Colombia en busca de fórmulas para que goleada ante Paraguay sea historia
La selección colombiana, a un día del duelo contra Argentina que puede significar la eliminación temprana de la Copa América, busca febrilmente fórmulas para que la goleada sufrida en el debut ante Paraguay sea historia y tranquilidad para soportar la presión que implica el compromiso.
El seleccionador, Jorge Luis Pinto, viene probando y analizando posibles variantes y en el último entrenamiento pareció darle la vuelta varias veces al equipo titular pese a haber asegurado que no habrá cambios radicales.
En la delantera busca un nuevo compañero para Hugo Rodallega y ha ensayado tanto con Andrés Chitiva como con César Valoyes. En el centro del campo parece estudiar la posibilidad de sustituir a Álvaro Domínguez por Jorge Eliécer Banguero. Y en el puesto de lateral derecho parece abierta una lucha entre Gerardo Vallejo y Camilo Zúñiga por la titularidad.
Sin embargo, al margen de esas cuestiones tácticas y personales, Pinto ha tenido que enfrentar otro problema durante los días que han pasado desde la goleada encajada ante Paraguay y esta ha sido la de buscar que el equipo recuperar la moral y la serenidad.
Hoy Pinto decidió aflojar las reglas durante la mañana y mandó al equipo de paseo a un parque y a un centro comercial, lo que era una forma de sacarlos de los pasillos del hotel, donde con frecuencia están a merced de la jauría de periodistas colombianos algunos de los cuales ya han empezado a cuestionar la continuidad de Pinto.
Pinto, ante las andanadas de la prensa de su país que no ha abandonado la costumbre de pronunciar un discurso antes de formular preguntas en las conferencias de prensa, ha tratado de relativizar la goleada y de defender de la idea de que, pese a los errores cometidos esa noche, Colombia todavía tiene la clasificación en sus manos.
"No nos vamos a quedar en el dolor", es la frase que repite Pinto tratando de que la gente de su país piense en los próximos partidos y le de un voto de confianza a la selección.
La goleada inicial deja en todo caso a Colombia con la obligación de ganar mañana ya que sería difícil que pudiese clasificarse como uno de los mejores terceros.
Con ello, la clasificación está más que comprometida y el objetivo trazado por Pinto de buscar el titulo tiene ahora visos poco realistas.
Sin embargo Pinto insiste en esa meta -"no vamos a revisar nuestros objetivos", ha dicho- y cree que su equipo tiene la calidad y la mentalidad necesaria para hacer frente con éxito a los dos partidos que vienen.
Los jugadores aseguran que han podido pasarle página a la debacle contra Paraguay pero hay dudas acerca de que tan unido está el grupo y si la catástrofe -Pinto no acepta esa palabra- no ha abierto heridas que venían de más atrás.
Otra duda es el respaldo que tiene Pinto dentro del vestuario y el grado de compromiso que los jugadores tienen con él.
En las conferencias de prensa, algunos reporteros le han llamado la atención sobre el tema al seleccionador y le han dicho que si no reacciona "van a terminar cortándole la cabeza con bigote y todo".
Pinto ha negado que haya problemas y ha asegurado que no hay ningún jugador que no esté dando lo mejor de si.
"Si hubiera alguno lo saco", dijo Pinto que ha pedido insistentemente tranquilidad y no caer en el catastrofismo.
Se ha planteado también el curioso hecho de que en el partido contra Paraguay Colombia no recibió ninguna tarjeta amarilla lo que, más que como expresión de juego limpio, ha sido interpretado como expresión de falta de compromiso.
Todo eso hace que mañana para muchos la presión aumente aún más y que, si no se logra el milagro, al menos se haga una buena presentación que permita un adiós digno a la Copa América.
Argentina es un rival ante el que Colombia normalmente tiene poco que perder y del que tiene buenos recuerdos, empezando por aquel inverosímil 5-0 logrado en el Monumental de Buenos Aires en la eliminatoria para el Mundial de 2004 y siguiendo por el triunfo por 2-1 en el partido por el tercero y cuarto puesto en la Copa América de 1987 en el mismo estadio y con Diego Maradona en el campo.
