter López.

La victoria puso fin a lo que parecía una condena del taekwondo al brasileño, que solo le dejaba el gusto agridulce de llegar a las semifinales.

Así ocurrió con la medalla de bronce en los Panamericanos de 2003 y con el cuarto puesto en los Olímpicos de Atenas.

"La ansiedad de querer más no me dejaba avanzar. Después entendí que necesitaba un cambio de adentro para afuera, más que de afuera para adentro", manifestó durante una conferencia de prensa.

Silva, nacido el 7 de marzo en São Sebastião, municipio del interior de Sao Paulo, considera que su lucha no ha terminado con la medalla que incentiva hoy la ambición de triunfo de sus compatriotas.

"Esa medalla es el resultado de un trabajo arduo, de muchas dedicaciones y muchísimas privaciones. Es una conquista personal y profesional muy grande", afirmó con voz entrecortada mientras corría arropado por la bandera de Brasil.