Ensayo dominical bajo lluvia, entre fusiles e hinchas clamando por ausentes
La selección brasileña se entrenó hoy para su debut del próximo miércoles en la Copa América, ante México, bajo lluvia, fusiles de soldados que los custodian con celo y una escasa "hinchada" que clamó por saludar a Kaká y Ronaldinho, evidenciando que desconocen sus ausencias.
Con escasa luz artificial y abundante agua, el entrenador Dunga ordenó un entrenamiento dominical vespertino-nocturno en el que destacó el ensayo de jugadas con "bolas paradas" desde distintos ángulos, pero siempre mirando hacia la portería rival.
Los camarógrafos fueron requeridos para no grabar esos ensayos, que a la distancia poco mostraron del admitido anhelo por mantener en secreto lo que se estima son algunas de las armas tácticas de Dunga para intentar debutar con éxito ante México en el Grupo B de la primera fase del torneo, que completan Chile y Ecuador.
Como ya se ha hecho habitual desde que el jueves pasado comenzaron los entrenamientos del conjunto "canarinho" en la ciudad venezolana de Puerto La Cruz, el centrocampista Diego fue quien más lanzó esos tiros, en busca de los remates de cabeza, principalmente, de los delanteros Robinho y Vágner Love, entre otros.
La jornada concluyó, ya con la lluvia arreciando con fuerza, con un partidillo a mitad de la cancha reglamentaria alterna, anexa al estadio General Anzoátegui, donde Brasil y Ecuador cerrarán la disputa B el próximo 4 de julio.
La lluvia hizo que los militares encargados de la seguridad de los futbolistas se apiadaran de los escasos hinchas que seguían el entrenamiento desde la parte alta de los graderíos, quienes fueron invitados a protegerse junto a los periodistas.
Varios de ellos expresaron su alegría por la posibilidad de poder ver más de cerca a Ronaldinho y Kaká, a quienes nombraban insistentemente confiados en lograr quizás una fotografía junto a ellos, sin conocer que esas y otras "estrellas" de la selección defensora del título continental se autoexcluyeron del torneo, lo que le ha valido críticas de propios y extraños.
Con escasa luz artificial y abundante agua, el entrenador Dunga ordenó un entrenamiento dominical vespertino-nocturno en el que destacó el ensayo de jugadas con "bolas paradas" desde distintos ángulos, pero siempre mirando hacia la portería rival.
Los camarógrafos fueron requeridos para no grabar esos ensayos, que a la distancia poco mostraron del admitido anhelo por mantener en secreto lo que se estima son algunas de las armas tácticas de Dunga para intentar debutar con éxito ante México en el Grupo B de la primera fase del torneo, que completan Chile y Ecuador.
Como ya se ha hecho habitual desde que el jueves pasado comenzaron los entrenamientos del conjunto "canarinho" en la ciudad venezolana de Puerto La Cruz, el centrocampista Diego fue quien más lanzó esos tiros, en busca de los remates de cabeza, principalmente, de los delanteros Robinho y Vágner Love, entre otros.
La jornada concluyó, ya con la lluvia arreciando con fuerza, con un partidillo a mitad de la cancha reglamentaria alterna, anexa al estadio General Anzoátegui, donde Brasil y Ecuador cerrarán la disputa B el próximo 4 de julio.
La lluvia hizo que los militares encargados de la seguridad de los futbolistas se apiadaran de los escasos hinchas que seguían el entrenamiento desde la parte alta de los graderíos, quienes fueron invitados a protegerse junto a los periodistas.
Varios de ellos expresaron su alegría por la posibilidad de poder ver más de cerca a Ronaldinho y Kaká, a quienes nombraban insistentemente confiados en lograr quizás una fotografía junto a ellos, sin conocer que esas y otras "estrellas" de la selección defensora del título continental se autoexcluyeron del torneo, lo que le ha valido críticas de propios y extraños.