Aucas, el despertar de un grande
La actual administración, presidida por el gran luchador del pueblo, Ramiro Gordón, agarró al toro por los cuernos. No le tembló la mano cuando liquidó a los jugadores que no cumplieron con un aceptable rendimiento técnico y buena conducta; tampoco titubeó al momento de buscar los refuerzos nacionales y extranjeros para la segunda etapa, momento crucial de la competencia donde deben aparecer los auténticos profesionales de un equipo que tiene sangre, historia e idolatría.
Pensó con madurez en la respetable inversión para la segunda parte del año, sabe que hay que cruzar el caudaloso río para llegar a la orilla de la consagración y éxitos. Para esto hay que luchar y trabajar con honradez, como se lo ha venido haciendo hasta ahora.
Y con verdadero alborozo Don Ramiro anunció la contratación del apergaminado Carlos Ischia, DT argentino campeón Torneo Apertura y Campeón de la Copa Sudamericana con Boca Juniors en el 2008 y campeón con el Deportivo Quito 2011. Es una contratación costosa y trascendente para el fútbol ecuatoriano.
Después vienen los refuerzos nacionales: Eder Fuertes, Alex Bolaños y Hugo Vélez. Faltan 4 incorporaciones más: dos delanteros, uno ecuatoriano, Jonathan “Chachita” de la Cruz, y el otro puede ser del sur del continente. Más dos carrileros ecuatorianos, por izquierda y por derecha.
Es decir, los objetivos se trazaron de acuerdo a las necesidades reales, agradecieron los servicios a quienes armaron un plantel deficiente en la primera parte y buscaron a profesionales que van a trabajar con la institución, sin pensar en otros conceptos que anteriormente incidieron en la paupérrima campaña de la primera etapa.
Con la mayor frialdad se analizó el rendimiento de jugadores, cuerpo técnico y colaboradores administrativos. Al final, prevalecieron los intereses internos y se trazaron los lineamientos para una actuación digna en la segunda etapa donde es prohibido equivocarse.
El pueblo auquista, que visitó con fidelidad y verdadero amor en ocho fechas de local el estadio del sur, en un número de 84.183, dejando una suma de $ 654.364, debe redoblar los esfuerzos de apoyo y asistencia, porque la inversión de la actual administración merece algo más que buenas críticas. El reto está en lo que viene. Las bases están sólidas, se ha expuesto una considerable inversión, se pondrá en acción la experiencia adquirida en la primera etapa del campeonato y se procederá con todos, con la justicia que determinen sus acciones en las canchas del Ecuador.
Es lamentable que Juan Ramón Silva, prestigioso DT de Aucas, ganador del ascenso a la serie “A” termine así, desafiando, con tremendas declaraciones en contra de la actual administración. Él sabía que el equipo no daba más, que la modestia de conformación tenía un desenlace lamentable, como el que pasó, faltando tres fechas para la culminación de la primera etapa.
El no dar un paso al costado en forma oportuna, le deja al Aucas sumido en un trance complicado, del que puede salir si es que los jugadores contratados juran morirse en el campo de juego y ganan los puntos en calidad de local y visitante. Es decir, entregar el alma en cada partido.
La reingeniería fue un paso obligado. Los jugadores que no cumplieron serán transferidos a otros equipos de la serie “B”. Los que dieron todo de sí, deberán redoblar esfuerzos para quedarse en la serie de los privilegiados, donde siempre tendrán un lugar preferencial.
La decisión de invertir y llegar lo más arriba posible es una meta del ambicioso proyecto. Se ha contratado a jugadores de temple y talento, los que seguramente ingresarán al camerino con la lengua afuera, desfallecientes, dejando en la cancha el corazón que corrió a 200 kilómetros por hora y miles de gotas de transpiración, aquella que adornan los hogares de los jugadores decentes y luchadores.
La fidelidad de la hinchada de Aucas es algo sublime. Tiene historia y leyenda, es patrimonio de generaciones de quiteños que vieron en el oro y grana al representante de una estirpe inclaudicable y heroica que lucha dominicalmente por la vigencia de un nombre respetable y querido.
Y si todos los aficionados que fueron a la cancha del sur, en las buenas y en las malas, siguen con el corazón ardiente y los pulmones llenos de fe y fuerza para impulsar al querido equipo hacia los primeros lugares, solamente ahí se podrá pensar en que la tradición de siempre, hoy es una feliz realidad.
Por: Gonzalo Melo Ruíz