Alfio Basile comenzará el próximo domingo en Londres, ante Brasil, su segundo ciclo como seleccionador argentino, 12 años después de una experiencia que terminó con uno de los golpes más duros sufridos por el equipo albiceleste en su historia, cuando Diego Maradona dejó de jugar en él para siempre.

Antes de viajar el miércoles a la capital inglesa, el todavía técnico del campeón Boca Juniors intentó infundir optimismo frente al inminente primer paso de esta nueva etapa afirmando que le gustaría una victoria sobre Brasil por 4-0.

Un periodista le preguntó si le quedaba cómoda la ropa de la selección, y en entrenador, tras responder afirmativamente, dijo: Me hace juego con el color de mis ojos.

El cuatro veces campeón con el equipo boquense en el término de un año (dos ligas y dos competiciones internacionales), deja al Boca Juniors en la cresta de la ola: líder en el torneo Apertura 2006 tras una histórica goleada sobre San Lorenzo (1-7), el domingo pasado, y con la esperanza de sumar otra conquista desde la semana próxima frente al Sao Paulo brasileño en la Recopa Sudamericana.

Estoy contento, muy contento, dijo minutos antes de irse a Inglaterra, donde dirigirá a un equipo que, para empezar, cuenta con delanteros explosivos como Sergio Agüero, Lionel Messi y Carlos Tévez.

Hace doce años, tras ganar dos veces la Copa América, su selección arrancó con el pie derecho en el Mundial de Estados Unidos al vencer a Grecia y Nigeria con Maradona, Batistuta, Caniggia y Redondo, entre otras figuras, pero Pelusa dio positivo, el equipo se derrumbó y regresó a casa en octavos.

Maradona, que fue retirado de la competición, no volvió a jugar nunca más en el equipo con el que llegó a la gloria y el fútbol argentino se sumió en una profunda depresión. No obstante Basile quedó en la historia como el conductor de una expresión futbolística que generaba ilusión, que convocaba multitudes.

El estilo de juego de aquella selección, que sólo contó con Maradona en la repesca de las eliminatorias ante Australia y en esos dos partidos ante griegos y nigerianos, quedó fijado en la memoria de la afición como un recuerdo agradable, pese al traumático final de ese ciclo.

Según Julio Grondona, presidente de la Asociación del Fútbol Argentino, Basile merecía otra oportunidad, después de haber hecho lo posible para que José Pekerman, seleccionador durante dos años hasta el último Mundial, continuara en su cargo.

De momento, el otra vez seleccionador argentino formará un equipo con futbolistas extranjeros, pero quienes lo conocen aseguran que en el futuro convocará a varios que destacan en su país.

Para el partido contra Brasil no está confirmado Juan Román Riquelme, del Villarreal, tocado en un tobillo, y quedaron descartados por lesiones el centrocampista Maxi Rodríguez, del Atlético de Madrid, y el delantero César Delgado, del mexicano Cruz Azul, además del lateral del Boca Juniors Hugo Ibarra.

En Argentina crece la esperanza de que Basile pruebe el domingo con el Kun Agüero y Messi, de 18 y 19 años, los delanteros que brillaron en el Mundial sub'20 de 2005, y que lo ganaron.