Botero sigue siendo garantía de éxito y Niño completa la alegría de Colombia
El colombiano Santiago Botero es aún sinónimo de triunfo en la contrarreloj, ya que hoy cumplió uno de los pronósticos más claros de los Juegos Panamericanos al lograr el oro y, además, completó la foto en el podio, junto al argentino Matias Medici, su compatriota Libardo Niño (plata).
El campeón mundial volvió a dar esta tarde un notable golpe de autoridad en su gran especialidad, este vez arropado por un compatriota a quien, con sus gestos, pareció entregar en el podio el testigo de su brillante carrera deportiva.
Botero tardó 47 minutos, 27 segundos y 51 centésimas en completar un recorrido de cuarenta kilómetros, con 51 segundos de ventaja sobre el segundo y 1 minuto y 20 segundos sobre el tercero, el argentino Matías Medici. No le hizo falta forzar la máquina, incluso pareció controlar la carrera y dosificar sus fuerzas con inteligencia.
Su experiencia de más de diez años y sus condiciones físicas innatas le empujaron esta tarde bajo el fortísimo calor que invadía el Parque de Flamengo, escenario de la competición, situado al borde del mar.
Botero, que nació el 21 de octubre de 1972 en Medellín (Colombia), está llegando al final de su carrera profesional, pero no ha querido retirarse sin la medalla de oro de los Juegos Panamericanos de Río.
Licenciado en Administración de empresas, comenzó a los 24 años sus competiciones profesionales y nunca se asemejó a los típicos "escarabajos" colombianos, ni en la forma de correr ni, obviamente, en el aspecto físico.
El equipo Kelme español apostó por él cuando todavía era un "campeón anónimo" y le dio a conocer en Europa, donde ganó tres etapas en un Tour de Francia, otras tres en la Vuelta a España, el podio en Romandía o la victoria en la París Niza, entre otros triunfos.
Sin embargo, ha sido la contrarreloj individual la que le ha dado las mayores satisfacciones de su carrera deportiva. Será difícil que le surja un heredero que alcance su palmarés como deportista colombiano en esta especialidad, pero hoy deja en Río otro "gran aspirante" a los triunfos, Libardo Niño, quien le escoltó en el podio junto al argentino Medici (medalla de bronce).
Atrás quedan los malos momentos, cuando fue involucrado en la operación contra el dopaje hecha en España y denominada "Operación Puerto", lo que le impidió participar en el Tour de Francia y la Vuelta a España del año pasado. Hoy ha vuelto a sonreír y espera retirarse del ciclismo profesional tras los Juegos Olímpicos de Pekin en 2008.
El campeón mundial volvió a dar esta tarde un notable golpe de autoridad en su gran especialidad, este vez arropado por un compatriota a quien, con sus gestos, pareció entregar en el podio el testigo de su brillante carrera deportiva.
Botero tardó 47 minutos, 27 segundos y 51 centésimas en completar un recorrido de cuarenta kilómetros, con 51 segundos de ventaja sobre el segundo y 1 minuto y 20 segundos sobre el tercero, el argentino Matías Medici. No le hizo falta forzar la máquina, incluso pareció controlar la carrera y dosificar sus fuerzas con inteligencia.
Su experiencia de más de diez años y sus condiciones físicas innatas le empujaron esta tarde bajo el fortísimo calor que invadía el Parque de Flamengo, escenario de la competición, situado al borde del mar.
Botero, que nació el 21 de octubre de 1972 en Medellín (Colombia), está llegando al final de su carrera profesional, pero no ha querido retirarse sin la medalla de oro de los Juegos Panamericanos de Río.
Licenciado en Administración de empresas, comenzó a los 24 años sus competiciones profesionales y nunca se asemejó a los típicos "escarabajos" colombianos, ni en la forma de correr ni, obviamente, en el aspecto físico.
El equipo Kelme español apostó por él cuando todavía era un "campeón anónimo" y le dio a conocer en Europa, donde ganó tres etapas en un Tour de Francia, otras tres en la Vuelta a España, el podio en Romandía o la victoria en la París Niza, entre otros triunfos.
Sin embargo, ha sido la contrarreloj individual la que le ha dado las mayores satisfacciones de su carrera deportiva. Será difícil que le surja un heredero que alcance su palmarés como deportista colombiano en esta especialidad, pero hoy deja en Río otro "gran aspirante" a los triunfos, Libardo Niño, quien le escoltó en el podio junto al argentino Medici (medalla de bronce).
Atrás quedan los malos momentos, cuando fue involucrado en la operación contra el dopaje hecha en España y denominada "Operación Puerto", lo que le impidió participar en el Tour de Francia y la Vuelta a España del año pasado. Hoy ha vuelto a sonreír y espera retirarse del ciclismo profesional tras los Juegos Olímpicos de Pekin en 2008.