El seleccionador, Jorge Luis Pinto, viene probando y analizando posibles variantes y en el último entrenamiento pareció darle la vuelta varias veces al equipo titular pese a haber asegurado que no habrá cambios radicales.
En la delantera busca un nuevo compañero para Hugo Rodallega y ha ensayado tanto con Andrés Chitiva como con César Valoyes. En el centro del campo parece estudiar la posibilidad de sustituir a Álvaro Domínguez por Jorge Eliécer Banguero. Y en el puesto de lateral derecho parece abierta una lucha entre Gerardo Vallejo y Camilo Zúñiga por la titularidad.
Sin embargo, al margen de esas cuestiones tácticas y personales, Pinto ha tenido que enfrentar otro problema durante los días que han pasado desde la goleada encajada ante Paraguay y esta ha sido la de buscar que el equipo recuperar la moral y la serenidad.
Hoy Pinto decidió aflojar las reglas durante la mañana y mandó al equipo de paseo a un parque y a un centro comercial, lo que era una forma de sacarlos de los pasillos del hotel, donde con frecuencia están a merced de la jauría de periodistas colombianos algunos de los cuales ya han empezado a cuestionar la continuidad de Pinto.
Pinto, ante las andanadas de la prensa de su país que no ha abandonado la costumbre de pronunciar un discurso antes de formular preguntas en las conferencias de prensa, ha tratado de relativizar la goleada y de defender de la idea de que, pese a los errores cometidos esa noche, Colombia todavía tiene la clasificación en sus manos.
"No nos vamos a quedar en el dolor", es la frase que repite Pinto tratando de que la gente de su país piense en los próximos partidos y le de un voto de confianza a la selección.
La goleada inicial deja en todo caso a Colombia con la obligación de ganar mañana ya que sería difícil que pudiese clasificarse como uno de los mejores terceros.
Con ello, la clasificación está más que comprometida y el objetivo trazado por Pinto de buscar el titulo tiene ahora visos poco realistas.
Sin embargo Pinto insiste en esa meta -"no vamos a revisar nuestros objetivos", ha dicho- y cree que su equipo tiene la calidad y la mentalidad necesaria para hacer frente con éxito a los dos partidos que vienen.
Los jugadores aseguran que han podido pasarle página a la debacle contra Paraguay pero hay dudas acerca de que tan unido está el grupo y si la catástrofe -Pinto no acepta esa palabra- no ha abierto heridas que venían de más atrás.
Otra duda es el respaldo que tiene Pinto dentro del vestuario y el grado de compromiso que los jugadores tienen con él.
En las conferencias de prensa, algunos reporteros le han llamado la atención sobre el tema al seleccionador y le han dicho que si no reacciona "van a terminar cortándole la cabeza con bigote y todo".
Pinto ha negado que haya problemas y ha asegurado que no hay ningún jugador que no esté dando lo mejor de si.
"Si hubiera alguno lo saco", dijo Pinto que ha pedido insistentemente tranquilidad y no caer en el catastrofismo.
Se ha planteado también el curioso hecho de que en el partido contra Paraguay Colombia no recibió ninguna tarjeta amarilla lo que, más que como expresión de juego limpio, ha sido interpretado como expresión de falta de compromiso.
Todo eso hace que mañana para muchos la presión aumente aún más y que, si no se logra el milagro, al menos se haga una buena presentación que permita un adiós digno a la Copa América.
Argentina es un rival ante el que Colombia normalmente tiene poco que perder y del que tiene buenos recuerdos, empezando por aquel inverosímil 5-0 logrado en el Monumental de Buenos Aires en la eliminatoria para el Mundial de 2004 y siguiendo por el triunfo por 2-1 en el partido por el tercero y cuarto puesto en la Copa América de 1987 en el mismo estadio y con Diego Maradona en el campo.