F1-GP China: Shangai prepara despedida de Schumacher y su duelo con Alonso.
El anuncio del alemán Michael Schumacher (Ferrari) de retirarse de la Fórmula Uno cuando acabe la presente temporada, unido a su duelo por el título con el líder del Mundial, el español Fernando Alonso (Renault), se ha traducido en una gran demanda de localidades para el Gran Premio de China, en Shangai este fin de semana.
La retirada de Schumacher está siendo un gran estímulo para la venta de entradas, que ha registrado un aumento muy notable respecto a temporadas anteriores, reconocieron fuentes de la organización.
Nadie quiere perderse las pocas vueltas que le quedan al heptacampeón alemán al volante de su Ferrari y a estas alturas las mejores entradas están ya todas vendidas, muchas de ellas adquiridas por aficionados italianos y alemanes, y sólo queda en taquilla un 20 por ciento del aforo.
La temporada pasada Shangai acogió el último Gran Premio y lo único que estaba en juego era el mundial de marcas al haberse proclamado ya Alonso campeón de pilotos, por lo que la entrada que registró el circuito, unas 100000 personas, fue menor a la de 2004, cuando Shanghai se incorporó al calendario.
Sin embargo este año Shangai será el escenario de una prueba extremadamente interesante al estar los dos pilotos (Alonso y Schumacher) separados por tan sólo dos puntos, añadieron las mismas fuentes, que señalaron que los precios de las localidades oscilan entre los 77 y 375 euros.
Efectivamente, Shangai, la ciudad del negocio por excelencia en China, está lista para explotar no sólo el adiós del mito alemán, sino también la rivalidad que éste mantiene con el vigente campeón, el español Fernando Alonso.
Para enganchar a la gente al Gran Premio se empezó instalando una máquina electrónica frente a unos famosos grandes almacenes en la que, pulsando un botón, la gente tiene la posibilidad de mostrar sus preferencias por uno u otro piloto.
Dos réplicas del Renault de Alonso y del Ferrari de Schumacher hacen de termómetro, ascendiendo cada vez que suman votos de los aficionados.
Por otra parte, las dos principales gradas del Circuito Internacional de Shangai han sido rebautizadas para el Gran Premio del domingo con los nombres de los dos aspirantes, y el público que asista al circuito recibirá una camiseta roja o azul en función de sus preferencias, según las mismas fuentes.
A diferencia de las anteriores dos temporadas Schumacher ha cedido el 50 por ciento de su protagonismo a Alonso y ambos pilotos comparten espacio en los carteles publicitarios de la carrera que empapelan la ciudad y en la que ambos aparecen lanzándose miradas desafiantes, separados por un rayo que echa chispas.
Shangai sabe que la Fórmula Uno tiene un potencial económico impar y quiere dar lustre a su competición, evitar que la mitad del aforo, de 200000 espectadores, esté vacío; y lo está consiguiendo, como demuestra que cada vez sean más las empresas chinas que se apuntan al patrocinio.
Según la cadena estatal CCTV, las carreras congregan a unos 30 millones de telespectadores en China, una cifra menor en comparación con la población del país, pero los réditos que Shanghai obtiene de su Gran Premio son jugosos; 215 millones de dólares, por ejemplo, en 2004.
Así pues, que el Gran Premio se prolongue en el tiempo es de interés primordial para la ciudad, que para esta edición ha organizado una fiesta selecta en la que no sólo estarán los pilotos y miembros de las escuderías, sino también aficionados adinerados que se lo puedan permitir, informó el Shanghai Daily.
La Fórmula Uno y lo que genera ha dado lugar también a algunos desmanes, como el del secretario del Partido Comunista de Shanghai, Chen Liangyu, que acaba de ser destituido, entre otros escándalos, por desviar fondos de las pensiones para la construcción de una autopista que conecta Shangai con su circuito.
Con todo, la tercera edición del Gran Premio de China, en un circuito de 5,45 kilómetros con 14 curvas y una recta de 1,1 kilómetros en la que los bólidos de Schumacher y Alonso podrán alcanzar los 327 kilómetros por hora, se presenta apasionante y Shangai lo sabrá aprovechar.