F1: Alonso y Renault defienden 11 puntos en 6 carreras ante Schumi.
El asturiano Fernando Alonso (Renault), que el pasado 25 de septiembre se convirtió en el piloto más joven de la historia y en el único español en ganar un Mundial de Fórmula Uno, no lo tendrá nada fácil para revalidarlo, vista la progresión del alemán Michael Schumacher y su Ferrari.
Con su victoria del domingo en Hockenheim, en el Gran Premio de su país, Schumacher sumó su quinto triunfo de la temporada y se situó a un triunfo de Alonso y a once puntos del piloto de Renault, que deberá afinar a tope lo que queda de temporada si quiere volver a celebrar el triunfo histórico que se vivió en el circuito paulista de Interlagos hace diez meses.
El pasado 25 de junio, el campeón asturiano subió a lo más alto del podio en Montreal tras imponerse en el Gran Premio de Canadá, donde sumó su sexta victoria de la temporada, después de las obtenidas previamente en Bahrein, Australia, España, Gran Bretaña y Mónaco.
En esos momentos, la diferencia de Alonso al frente de la clasificación alcanzó su tope máximo del Mundial 2006.
El asturiano lideraba con 25 puntos sobre el séptuple campeón mundial, que, sin embargo, respaldado por su equipo, el de mayores recursos técnicos del campeonato, ha encadenado triunfos en los tres últimos Grandes Premios, los de Estados Unidos -en Indianápolis-, Francia -Magny Cours- y el de ayer, domingo, en el circuito de Baden- Wuerttemberg.
Apoyado por la superioridad de su Ferrari y el impresionante avance de los neumáticos Bridgestone, frente a los Michelin que calza el monoplaza de Alonso, Schumacher ha calentado un Mundial en el que se ha postulado para lograr su octava corona intercontinental.
Si en la Motor Speedway de Indiana el ovetense había logrado el peor resultado de una temporada brillante en la que no había bajado del segundo puesto, en Hockenheim las bajas prestaciones de su R26 durante el pasado fin de semana le llevaron a igualar este resultado.
También le chafaron en cierta medida su vigésimo quinto cumpleaños, que celebró el sábado, jornada de la clasificación, en la que también igualó la peor cronometrada del año -Malasia, donde fue séptimo, por un grave error de su equipo al cargar combustible-.
En las filas de Ferrari crece el optimismo y hay quien apuesta con firmeza por el octavo título del alemán. El triple campeón mundial austriaco Niki Lauda piensa que el Kaiser hará valer la superioridad de su monoplaza rojo y, sobre todo, su mayor experiencia -Schumacher tiene 37 años y Fernando acaba de cumplir 25-; y se rumorea que el mánager del germano, su compatriota Willy Weber, ha apostado una fuerte cantidad de dinero a favor de su representado.
Fernando advirtió hace mucho acerca de la necesidad imperiosa de evolucionar el coche si se quería aspirar de nuevo al éxito. Y sus apuntes han demostrado ser del todo ciertos.
Si al dominio de los coches rojos se une la disciplina existente dentro del equipo, con el brasileño Felipe Massa subordinado por completo a Schumi, algo que no sucede en Renault con el italiano Giancarlo Fisichella, a quien Alonso supera en más del doble de los 49 puntos que suma -y que ayer cedió el tercer puesto del Mundial al gregario de Ferrari, además de compartir el cuarto con el finlandés Kimi Raikkonen-, la cosa se puede complicar mucho.
El año pasado Renault se defendía de los ataques del finlandés de McLaren Mercedes. Pero las flechas de plata no tenían fiabilidad, algo de lo que sí puede alardear el francés Jean Todt, máximo responsable deportivo de la escudería de Maranello, que también se ha acercado peligrosamente a la dirigida por el italiano Flavio Briatore en el campeonato de constructores.
Los más radicales ven cierto aire de vendetta provocada por la marcha, a final de temporada de Alonso a McLaren. Pero cuesta creer que nadie en su sano juicio tire piedras contra su propio tejado. Menos en un negocio multimillonario como la Fórmula Uno.
Quedan seis carreras. Este domingo, en Hungría, donde el astur logró su primer triunfo, en 2003, convirtiéndose en el más joven de la historia en ganar una carrera de F-1. Después vendrán los Grandes de Premios de Turquía, Italia, China y Japón, antes del cierre de Brasil. Es evidente que Briatore y los suyos deben reaccionar.
Por fortuna para sus seguidores, el más tranquilo de todos es el excepcional piloto del Principado de Asturias, que contestó tras la carrera, que más preocupados deberían estar ellos, que van detrás. A pesar de su indudable talento, Alonso no debe bajar la guardia.