Sólo los penaltis y Doni impidieron que Uruguay fuera finalista.

Enviado por roberto el Mié, 11/07/2007 - 12:52

La selección de Uruguay, que vino de menos a más en la actual edición de la Copa América, sólo se rindió en la tanda de penaltis frente a Brasil, dejando un buen sabor a boca pese a quedarse fuera de la final del torneo.

La suerte no estuvo presente en este duelo, después de que debutara con el pie izquierdo y terminara con un gran triunfo en la fase de cuartos de final.

El equipo celeste estuvo desconocido cuando debutó frente a Perú, que le goleó 3-0 ante la incredulidad de su técnico Óscar Washington Tabárez, que supo cómo resolverlo para entrar de nuevo en la pelea.

La falta de creatividad y la lesión de Álvaro Recoba, ausente de los dos primeros partidos por una lesión, fue la constante de un equipo que no encontraba la brújula.

Fue Vicente Sánchez, a falta de la aparición goleadora del recién contratado por el Atlético de Madrid Diego Forlán, el que le dio a los uruguayos una ajustada victoria de 1-0 ante Bolivia, rival que estuvo cerca de igualarles en los quince minutos finales.

Contra Venezuela en Mérida, con un empate sin goles, jugó para no perder, lo que fue el revulsivo para Uruguay, que estudió bien a su rival.

En los cuartos de final, en apenas cinco minutos, Uruguay presionó y arrinconó a los venezolanos, con un Diego Forlán en plena forma y autor de dos goles, encarriló el triunfo por 4-1 que selló en los diez minutos finales.

Anoche, en un duelo muy parejo con Brasil que concluyó igualado 2-2 en los noventa minutos, los celestes aguantaron el aluvión en los primeros diez minutos, pero un rebote de su defensa permitió a Maicon superar a Carini.

Al tratar de volver a empezar de cero, un apagón de una torre suspendió el duelo durante trece minutos, lo que bajó la intensidad de Brasil.

Eso fue aprovechado por los uruguayos, que presionaron por el empate, que finalmente llegó a través de Forlán con un remate bajo al palo derecho del arco canarinho.

Una desatención en la defensa en un tiro libre lo aprovechó Julio Baptista para golpear el balón con dificultad, pero con la dirección necesaria para que entrara en el arco de Carini.

Uruguay fue mucho más en el segundo tiempo y entregó con alma y corazón a un equipo de Dunga que se cuidó para no recibir goles y permitió reaccionar a los jugadores de Tabárez.

Sebastián El Loco Abreu, que entró enchufado en el segundo tiempo por Álvaro Recoba, culminó una buena jugada de Cristian Rodríguez y la colaboración incondicional de Forlán con un cabezazo hacia él, para empujar el balón a la res y colocar la incógnita en el choque.

Los celestes fueron mucho más en los veinte minutos finales y pusieron a temblar a los defensores brasileños, mientras dominaban el centro del campo, donde superaron largamente a sus rivales.

Pero fueron otra vez los benditos penaltis, una lotería que no les favorece en sus últimos enfrentamientos, los que no le permitieron llegar a la final.

El factor penalti comenzó mal cuando Diego Forlán, poco errático en estas lides, falló su lanzamiento muy centrado a los pies de Doni, que no tuvo problemas para detenerlo.

Después que fallaran Afonso y Fernando, llegó el turno a Pablo García, que si convertía, culminaba con ese fantasma.

No fue así, porque García escoró el zurdazo hacia el palo izquierdo con Doni ya vencido, pero la providencia se alió con Brasil.

Ese fallo fue la sentencia, porque a Diego Lugano, que jugó varios años con el Sao Paulo de Brasil, le traicionaron los nervios y permitió a Doni rechazar su remate para asegurar su pase a la final con un marcador de 5-4.

Al final, la amarga despedida no le permitió al técnico Tabárez aparecer en la rueda de prensa posterior al choque y sólo algunos jugadores dieron sus cortas palabras en la zona mixta del estadio.

Pese a su eliminación en la llamada tanda de la fortuna, Uruguay mostró su tradicional garra desde los cuartos de final, esperando consolidar en su partido por el tercer lugar en Caracas que fue la mala suerte lo que impidió su presencia en la final.

Uruguay jugó su cuarta semifinal seguida y ahora espera repetir su ubicación final como lo hizo en Perú 2004, cuando venció en el duelo de consolación a Colombia por 2-1.