Unos 5000 ecuatorianos vibran en Madrid tras triunfo de selección.
Unos 5.000 ecuatorianos, reunidos en el Pabellón de Vista Alegre de Madrid, vibraron hoy con su selección nacional de fútbol en su triunfante debut en el Mundial de Alemania, en el que se impuso a Polonia por 2-0. Sí se puede, sí se puede, gritó incansable durante el partido la nutrida representación de la colonia ecuatoriana en la capital de España -el principal colectivo inmigrante con cerca de 185.000 personas-, que este viernes se vistió con los colores de la bandera nacional para apoyar en la distancia a los hombres que entrena Luis Fernando Suárez.
Sí se pudo, sí se pudo, coreó al final la muchedumbre, en medio de la apoteosis de la victoria, con el entusiasmo de un pequeño país que trata de superar el papel que hizo en su primera participación en un campeonato del Mundo, hace cuatro años en Corea y Japón, como relató a EFE, lleno de orgullo, un joven llamado León. Hombres, mujeres, niños, familias enteras se dieron cita en la antigua plaza de toros de Vista Alegre, hoy cancha de los equipos punteros de baloncesto de Madrid, para vivir una noche memorable y, de paso, hacer patria. Desde las gradas o desde el piso de la cancha, una imparable marea amarilla saltó y cantó, con la mirada puesta en la pantalla gigante de 25 metros cuadrados que llevó hasta el recinto madrileño las imágenes del partido que Ecuador disputó en un no menos colorido AufShalke Arena de la ciudad alemana de Gelsenkirchen.
La voz de los locutores que retransmitían el partido quedó siempre en segundo plano, cubierta por los gritos de un animador que, por la megafonía, no cesó de alentar a la concurrida colonia ecuatoriana. Los nervios iniciales, como los que mostraba una orgullosa mujer embarazada con la tricolor pintada en su vientre al aire, se fueron tensando hasta que en el minuto 23 de la primera parte el certero cabezazo de Tenorio a la red polaca, en una jugada ensayada de estrategia, disparó la alegría en las gradas. Se redoblaron los gritos y los vivas, los saltos y los abrazos, y la multitud congregada en Vista Alegre dio rienda suelta al entusiasmo y coreó aún con más fuerza y convicción el sí se puede, sí se puede. La fiesta siguió tras el descanso, mientras crecía la tensión y avanzaba el partido en su segunda mitad con esa incertidumbre de los resultados cortos, pero cualquier duda quedó disipada con el segundo tanto de la tricolor ecuatoriana, obra de Delgado a pase de Kaviedes.
Nada pudo parar ya la alegría desenfrenada en este histórico recinto del barrio madrileño de Carabanchel y sólo dos disparos a los postes del combinado polaco en las postrimerías del juego hicieron palpitar más de la cuenta el corazón de los inmigrantes ecuatorianos que residen en la capital española. La cita la organizó el Periódico Latino, uno de cuyos responsables dijo a EFE que tienen previsto nuevos encuentros del mismo tipo, siempre que Ecuador siga adelante en el Mundial, ya que los otros dos partidos de la primera fase se juegan en días y horas laborables en España. Para incentivar la asistencia, los organizadores establecieron dos premios de unos 600 dólares para la asociación que más personas llevó a Vista Alegre y para el equipo que más gente uniformada con los colores de la nacional de Ecuador fue capaz de reunir.