Un “guaguito” le hizo llorar a Papá

Enviado por robert el Lun, 23/02/2015 - 21:54

Un adolescente de 16 años, Anderson Naula,  les dio una lección a todos los 11 jugadores de Aucas, de cómo se debe luchar para lograr al objetivo de victoria. Pese a que fue zamarreado un par de veces, por los corpulentos defensores de Aucas, el juvenil con un coraje de gladiador, con una inteligencia propia de los genios y superdotados, se levantó corrió y anotó (39 y 51 min).

 

Es que perdiendo la rigurosa marca en la zona de los sobresaltos, porque no hubo tuvo escalonamiento ni postas de responsabilidad en el medio sector,  se intentó marcar a Caffa y orquesta, que dejó al “niño” que haga cosas de grandes, apareciendo como manso corderito y anotando dos goles que serán históricos. El “Guagua” pasó a la historia del fútbol ecuatoriano.

 

Conclusión: La vergonzosa actuación de Aucas no tiene explicación. Es que un niño, por más figura que sea, no puede hacerle dos goles a una defensa que tiene experiencia y a un golero que pasó los 30 años y se sobreentiende está para tapar y no para volar, queriendo ser portada de los grandes medios de comunicación que informan de fútbol.

 

La actuación de Aucas fue desilusionante, aunque el gol de Luis Valencia (16 min) predecía algo mejor. Es que resulta inadmisible que un equipo que tuvo orden y suficiencia para llegar al gol, con empates ante LDU y U. Católica, de pronto, pierda la compostura y se presente como un equipo que perdió la identidad técnico-táctica y se transforme en un costal de imperfecciones, sabiendo que en este encuentro se tenía de que dejar el alma en la cancha, no solo por los 7.000 hinchas que lo apoyaron a muerte, sino por la dignidad de sus integrantes y sus familias.


El ingreso de Juan Marcarie, Omar Ledesma y Edison Méndez no tuvo el resultado esperado por Silva.  Y lo que es más, no tuvieron el porte ni la capacidad para trascender, algo preocupante, porque las modificaciones fueron fatales. Ninguno tuvo jerarquía ni calidad. Todos se pusieron la camiseta invisible, porque no aparecieron nunca, aún, cuando la mano la mano le venía cambiada al Aucas.


ERRORES PUNTUALES.- Los fantasmas de la “B” recorrieron nuevamente las gradas del “Fortín del Sur” para dejar su huella de crueldad, insatisfacción y lágrimas. Antes, fue la zona central, donde se clavó la estaca del desconcierto, ayer el medio campo y carril izquierdo, donde Caffa fue el “capo”, Arce el desequilibrante y Naula el milagro del fútbol, mientras Miguel Ibarra, en el peor cotejo de los cuatro jugados, dio “comida” para el primero, perdiendo infantilmente un balón en la línea que divide la mitad de la cancha, quedarse como Fiat 600, sin retro ni reacción y permitir el toque de primera del “Niño Lojano” que se llenó de gol, para empatar 1-1-.


Pero además en la segunda parte, Silva saca a Lara metiendo a Méndez que no apareció jamás evidenciando una mala mañana y un momento de drama. Y de pronto Caffa mete un pelotazo al “Guaguito” que vivamente se da cuenta que Sebastián Blasquez (siete goles en cuatro partidos) estaba 10 metros fuera de su zona y sin marca, saca el escarpín derecho y clava el balón en forma impresionante para poner el 2-1 y final. El menoscabo local a la diminuta presencia, fue la explosión de gol para la visita.


Estos dos errores cuestan partidos. Los cambios fueron improductivos. Todo lo trabajado en la semana se quedó en el camerino. Todos cumplieron una actuación para el olvido.


Aucas nunca pudo asimilar el contraste. Se desconcertó y mantuvo la desesperación hasta el final. La expulsión de Luis Valencia fue el triste epílogo de una tarde de pesadilla, donde jamás se trabajó para la transición, defensa-ataque, con los 15 toques de apertura. No hubo paciencia ni laboriosidad. Fue como una epidemia repetida de imperfección técnica que condena a sus actores por la falta de fe, personalidad e inteligencia.


La rusticidad general de sus hombres, la falta de costumbres sublimes al estilo inclaudicable de lucha y entrega de los domingos castigó al final al equipo que ese domingo debía salir por la puerta grande, no esperando que se vayan los hinchas para volver con la cabeza gacha a la concentración.


No hay que crucificar a nadie, no hay que pedir la cabeza del técnico, hay que seguir trabajando. No queremos escuchar jamás aquella frase indignante de que “El campeonato recién empieza” porque los que piensan así volverán a  la serie “B”.


Debe aparecer nuevamente la propuesta de fútbol, la prodigación, creación, ambición, resistencia física, conjunción de ideas, versatilidad en la transportación y solidaridad en el complemento de la tan pregonada y antigua solidaridad.


Las pifias, la desaprobación, el insulto y la indignación de los hinchas que repudiaron la falta de calidad y coraje de muchos jugadores, con justa razón, deben transformarse en vocación ofensiva, esfuerzo, hambre de triunfos, perseverancia, fútbol depurado y pertinaz, por parte de los jugadores expetroleros.


Y si a todo ello le agregamos pasión y fuego en el campo, la brillantez de antes y la solvencia de siempre, serán los mejores argumentos para llegar a la gloria. Por lo menos para no mirar al descenso cada vez que se juega un partido de fútbol en la serie “A”.


FICHA TECNICA


S.D.Aucas: Sebastián Blasquez; Darwin Quilumba, Horacio Salaberry, Edison Carcelén, Miguel Ibarra; Omar Andrade, Cristian Hurtado, Nelson Lara, Luis Valencia; Juan Carlos Villacrés y Lauro Cazal.

Gol: Luis Valencia (16 min)- expulsado en el 91

DT: Juan Ramón Silva (uruguayo)


LDU.LOJA. Robinson Sánchez; Armando Gómez, Edwin Hurtado, Oscar Velásquez, Julio Ayoví; Kenner Arce, Onofre Mejía, Carlos Caicedo, Juan Pablo Caffa; Anderson Naula y Fabio Renato.

Goles: Anderson Naula 39 y 51 minutos.

DT: Julio César Toresani (argentino)


Jueces. Carlos Orbe (central); Juan Macías y Juan Bravo (sin problemas)


Por: Gonzalo Melo Ruíz