El regreso de Serena Williams al trono que ocupó durante el 2002 pudo comenzar hoy en el Abierto de Australia, donde la estadounidense logró su primera victoria en dos años ante una jugadora situada entre las diez primeras del mundo.

Serena estuvo a un solo juego de la derrota pero venció a la rusa Nadia Petrova, quinta favorita, por 1-6, 7-5 y 6-3 en 79 minutos, y se clasificó para los octavos de final de este torneo, que obtuvo en dos ocasiones (2003 y 2005) cuando su tenis arrasaba, aunque para salir victoriosa de Melburne tuvo siempre que salvar bolas de partidos en rondas anteriores en las dos ocasiones.

Ganadora de siete torneos del Grand Slam y de 26 títulos en total, Serena, de 25 años, cuartofinalista la semana pasada en Hobart, parece haber superado la crisis que padeció el año pasado cuando sólo pudo disputar cuatro torneos debido a una lesión crónica en su rodilla, un impedimento que le hundió en la clasificación mundial hasta acabar la temporada en el puesto 95.

Tras vencer a Petrova por sexta vez en siete encuentros, y tercera consecutiva desde el torneo de Pekín en 2004, la moral de Serena se ha visto aumentada, más sabiendo que la rusa ganó el pasado año seis torneos (Doha, Amelia Island, Charleston, Berlín y Stuttgart) mostrando una gran solidez.

Ahora, ausente del torneo australiano la número uno del mundo, la belga Justine Henin Hardenne, y viajando Serena por la misma parte del cuadro que la serbia Jelena Jankovic, su próxima rival en octavos, y la rusa Svetlana Kuznetsova, en la mira de cuartos, la menor de las Williams sabe que puede tener su gran oportunidad.

Estoy emocionada, me lo he pasado muy bien y siento como si ahora mi ritmo de juego fuera diferente, dijo Serena, quien incluso se permitió el lujo de enviar un mensaje a su padre a través de una cámara de televisión y decirle: Llámame por teléfono.

La americana explicó después que ha intentado comunicarse con su progenitor durante varios días pero siempre se encuentra sin línea. Sé que me está viendo en algún sitio y que probablemente me llamará.

Serena comentó también que se encuentra profundamente involucrada en la preparación de una película sobre la vida de Althea Gibson, la primera jugadora afroamericana que ganó Wimbledon y por la que siente un gran respeto. No intervendré en la dirección, probablemente tendré algo que ver con la producción, señaló.

La historia de Althea fue formidable y creo que ha sido menospreciada. En el US Open tenemos la pista Arthur Ashe, y la Louis Amstrong, y después han dado a las instalaciones el nombre de Bille Jean King, que me encanta, pero creo que Althea hizo mucho por la gente como yo por este deporte y se lo merece, dijo.

Serena parece haber olvidado ya los malos tiempos. La jugadora de Michigan se perdió gran parte del 2002 debido a una lesión en el tobillo derecho y también la temporada del 2004 tras ser intervenida para reparar el cuádriceps izquierdo.

Aunque todavía sigue estando algo sobrada de peso, Serena ha recuperado parte de la velocidad que la distinguió del resto de sus rivales. Me voy acercando y noto que cada vez llego a más bolas. Me muevo y siento mis piernas mucho mejor. No estoy preocupada, dijo Serena, que ya no piensa tanto en su rodilla. Sólo en la bola, y esa es la mejor idea.