Aucas, tarde prodigiosa e inolvidable
La pincelada magistral del maestro del concierto Michael Jackson Quiñónez; la certeza del espectacular Jairon Bonet y el pique infernal de Johnny Quiñonez, fueron los argumentos con que Aucas devastó, humillo y bailó al atrevido Liga de Portoviejo que terminó con la lengua afuera, después de haber batallado con argumentos y físico los primeros 45 minutos.
Marcando los tiempos de la brega, exhibiendo un ritmo imponente y estremecedor, Aucas obligó al repliegue del visitante que sorprendido y sin reacción, soportó en la complementaria tres goles, quedando paralizado, sin reacción, ni tiempo para pensar.
Todo fue cuestión de tiempo. Una primera parte con un marcado superávit en el control del balón, tres llegadas sucesivas de Lima, Bonet y Johnny Quiñónez, obligaron al repliegue de los manabas que no pudieron contener la salida espectacular de J.J.Govea que aguantó hasta el final el pase gol que fue usufructuado por Jairon Bonet (15 min) que fusiló con su pierna derecha al buen golero visitante. JJ salió lesionado. Ingresó el “Rey del Gol”.
El 1-0 castigaba al Aucas y premiaba a un equipo que se puso la coraza y tímidamente probó por el centro con la presencia del fornido atacante Valdemar Acosta.
En la complementaria, Aucas reflexiona en el camerino y se da cuenta que con parsimonia, desgastando a Romero y Vera, podía iniciar el concierto de la tarde, que tenía en el banco al maestro del concierto Michael Jackson Quiñónez autor de la sinfonía del gol (58 y 65 min), mientras Johnny Quiñonez, tocaba la flauta mágica para asombrar a los 3.000 hinchas que con sus matracas estremecían al sur de Quito.
Y de ahí en adelante, aparecieron los de siempre, los que juegan a 200 kilómetros por hora, los que se mezclan con la gente cuando las cometitas de verano vuelan hacia los marcos rivales.
El epílogo fue inolvidable. Fue una tarde sensacional, jugando con una categoría enorme, mandando, gustando y goleando. Aucas recordó su historia, su tradición, con un segundo tiempo que pasará a la historia de su rutilante trayectoria, por haber sido espectacular y devastador.
Era el partido que todos queríamos ver. La gente, las banderas al tope la rapidez, la solidaridad, los goles que fueron elaborados con talento y convertidos con el alma, con el ejemplo superlativo de un gladiador de la cancha: Michael Jackson Quiñónez.
Ahí estaba el gusto por el fútbol y la pasión de los hombres que lo juegan. Las reservas físicas y mentales de sus guerreros, aparecieron gracias al vigor y esfuerzo de los hinchas que nunca dejaron de alentar. La magia de las camisetas amarillas cubrió de gloria el Fortín del Sur.
Y solo al final, la explosión de júbilo, manos arriba agradeciendo al creador la impresionante demostración de poderío ofensivo. Era el momento propicio para mostrar las virtudes y la esencia del equipo que aspira a muchas cosas más, y por supuesto, ir al trono del grande, al trono del “Papá”.
De ahí en adelante todo fue un espectáculo. La pausa, el orden, las paredes cortas y desconcertantes, la inspiración y el amague del eterno Pablo Lima, Willy, que juega al fulbito, en la zona de gestación, con su compañero del alma, el talentoso Johnny Quiñónez, quien fue el libretista del concierto.
Y el maestro del concierto, Michael Jackson Quiñonez, vestido con frac amarillo, batuta en mano, dejó el campo tras una demostración cabal de talento e inspiración. Era justo. La hora del reconocimiento llegó, aunque el fútbol se quedó sin talento.
Entonces, el fútbol que nos gusta, a todo ritmo, de frente, devastador y fulminante quedó escrito con letras de oro, como el color de su camiseta, grabándose en al alma de los 3.000 auquistas, que siguieron gritando el triunfo, con sus gargantas enronquecidas, alabando las jugadas del capo de la defensa Marcos del Padre, la parsimonia de Diego Calderón, el anticipo de Jefferson Hurtado y la sobriedad de Victor Soto.
El espectáculo fue aplaudido de pie y las cometitas de verano (cuatro en total) que volaron en el sur, fueron atesoradas a boca llena, siendo el alimento de la semana, que se convertirá en la esperanza de triunfo para el próximo encuentro del apasionante campeonato de la serie “B”.
Liga de Portoviejo, fue incapaz de atacar, sintió los estragos de la presión infernal de Aucas y terminó sacando la lengua, extenuado, sin ideas, ni reservas anímicas, ni esperanzas para atacar y con la mente en blanco, sin saber que fue exactamente lo que le pasó.
Aucas fue un soberbio espectáculo. Todo arriba, todo en la cumbre, todo expuesto a la inspiración individual y al mismo tiempo, al serio trabajo colectivo, a las ráfagas esperadas, pero también al programa establecido.
FECHA TÉCNICA
S.D.AUCAS. Víctor Soto; Jefferson Hurtado, Marcos del Padre, Diego Calderón; Neicer Reascos y Diego Palacios; Johnny Quiñónez, Pablo Lima, Jairon Bonet; J.J.Govea y Edson Montaño.
GOLES: Michael Jackson Quiñonez (58 y 65 min), Jairon Bonet (15 min) y Johnny Quiñonez (62).
LIGA DE PORTOVIEJO. Rolando Ramírez; Eddy Guevara, Duval Valverde, Fernando López, José Ardila, Manuel Aguirre, Adrián Vera, Hugo Vélez, Valdemar Acosta y Marcos Romero.
Por: Gonzalo Melo Ruíz