Fútbol-Uruguay: Darío Silva, la caída de un guerrero del área.

Enviado por roberto el Mar, 26/09/2006 - 15:29

Una mala maniobra de tráfico puso fin a la carrera del delantero internacional uruguayo Darío Silva, un verdadero guerrero del área, que con una pierna amputada lucha por ganar el partido más difícil de su vida: sobrevivir.

Silva, de 33 años, colisionó el pasado domingo la camioneta cuatro por cuatro que guiaba contra una columna en la rambla de Montevideo y salió despedido del vehículo.

La fortuna no estuvo de su lado y la columna partida cayó sobre su pierna derecha que quedó destrozada.

Los médicos intentaron salvarle la pierna, pero frente al riesgo de vida que supuso las graves lesiones, se decidió la amputación un poco por debajo de la rodilla derecha.

Aún el estado general de Darío Silva es grave, aunque mucho mejor que el que presentaba el domingo tras la colisión y se recupera lentamente en una unidad de cuidados intensivos de un sanatorio de Montevideo.

Atrás quedan más de 130 goles marcados durante su dilatada carrera que estaba en sus últimos escalones pero que un trancazo desleal de la vida apuró al final.

Darío, como se le conoció en todos los equipos en los que jugó, no pasaba desapercibido.

Ya fuera por algunas extravagancias, como pintarse el cabello de un amarillo fosforescente que contrastaba con su piel morena o poco después rapar totalmente su cabellera, como por su vehemencia para disputar un balón o su entrega sin límites en el campo.

A pesar de ser un futbolista de talla media, siempre se destacó por su elasticidad para el juego aéreo que lo llevó a marcar muchos goles.

Los primeros ocho con repercusión fueron en el local Defensor, al que llegó en 1992 desde el Yerbalense de su tierra natal en el departamento de Treinta y Tres.

Entre 1993 y 1995 fue el máximo goleador del también uruguayo Peñarol, contribuyó a ganar tres títulos de Liga y anotó 43 goles.

Su olfato frente a la portería rival lo llevó al italiano Cagliari donde jugó entre 1995 y 1998 y marcó otros 17 goles.

Posteriormente llegó la etapa española, que el propio Darío Silva consideró la más exitosa en su carrera.

En la temporada 1998-1999 jugó en el Espanyol de Barcelona donde anotó 3 goles, y luego hasta el 2003 en el Málaga donde ratificó sus condiciones con otras 37 conquistas.

Luego pasó al Sevilla donde gritó otros 9 goles antes de emigrar al inglés Portsmouth en el que jugó hasta hace pocas semanas.

Con la selección uruguaya disputó 49 partidos, entre ellos la Copa del Mundo de Corea y Japón 2002 y las eliminatorias de la Copa del Mundo de Alemania 2006.

Con la camiseta celeste marcó 14 goles y era, hasta ahora, el máximo goleador de la selección entre los futbolistas en actividad y el decimoquinto entre los máximos goleadores históricos de la selección uruguaya.

Darío Silva nunca se olvidó de los comienzos en Treinta y Tres y hasta ese departamento uruguayo, donde vive su familia, se escapaba cada vez que tenía alguna jornada de descanso en los clubes europeos a los que defendió.

La pesca con amigos en el río Olimar es una de sus pasiones.

Sus diez temporadas en el fútbol europeo permitieron a Darío ahorrar una buena suma de dinero, parte de la cual invirtió en la compra de campos en su departamento natal y en los últimos años alternó la celebración de goles con la cría de ganado.

Su accidente impactó en la sociedad uruguaya.

El presidente uruguayo, Tabaré Vázquez, envió un mensaje de solidaridad a la familia, e iguales muestras de apoyo llegaron desde varios países.

Casado con Adriana y padre de Diego y Elina, el guerrero del área lucha por su vida con el respaldo de una afición deportiva uruguaya que por su entrega lo convirtió en uno de sus principales ídolos deportivos en los últimos años.