Jefferson Farfán, la estrella que no pudo brillar en la Copa América

Enviado por bielo el Jue, 05/07/2007 - 17:54
Llegó precedido del cartel de ser uno de los diez mayores artilleros en Europa, pero el peruano Jefferson Farfán ha quedado prácticamente fuera de la Copa América por una lesión y con el sinsabor, quizá más doloroso, de no haber cumplido una actuación de trascendencia en el torneo.

Siempre parco y poco dado a los flashes y las cámaras, Farfán tenía en claro, sin embargo, que su aporte en el terreno de juego era vital para que Perú iniciará aquella "recuperación de jerarquía" que anunció su técnico, Julio César Uribe, antes de viajar a la Copa América de Venezuela.

Las cosas se dieron de otra manera: con un "Jeffry" obligado a jugar como volante creativo para que arriba pudieran alinear el indiscutible Claudio Pizarro y el fervoroso Paolo Guerrero, dos cazadores de goles con gran cartel en Europa.

Para sus compatriotas era otra, sin embargo, la historia: el mejor jugador de Perú era "La Foquita", ganador de tres títulos con el PSV Eindhoven de Holanda y uno de los mayores anotadores de las ligas europeas.

Es que en su país, Pizarro es elogiado por su potencia, Guerrero por su incuestionable despliegue y oportunismo, y Farfán es un fenómeno como aquellos de los viejos tiempos, "el único" que para la sabiduría popular podría compartir vestuarios y juego con figuras como Hugo "Cholo" Sotil, Teófilo Cubillas, Roberto Challe o César Cueto.

A pesar de ello, el atacante, de 22 años, sólo pudo participar 225 minutos en este torneo, con pocas oportunidades para el lucimiento y un encontronazo con un jugador boliviano que le produjo al finalizar el primer tiempo del Perú-Bolivia (2-2) un esguince en el tobillo izquierdo que prácticamente lo ha sacado del torneo.

Pero en lo deportivo, Farfán lució poco y tenso, se notaba en cada una de sus intervenciones, obligado a una función que alguna vez cumplió, aunque sólo de urgencia, en el Alianza Lima o el PSV Eindhoven: la de intentar alimentar con fútbol a los delanteros.

Él, que es un atacante de raza, debió sentirse como un león comiendo vegetale, mientras Pizarro y Guerrero remataban, cabeceaban, chocaban con los contrarios, tenía que mantenerse merodeando cerca del área y conformarse con ejecutar uno que otro tiro libre, otra de sus especialidades que en este torneo le fue esquiva.

Se vio, principalmente, en el choque de la segunda fecha del grupo A, cuando Venezuela venció a Perú por 2-0, donde en cada jugada mal elaborada expresaba fastidio y hasta en un par de remates libres que envío desviados dio a entender que se hubiera tirado de los cabellos, de haberlos tenido en su rapado cráneo.

Pero fue en los segundos finales del Perú-Bolivia que se cerró el círculo de su poca suerte en esta copa y la lesión en una jugada intrascendente en la media cancha lo llevó a la clínica de inmediato ante la amenaza de una temible fractura.

El médico de Perú, Hugo Blácido, tuvo que comunicar al día siguiente la noticia como quien da un obituario: Farfán quedaba prácticamente fuera del torneo porque tenía que inmovilizarle la pierna con una férula de yeso durante diez días.

Blácido cumplía así por segunda vez con afrontar un diagnóstico negativo en este proceso, ya que dos días antes de la Copa América determinó la salida de la convocatoria del volante Juan Vargas, el jugador del Catania de Italia que sufrió una luxación y ha sido otra de las grandes ausencias peruanas, junto con "el inglés" Nolberto Solano.

Ahora Farfán se ha sumado a ese grupo de jugadores que, por rendimiento o por mala suerte, pasaron con poco brillo por esta copa venezolana, aunque le queda "el consuelo" de tener la compañía del argentino Hernán Crespo, otra víctima del azar de las lesiones.

Aún así, permanecerá junto a sus compañeros y podrá alentar a Perú desde la tribuna o el banco este domingo, cuando su selección dispute el partido de cuartos de final contra el ganador del grupo C, en Barquisimeto.

Aunque, seguramente, daría todo lo que fuera posible para estar en ese campo de juego junto al equipo y haciendo lo que sabe: jugando de delantero y anotando goles.