El Madrid gana y se acerca peligrosamente al Barcelona en lo mas alto de la tabla.
El enfrentamiento entre Real Madrid y Osasuna, con las bajas de Fernando Gago y José María Gutiérrez "Guti", centró las miradas de todos en el regreso del brasileño Emerson a la titularidad, que abandonó el centro de la polémica para sellar las paces con la afición madridista.
Desde su último precedente en el estadio Santiago Bernabéu, 17 de febrero ante el Real Betis, Emerson que fue el futbolista más silbado de aquel encuentro que acabó en empate, no había vuelto a pisar el césped del coliseo blanco, ni siquiera el de la banda para calentar, tras unos polémicos capítulos.
Por medio llegó la eliminatoria europea ante el Bayern de Múnich. Ya existía un precedente con Fabio Capello, pero en esa ocasión Emerson no estaba en el banquillo lesionado y sin opciones de jugar. Cuando el partido se ponía feo para el Real Madrid, el técnico italiano rompió un pacto de protección que había sellado con su futbolista. Le mandaba calentar y el "Puma" se negó.
Fue un capítulo siempre negado por los protagonistas pero desde entonces Emerson ha evitado su reencuentro con el Bernabéu. Lo hizo con una extraña lesión que ni los médicos pudieron justificar en el parte, en la previa de un partido de Liga en el que estaba destinado a regresar a la titularidad y Capello nunca volvió a utilizarle para los partidos de casa, en los que curiosamente siempre ha sido el único jugador de banquillo que no ha entrado en las rotaciones de calentamiento.
Pero la afición del Real Madrid acudió hoy al Bernabéu con el "juntos podemos" en su mente. Perdona todo y ovacionó desde el primer minuto a Emerson. Le arropó y le entregó su confianza para, en un clima propicio, remar todos por la Liga tras el pinchazo del Barcelona, que se quedó a tan sólo dos puntos.
Capello ha dado todo su cariño durante la Semana Santa a su extensión en el campo. La "encrucijada" de Emerson llegaba ante Osasuna con la imposibilidad de retrasar más su vuelta por las bajas de Gago y Guti. Y el club tampoco le falló al brasileño. Le dedicó la portada de la revista Grada Blanca y cada aficionado leyó en la previa del partido un mensaje de su jugador: "Quiero enamorar al Bernabéu".
Con más ganas que nunca comenzó el encuentro "el Puma", que abandonó por momentos su escondite entre los centrocampistas rivales al que estaba acostumbrado, para participar tímidamente en la construcción, recibir aplausos, ir ganando confianza y llegar a sumarse al ataque para servir en bandeja, con un perfecta dejada de cabeza, el primer gol del partido a Raúl.
Emerson demuestra la importancia que tiene en el fútbol la autoestima. Arropado por todos terminó completando su mejor partido vestido de blanco, rozando el gol en la segunda parte con un testarazo pegado al palo y sintiéndose importante por primera vez.
El engranaje de Capello comienza a funcionar a tiempo por la Liga. Robinho marcó su tercer gol consecutivo, Raúl brilló en su regreso a la delantera y el último guiño de la afición fue para Roberto Carlos, que regresó después de anunciar su marcha a final de temporada. Cuando llegue se marchará el futbolista extranjero más laureado de la historia del Real Madrid. Hasta entonces, el presente deja una lectura final nueva: el madridismo se lo empieza a creer.
Desde su último precedente en el estadio Santiago Bernabéu, 17 de febrero ante el Real Betis, Emerson que fue el futbolista más silbado de aquel encuentro que acabó en empate, no había vuelto a pisar el césped del coliseo blanco, ni siquiera el de la banda para calentar, tras unos polémicos capítulos.
Por medio llegó la eliminatoria europea ante el Bayern de Múnich. Ya existía un precedente con Fabio Capello, pero en esa ocasión Emerson no estaba en el banquillo lesionado y sin opciones de jugar. Cuando el partido se ponía feo para el Real Madrid, el técnico italiano rompió un pacto de protección que había sellado con su futbolista. Le mandaba calentar y el "Puma" se negó.
Fue un capítulo siempre negado por los protagonistas pero desde entonces Emerson ha evitado su reencuentro con el Bernabéu. Lo hizo con una extraña lesión que ni los médicos pudieron justificar en el parte, en la previa de un partido de Liga en el que estaba destinado a regresar a la titularidad y Capello nunca volvió a utilizarle para los partidos de casa, en los que curiosamente siempre ha sido el único jugador de banquillo que no ha entrado en las rotaciones de calentamiento.
Pero la afición del Real Madrid acudió hoy al Bernabéu con el "juntos podemos" en su mente. Perdona todo y ovacionó desde el primer minuto a Emerson. Le arropó y le entregó su confianza para, en un clima propicio, remar todos por la Liga tras el pinchazo del Barcelona, que se quedó a tan sólo dos puntos.
Capello ha dado todo su cariño durante la Semana Santa a su extensión en el campo. La "encrucijada" de Emerson llegaba ante Osasuna con la imposibilidad de retrasar más su vuelta por las bajas de Gago y Guti. Y el club tampoco le falló al brasileño. Le dedicó la portada de la revista Grada Blanca y cada aficionado leyó en la previa del partido un mensaje de su jugador: "Quiero enamorar al Bernabéu".
Con más ganas que nunca comenzó el encuentro "el Puma", que abandonó por momentos su escondite entre los centrocampistas rivales al que estaba acostumbrado, para participar tímidamente en la construcción, recibir aplausos, ir ganando confianza y llegar a sumarse al ataque para servir en bandeja, con un perfecta dejada de cabeza, el primer gol del partido a Raúl.
Emerson demuestra la importancia que tiene en el fútbol la autoestima. Arropado por todos terminó completando su mejor partido vestido de blanco, rozando el gol en la segunda parte con un testarazo pegado al palo y sintiéndose importante por primera vez.
El engranaje de Capello comienza a funcionar a tiempo por la Liga. Robinho marcó su tercer gol consecutivo, Raúl brilló en su regreso a la delantera y el último guiño de la afición fue para Roberto Carlos, que regresó después de anunciar su marcha a final de temporada. Cuando llegue se marchará el futbolista extranjero más laureado de la historia del Real Madrid. Hasta entonces, el presente deja una lectura final nueva: el madridismo se lo empieza a creer.