La selección de Ecuador, después de debutar en el Mundial con victoria ante Polonia, utilizó el día después del partido disputado en Gelsenkirchen para regresar a su lugar de concentración en Bad Kissingen para efectuar una sesión de recuperación en un balneario de la localidad bávara.

Los ecuatorianos dejaron, ya entrada la madrugada, el Aufschalke Arena tras el brillante 2-0 frente a los polacos e hicieron noche en la cercana ciudad de Essen, lugar que eligieron para su hospedaje en este primer desplazamiento del torneo.

Esta mañana el equipo se trasladó temprano al aeropuerto de Essen y desde allí viajó hasta la base militar de uso estadounidense próxima a Bad Kissingen, para hacer el traslado mas rápido y cómodo.

Posteriormente el autobús oficial de la selección les dejó sobre el mediodía en el hotel y allí se encontraron los futbolistas con una cálida bienvenida.

Una banda local de música, vestida con las camisetas amarillas del combinado suramericano los recibió a los acordes de canciones populares ecuatorianas.

También en las puertas del hotel, al que le está prohibida la entrada a toda la persona ajena a la expedición oficial, se concentraron un grupo de seguidores ecuatorianos que se hicieron notar, junto con habitantes de Bad Kissingen y turistas atraídos por la música y los cánticos.

Los jugadores firmaron algunos autógrafos, saludaron a los presentes y rápidamente entraron en al hotel, donde descansaron antes de almorzar.

Por la tarde, los seleccionados vieron juntos el Inglatera-Paraguay, partido que se disputó en Fráncfort y que concluyó con victoria de la selección europea por 1-0.

Después se marcharon a un cercano balneario, de los muchos que hay en la ciudad, para desarrollar una completa sesión de recuperación tras el fuerte desgaste de anoche.

En esta instalación hubo tratamientos de hidroterapia, masajes e incluso ejercicios en el gimnasio para todo el grupo durante toda la tarde.

Ello impidió que los jugadores vieran el segundo partido de esta jornada del Mundial, el Trinidad y Tobago-Suecia, jugado en Dortmund y que concluyó con empate a cero.

Sí presenciarán esta noche tras la cena el tercero y último partido de la segunda jornada del Mundial, el Argentina-Costa de Marfil.

Mañana vuelve la rutina a la selección tricolor para meterse de lleno en la preparación del partido ante Costa Rica, fijado para el próximo jueves en Hamburgo y que de ganar Ecuador podría significar su clasificación virtual para los octavos de final.

Los futbolistas, como es habitual, utilizarán las instalaciones del Hans Weiss Sportpark por la mañana a partir de las 9.00 horas y por la tarde a las 16.00.

A esa jornada de trabajo llegarán algo tocados dos jugadores, el delantero Carlos Tenorio, autor del primero de los dos goles de su equipo ante Polonia, y el defensa y capitán de la selección Iván Hurtado.

Ambos fueron sustituidos en el partido de anoche, pero también los dos señalaron a la conclusión que no deben tener problemas para jugar el jueves si el seleccionador, Luis Fernando Suárez, lo considera oportuno.

Carlos Tenorio acabó algo agotado tras un entrenamiento específico que desarrolló toda la semana por unos problemas de espalda e Iván Hurtado sufrió unos calambres en los dos gemelos.