Boca y Milán esperan en semifinales a unos crecidos Etoile y Urawa.
El Mundial de Clubes entra mañana en su
fase definitiva con los favoritos, Boca y Milán, desconfiados ante
el sorprendente Etoile tunecino y el Urawa Reds nipón, que vapuleó
ayer al representante iraní por tres goles a uno.
Boca Juniors y el Etoile disputan mañana la primera semifinal del campeonato en un partido en el que los argentinos, ampliamente superiores sobre el papel, tendrán que superar la red defensiva que tejerá el conjunto tunecino en su campo.
En el otro cruce se verán las caras Milán y Urawa Reds, el mejor equipo de Japón, al que varios jugadores brasileños le aportan calidad suficiente para convertirlo en un rival merecedor de respeto.
El mundialito ha ido ganando en intensidad durante el fin de semana a medida que iban conociéndose los nombres de los equipos que disputarán un puesto en la final de Yokohama a los dos grandes favoritos: Boca y Milán.
El cuadro argentino se va a encontrar enfrente con un equipo sin nombre pero orgulloso, limitado pero eficaz.
Los argentinos tendrán que ejercitar la prudencia ante un equipo que no sólo despachó a un hipotéticamente mejor Pachuca, sino que lo hizo convencido de que su estrategia basada en el orden y el contragolpe les conduciría a la victoria, tal y como confirmó el entrenador de los tunecinos tras el partido.
Los mexicanos de Pachuca llegaron al choque contra el Etoile incómodos con su vitola de favoritos, y con razón.
El Etoile, según admitió antes del torneo su capitán, Saif Ghezal, no vino a Japón a hacer turismo y se siente cómodo lejos de las quinielas que vaticinan una final Boca contra Milán en el Mundialito, a tenor de las declaraciones de su entrenador francés, Merchand Bertrand, convencido en las posibilidades de su equipo.
Eso sí, Boca tiene la historia de su parte: en las tres ediciones hasta ahora disputadas el Campeonato Mundial de Clubes siempre fue a parar al continente suramericano.
Y no sólo eso, como todos los grandes equipos, Boca tiene jugadores desequilibrantes que en un momento de apuro pueden decantar el resultado a su favor.
El otro gran favorito para la victoria final, el Milán, ya ha dado visos de no querer confiarse.
Con la preparación que ha diseñado para afrontar este campeonato el conjunto rossonero, que incluso se ha traído unos expertos en adaptación al cambio horario, ha demostrado que no está en Japón simplemente a vender camisetas.
El Milán se sabe máximo favorito para hacerse con un título que falta en sus vitrinas, pero es consciente de que la última vez que tuvo la oportunidad de ganar la Copa Intercontinental, antecesora del Mundialito, cayó derrotado ante Boca.
Lógicamente, la fase previa del campeonato ha pasado desapercibida en gran medida en los medios de comunicación internacionales, a la espera del momento de la verdad en el que entran en juego los pesos pesados del fútbol mundial.
Pero en los partidos disputados hasta ahora los preparadores Boca Juniors y Milán, Miguel Ángel Russo y Carlo Ancelotti, deberían leer algo más que un prólogo a su entrada en concurso.
Los campeones continentales africano y asiático han demostrado sobre el campo la pujanza de un fútbol joven y ambicioso, cada vez más profesional, dispuesto a enseñarle a los grandes del balompié que este deporte ya no es cosa sólo de europeos y sudamericanos.EFE
Boca Juniors y el Etoile disputan mañana la primera semifinal del campeonato en un partido en el que los argentinos, ampliamente superiores sobre el papel, tendrán que superar la red defensiva que tejerá el conjunto tunecino en su campo.
En el otro cruce se verán las caras Milán y Urawa Reds, el mejor equipo de Japón, al que varios jugadores brasileños le aportan calidad suficiente para convertirlo en un rival merecedor de respeto.
El mundialito ha ido ganando en intensidad durante el fin de semana a medida que iban conociéndose los nombres de los equipos que disputarán un puesto en la final de Yokohama a los dos grandes favoritos: Boca y Milán.
El cuadro argentino se va a encontrar enfrente con un equipo sin nombre pero orgulloso, limitado pero eficaz.
Los argentinos tendrán que ejercitar la prudencia ante un equipo que no sólo despachó a un hipotéticamente mejor Pachuca, sino que lo hizo convencido de que su estrategia basada en el orden y el contragolpe les conduciría a la victoria, tal y como confirmó el entrenador de los tunecinos tras el partido.
Los mexicanos de Pachuca llegaron al choque contra el Etoile incómodos con su vitola de favoritos, y con razón.
El Etoile, según admitió antes del torneo su capitán, Saif Ghezal, no vino a Japón a hacer turismo y se siente cómodo lejos de las quinielas que vaticinan una final Boca contra Milán en el Mundialito, a tenor de las declaraciones de su entrenador francés, Merchand Bertrand, convencido en las posibilidades de su equipo.
Eso sí, Boca tiene la historia de su parte: en las tres ediciones hasta ahora disputadas el Campeonato Mundial de Clubes siempre fue a parar al continente suramericano.
Y no sólo eso, como todos los grandes equipos, Boca tiene jugadores desequilibrantes que en un momento de apuro pueden decantar el resultado a su favor.
El otro gran favorito para la victoria final, el Milán, ya ha dado visos de no querer confiarse.
Con la preparación que ha diseñado para afrontar este campeonato el conjunto rossonero, que incluso se ha traído unos expertos en adaptación al cambio horario, ha demostrado que no está en Japón simplemente a vender camisetas.
El Milán se sabe máximo favorito para hacerse con un título que falta en sus vitrinas, pero es consciente de que la última vez que tuvo la oportunidad de ganar la Copa Intercontinental, antecesora del Mundialito, cayó derrotado ante Boca.
Lógicamente, la fase previa del campeonato ha pasado desapercibida en gran medida en los medios de comunicación internacionales, a la espera del momento de la verdad en el que entran en juego los pesos pesados del fútbol mundial.
Pero en los partidos disputados hasta ahora los preparadores Boca Juniors y Milán, Miguel Ángel Russo y Carlo Ancelotti, deberían leer algo más que un prólogo a su entrada en concurso.
Los campeones continentales africano y asiático han demostrado sobre el campo la pujanza de un fútbol joven y ambicioso, cada vez más profesional, dispuesto a enseñarle a los grandes del balompié que este deporte ya no es cosa sólo de europeos y sudamericanos.EFE