Argentina, probablemente en su mejor momento de los últimos veinte años, buscará el domingo su decimoquinto título de la Copa América en la final ante un Brasil que ha empezado a enumerar la humildad entre sus virtudes y que no tiene problemas en reconocer el favoritismo del equipo de Alfio Basile.

Argentina es la favorita, pero Brasil va a jugar con la humildad de su fútbol. Tenemos que estar preparados por lo difícil del encuentro, dijo el seleccionador brasileño, Carlos Dunga.

La palabra humildad es algo tan poco frecuente en el discurso de un seleccionador brasileño como el hecho de que Brasil llegue a una final sin ser favorito, como ha ocurrido en esta ocasión en Venezuela.

Las razones del favoritismo de Argentina son varias. En primer lugar, está el hecho de que vino a Venezuela con sus mejores hombres, mientras que Brasil prescindió de jugadores claves como Ronaldinho o Kaká.

Además, salta a la vista el hecho de que a lo largo del torneo ha sido Argentina, única que cuenta sus partidos por victorias, el equipo que mejor fútbol ha brindado con jugadores claves como Juan Román Riquelme, Lionel Messi o Carlos Tévez creciendo partido a partido.

Los argentinos, sin embargo, no quieren ser vistos como favoritos ni menospreciar al Brasil que vino a Venezuela por el hecho de que sus máximas estrellas no vayan a estar mañana en el campo.

Para nosotros pensar sólo en la ausencia de Kaká y Ronaldinho es una falta de respeto con los demás jugadores brasileños a los que no eligieron jugando por la calle. Están todos en grandes equipos en todo el mundo, dijo el centrocampista Esteban Cambiasso.

Nosotros sólo podemos decir que Brasil nos parece un rival difícil, que no es menos que los otros equipos que hemos enfrentado de Brasil, agregó Cambiasso.

Lo dicho por Cambiasso puede hacer pensar que a Argentina le incomoda un poco el claro favoritismo, avalado por el fútbol que ha mostrado y las cifras del torneo -los argentinos han encajado tres goles y han marcado 16- que puede convertirse en una presión adicional mañana si las cosas no marchan.

Brasil ha venido de menos a más en el torneo y, aunque ha sufrido claramente más que Argentina para estar en la final, no es de descartar que en la final los jugadores saquen a relucir su mentalidad ganadora.

Brasil tiene una baja importante mañana: la del sancionado Gilberto Silva que, según todo indica, será sustituido por Elano.

Después de una primera fase en la que Brasil dependió mucho de Robinho, otros jugadores han subido su rendimiento, como el lateral derecho Maicon, aunque en la semifinal fue más la suerte que la calidad de quienes estaban en el campo lo que le permitió a los de Dunga superar a Uruguay.

En lo personal, del lado argentino la novedad de las últimas horas es la recuperación del delantero Hernán Crespo, que ayer fue dado de alto de la lesión muscular que había sufrido contra Colombia en el segundo partido de la primera fase y que anoche participó en el entrenamiento del equipo.

Sin embargo, es bastante dudoso que Crespo vaya a estar mañana en el equipo inicial. En primer lugar, Carlos Tévez jugó una gran semifinal ante México y resultaría natural que Alfio Coco Basile refrendará su confianza en él para acompañar en el ataque a Lionel Messi.

Además, pese a estar recuperado físicamente, no es claro que Crespo mañana pueda explotar el ciento por ciento de su capacidad futbolística después de la lesión.

Alineaciones probables:

Brasil: Doni; Maicon, Alex, Juan, Gilberto; Mineiro, Josue, Elano; Julio Baptista; Vágner Love y Robinho. DT Carlos Dunga.

Argentina: Roberto Abondanzieri; Javier Zanetti, Gabriel Milito, Roberto Ayala, Gabriel Heinze; Javier Mascherano, Juan Sebastián Verón, Esteban Cambiasso; Juan Román Riquelme; Lionel Messi y Carlos Tévez. DT Alfio Basile.

Árbitro: Carlos Amarilla (Paraguay)

Estadio: José Encarnación Pachencho Romero de Maracaibo.

Hora: 17:00 hora local.