Ecuador, la cruda realidad de un buen pasado

Enviado por robert el Jue, 30/03/2017 - 12:24

Mientras los colombianos se frotan las manos y compran sombreros bolcheviques, en Ecuador la tristeza y el desánimo acompañaron a los miles de ciudadanos en las labores cotidianas del miércoles 29 de marzo.

 

Cuando nadie lo esperaba, vino el atildado equipo colombiano y nos hizo entender cómo hay que jugar al fútbol, imponiendo magia y ubicándose con seriedad en los sitios donde hay fuego y responsabilidad. Y así, casi sin despeinarse los guerreros de Pékerman se olvidaron de las angustias recientes, de las presiones y de sus propios temores. Jugaron en el impecable Olímpico con la valentía de sus guerreros y con el talento refundido de sus estrellas. Jugó para ganar y ganó 0-2. Nos bailaron, nos gritaron “ole” en nuestras narices, nos volvieron a la realidad y nos hicieron recordar los tiempos cuando ganar era una obligación. Para Colombia es un triunfo que le devuelve la confianza, la identidad y la credibilidad, y que la hacen creer que ir al Mundial sí es posible. Y está cerca.

 

La pírrica presentación de la TRI, totalmente alejada de un rendimiento práctico y ganador, especialmente de local (Ecuador 0- Brasil 3) y ahora Ecuador 0-Colombia 2), un auténtico viacrucis.

 

Un mazazo bien dado, en el cerebro, donde duele más, gracias a un obsequio adelantado de navidad, de una zaga inestable y tormentosa, determinaron al final un lamentable contraste (0-2), aquel que provoca lágrimas de dolor y gritos destemplados, de todo un pueblo, que castigó con frases duras a quienes en la cancha defraudaron las esperanzas del representante deportivo de todo un país. Y si Esteban Dreer en Asunción se había comido dos goles, ante Colombia se engulló dos más. Es decir es el goleador de Ecuador…con 4. Para completar la pesadilla, Caicedo (60 min), de la manera más cavernaria “destronca” a James en las narices de Pitana que le recordó que el fútbol se juega con el guante blanco y lo expulsó. ¡Bien hecho!

 

La paupérrima presentación, debía terminar así. El panorama desde el vamos siempre fue confuso. Esporádicos intentos de media distancia de Felipe Caicedo y Enner Valencia, ofrecían un panorama desolador, lleno de inconexiones, dudas y desacuerdos, porque nadie hablaba, no había orden ni liderazgo. Los errores de Oyola confundían a todos. Y todo esto obligaba a Colombia equipo de contextura y sapiencia a manejar en forma exuberante el balón, a marcar los tiempos de salida y sin despeinarse, lo esperó con en el fondo, contragolpeando con clase y talento.

 

Golpeados psicológicamente por el tremendo palazo del minuto 20 (James Rodríguez) la TRI  deambuló, sin ideas, ni solidez en las salidas de los laterales, que nunca tuvieron la fuerza del retorno, dejando que Cuadrado y Borja, castiguen frecuentemente con pelotazos a las espaldas que dejaron gravemente heridos al “Cunti” Caicedo y al errático  Arturo Mina.

 

Los movimientos incesantes de Edwin Cardona y Juan Guillermo Cuadrado, obligaron al repliegue de los locales que no podían salir desde la zona defensiva, buscando el complemento medular que nunca apareció. A los 33 en otro abuso de Dreer vino la segunda con el talento de un virtuoso como Cuadrado. Y ahí todos sacaron los crespones negros.

 

Y vino la complementaria y no hubo mejoras por parte de la TRI. Es decir los visitantes apoderados del balón y tocándolo con criterio atacaron con fuerza por el sector izquierdo, aprovechando las facilidades de Walter Ayoví que nunca tuvo fuerza para el retorno.

 

Faltando pocos minutos para el cierre, ingresaron Marcos Caicedo y Gabriel “Loco” Cortez, sin ser la solución, en un partido donde se necesitaba fuego y calidad. No hubo decisión para meterlos antes, cuando la TRI empezaba a derrumbarse.

 

Los insultos se multiplicaban. Todos vociferaban y lanzaban gruesos epítetos contra los jugadores y especialmente Gustavo Quinteros contra quien desataron la furia de la derrota y la frustración de una presentación digna.

 

La victoria la consumó el visitante en el medio sector, con jugadores de buen manejo, técnica depurada y precisión en las paredes cortas. Los fulminantes contragolpes pescaron en retro a los desconcertados zagueros de la TRI que nunca atinaron al bloqueo preciso ni al anticipo adecuado, es decir, la calidad y concentración que deben tener en jugadas rápidas los jugadores locales se quedó en el camerino, donde generalmente se arman las jugadas de victoria.

 

Se han perdido 7 puntos en calidad de local (0-3 ante Brasil); (2-2 ante Paraguay) y (0-2 ante Colombia).Debe volver a la humildad y solidaridad. La TRI debe rearmar el concepto, con el que tiene para jugar de local. Su cautela e indecisión, apartando el oportunismo y personalidad, que debe tener para las modificaciones, son temas para analizar. Debe tener un líder, ese que se ponga el equipo al hombro, cuando la mano le venga cambiada.

 

Debe buscar el talento que está por ahí escondido, pero que por la terquedad del DT, no aparece, tal vez con el sinónimo de juventud. En este momento no tiene manija ni creatividad. Los nacionalizados (Dreer y Oyola) pasaron su prueba y no la cumplieron.

 

Por lo visto el martes 28 de marzo del 2017, con aquel papelón ante Colombia, la reingeniería, incluyendo Director Técnico, debe ser la meta para concretar planes y proyectos hacia el 2018. De lo contrario, seguiremos masticando amargura, odios y desunión.

 

FICHA TECNICA

 

Ecuador: Dreer; Pineida, Mina, Caicedo, Ayoví; Orejuela, Oyola (Achilier); Antonio Valencia, Ángel Mena (M. Caicedo); Enner Valencia (Cortez); Felipe Caicedo.
DT: Gustavo Quinteros (argentino).

 

Colombia: David Ospina; Santiago Arias, Cristian Zapata, Yerry Mina, Farid Díaz; Carlos Sánchez, Abel Aguilar, Juan Guillermo Cuadrado, James Rodríguez Edwin Cardona y Miguel Borja.
DT: José Pékerman.

 

Goles: 0-1, m.20: James Rodríguez. 0-2, m.33: Juan Guillermo Cuadrado.

 

Árbitro: El argentino Néstor Pitana expulsó a Luis Caicedo (m.60). Y amonestó a Luis Caicedo y Orejuela.

 

Incidencias: Partido de la decimocuarta jornada de las eliminatorias suramericanas del Mundial de Rusia de 2018 disputado en el estadio Olímpico Atahualpa.

 

Por: Gonzalo Melo Ruíz