El Milán deja pasar los días previos a su primer partido del jueves, en semifinales del mundialito contra el Urawa Reds, entre actos publicitarios y deportivos, mientras se adapta a las ocho horas de diferencia entre Japón e Italia.

Los de Ancelotti, que desde ayer se entrenan a puerta cerrada, invierten el tiempo libre en diversos compromisos, como la presentación de un nuevo modelo de zapatillas para Kaká y torneos de artes marciales.

La plantilla milanista presenció un torneo de lucha libre K-1 en la que los contendientes se baten con unas técnicas mezcla de kickboxing, kárate, boxeo y otras artes marciales.

Quizás por el interés mostrado por el Milán por este tipo de lucha, muy popular en Japón, el gran campeón de sumo, Asashoryu, bromeó ante los medios con que le gustaría invitar a Kaká a presenciar uno de sus entrenamientos.

El rival del Milán en la semifinal del jueves, el Urawa Reds japonés, vapuleó ayer al Sepahán iraní, con la actuación estelar de Washington, un fornido delantero brasileño.

El entrenador del combinado nipón, Holger Osieck, afirmó en la rueda posterior al partido que es importante "jugar con un equipo de primera clase en el mundo", pero animó a sus jugadores a no perder la concentración y pidió "más apoyo de los aficionados". EFE