La estadounidense Venus Williams, tres veces campeona en Wimbledon, tendrá que vencer en la final de mañana a la sorprendente Marion Bartoli, verdugo de la belga Justine Henin en semifinales, si quiere hacerse con su cuarto título del torneo de Londres.

La mayor de las hermanas Williams ha vuelto a aparecer en Wimbledon. En los últimos años, la estadounidense ha alternado finales y títulos sobre la hierba de Londres con grandes decepciones, todo mezclado con una confesa "mala suerte" con las lesiones.

En el 2005 venció una apasionante final ante su compatriota Lindsay Davenport por 4-6, 7-6 y 9-7. El año pasado cayo en tercera ronda. La estadística final, sin embargo, es abrumadora: seis finales con la del sábado, tres títulos. Sumado a los logros de su hermana, hacen en total cinco bandejas de plata y nueve finales en Londres.

Ella misma se sorprende: "A veces, cuando veo un vídeo (sobre sus finales) pienso: Ésa es mi vida. Dios mío, yo hice eso. Es increíble".

En esta edición, Williams afirmó que no pensó en la final al principio del torneo: "Sólo pensaba en la primera ronda, que fue muy dura". Para llegar a la final, Venus ha tenido que dejar en el camino a las rusas Maria Sharapova y Svetlana Kuznetsova, segunda y quinta favorita, respectivamente.

"Ahora me parece que eso pasó hace años, especialmente con toda la lluvia que ha caído", dijo la americana, que valora especialmente lo conseguido en esta edición. "Con las condiciones de este año, siento que he tenido que jugar mi mejor tenis para ganar a las mejores jugadoras", añadió.

Enfrente tiene a un rival inesperado. La francesa Marion Bartoli rompió todos los pronósticos en las semifinales y venció en un gran partido a la número uno del mundo, Justine Henin. De hecho, en la sala de prensa, Venus respondía a preguntas sobre la tenista belga. Nadie se acordó de la francesa.

Bartoli ya no es una adolescente en el circuito. A sus 22 años, otras tenistas, como la propia Venus, habían vencido finales del Grand Slam. La francesa ha ganado torneos menores pero hasta este año jamás había llegado a una cuarta ronda del Grand Slam.

El mes pasado, en su casa, alcanzó la cuarta ronda de Roland Garros, pero cayó estrepitosamente ante la serbia Jelena Jankovic por un doble 6-1.

En Wimbledon se resarció de esa derrota y venció a la balcánica en octavos de final, superó a la cabeza de serie holandesa Michaella Krajicek en cuartos y se plantó en semifinales.

En el penúltimo partido antes de la final soñada, Bartoli acusó la presión de jugar ante la número uno y perdió el primer set de la semifinal por 6-1: "Estaba muy nerviosa. No sentía bien la bola, no tenía ritmo".

Después tuvo una reacción espectacular. Curiosamente, la francesa atribuye parte de su resurrección deportiva a un espectador muy especial, un ex agente 007: "Vi a Pierce Brosnan entre la multitud. Él es uno de mis actores favoritos. Adoro sus películas. Y me dije a mí misma: No puedes jugar tan mal delante de él. Comencé a jugar de forma más elegante. Y al final gané".

Sobre su rival de mañana, Bartoli no pudo decir nada. "Bueno, nunca he jugado contra Venus, sólo he jugado contra Serena", manifestó. En lo que se refiere a las canchas de juego, son dos desconocidas.

Una de las dos se llevará la primera edición en la que las mujeres ganaron el mismo premio que los hombres. Si lo consigue Venus, cumplirá la predicción de su hermana dos días antes de comenzar el torneo: "Queremos devolver el trofeo a los Estados Unidos, que es donde debe estar".