Ecuador sorprende en hombres y Brasil cumple guión en mujeres (resumen final)
Ecuador obtuvo su primer título internacional de fútbol con su triunfo sobre Jamaica (2-1) en una final masculina inédita, mientras que el fútbol femenino sí cumplió con el guión previsto y Brasil hizo buenos todos los pronósticos al colgarse el oro después de arrollar a Estados Unidos (5-0).
Las promesas sub 17 de Ecuador, que se midieron a varios equipos sub 20, destacaron por su fuerza y de hecho su entrenador, Sixto Vizuete, y el del otro equipo finalista, Wendell Downswell (Jamaica), reconocieron tras la final que la clave del triunfo de la selección tricolor fue su "fortaleza".
"La clave del éxito ha sido la fortaleza de mi equipo y que mis jugadores han formado un bloque en todo momento", dijo el entrenador sudamericano, quien reconoció a EFE que para preparar el partido ante Jamaica habló con su colega mexicano, Isidoro García.
El empuje racial de los ecuatorianos y su presión asfixiante acabó por otorgarles el lugar más alto del podio. Los tricolores, además, tuvieron la virtud de rentabilizar sus acciones de ataque,
En la autoestima de los nuevos campeones debe pesar, al margen del oro, el hecho de haber protagonizado en Río 2007 la gran "campanada" del torneo futbolístico, al eliminar a los anfitriones en su mejor encuentro (4-2).
La selección brasileña fue la gran decepción del torneo, al igual que su primera estrella, el delantero Marcelo de Morais "Lulinha", quien metió tres goles en la primera jornada.
Con Brasil y Argentina fuera de la competición, el fútbol se quedó un poco huérfano, pero tanto ecuatorianos como jamaicanos aportaron el aliciente de ser nuevos en la elite y de estrenarse en un medallero de fútbol.
Lo de Argentina, que venía de conseguir en los Panamericanos de Santo Domingo su sexto oro, fue de lo más sorprendente pues se quedó "anclada" en la primera fase. Tal vez la selección mexicana, en ausencia de los grandes favoritos, debió opositar a lo máximo, pero sólo fue medalla de bronce.
Jamaica presentó los mejores registros del torneo, con ocho goles marcados y dos encajados. Los caribeños aportaron al mejor goleador de la competición, Kemmar Daley, con cuatro tantos.
Por otra parte, la competición de fútbol femenino deparó una exhibición de Brasil que ganó la medalla de oro arrollando en la final a Estados Unidos. La final fue la prevista, ya que tanto estadounidenses como brasileñas fueron muy superiores a sus rivales durante todo el torneo.
Eliminados los chicos, la selección femenina dio una gran alegría a la "torcida" al colgarse esa presea dorada y, sobre todo, tras zarandear en la final a las estadounidenses, sus principales enemigas, que ya les habían arrebatado el título olímpico en Atenas.
El ambiente de fútbol, el de verdad, llegó en los partidos disputados en el estadio de Maracaná, ya que en el Joao Havelange la mayoría de los encuentros registró entradas muy pobres.
Marta Silva fue la estrella del torneo junto a la estadounidense Lauren Cheney, aunque el hecho de que ésta saliera goleada en la final le restó una parte de los méritos acumulados.
Brasil reivindicó, con su segundo oro panamericano, el valor y la pujanza del fútbol femenino y Marta Silva personificó esa exhibición de las anfitrionas, ya que en la final dio una lección de fútbol total pleno de fuerza, desborde, velocidad y toque exquisito.
El fútbol femenino se disputó por primera vez en los Juegos Panamericanos de 1999 en Winnipeg (Canadá) y entonces, su repercusión era mínima, pero en Río se ha demostrado que está alcanzando, paulatinamente, un lugar relevante.
Por último, en el fútbol sala no hubo más color que el amarillo de las camisetas de Brasil que se proclamó primer campeón Panamericano tras derrotar a Argentina (4-1) en una final que enfrentaba a las dos favoritas, pero que resultó escasamente emocionante ante el acometedor inicio de los anfitriones, quienes salieron "al abordaje" desde el primer minuto.
La calidad de una plantilla repleta de excelentes jugadores, muchos de ellos integrantes de equipos españoles, pudo con todos y eso que Brasil no ofreció un fútbol sala excesivamente espectacular. Tampoco le hizo falta. EFE
Las promesas sub 17 de Ecuador, que se midieron a varios equipos sub 20, destacaron por su fuerza y de hecho su entrenador, Sixto Vizuete, y el del otro equipo finalista, Wendell Downswell (Jamaica), reconocieron tras la final que la clave del triunfo de la selección tricolor fue su "fortaleza".
"La clave del éxito ha sido la fortaleza de mi equipo y que mis jugadores han formado un bloque en todo momento", dijo el entrenador sudamericano, quien reconoció a EFE que para preparar el partido ante Jamaica habló con su colega mexicano, Isidoro García.
El empuje racial de los ecuatorianos y su presión asfixiante acabó por otorgarles el lugar más alto del podio. Los tricolores, además, tuvieron la virtud de rentabilizar sus acciones de ataque,
En la autoestima de los nuevos campeones debe pesar, al margen del oro, el hecho de haber protagonizado en Río 2007 la gran "campanada" del torneo futbolístico, al eliminar a los anfitriones en su mejor encuentro (4-2).
La selección brasileña fue la gran decepción del torneo, al igual que su primera estrella, el delantero Marcelo de Morais "Lulinha", quien metió tres goles en la primera jornada.
Con Brasil y Argentina fuera de la competición, el fútbol se quedó un poco huérfano, pero tanto ecuatorianos como jamaicanos aportaron el aliciente de ser nuevos en la elite y de estrenarse en un medallero de fútbol.
Lo de Argentina, que venía de conseguir en los Panamericanos de Santo Domingo su sexto oro, fue de lo más sorprendente pues se quedó "anclada" en la primera fase. Tal vez la selección mexicana, en ausencia de los grandes favoritos, debió opositar a lo máximo, pero sólo fue medalla de bronce.
Jamaica presentó los mejores registros del torneo, con ocho goles marcados y dos encajados. Los caribeños aportaron al mejor goleador de la competición, Kemmar Daley, con cuatro tantos.
Por otra parte, la competición de fútbol femenino deparó una exhibición de Brasil que ganó la medalla de oro arrollando en la final a Estados Unidos. La final fue la prevista, ya que tanto estadounidenses como brasileñas fueron muy superiores a sus rivales durante todo el torneo.
Eliminados los chicos, la selección femenina dio una gran alegría a la "torcida" al colgarse esa presea dorada y, sobre todo, tras zarandear en la final a las estadounidenses, sus principales enemigas, que ya les habían arrebatado el título olímpico en Atenas.
El ambiente de fútbol, el de verdad, llegó en los partidos disputados en el estadio de Maracaná, ya que en el Joao Havelange la mayoría de los encuentros registró entradas muy pobres.
Marta Silva fue la estrella del torneo junto a la estadounidense Lauren Cheney, aunque el hecho de que ésta saliera goleada en la final le restó una parte de los méritos acumulados.
Brasil reivindicó, con su segundo oro panamericano, el valor y la pujanza del fútbol femenino y Marta Silva personificó esa exhibición de las anfitrionas, ya que en la final dio una lección de fútbol total pleno de fuerza, desborde, velocidad y toque exquisito.
El fútbol femenino se disputó por primera vez en los Juegos Panamericanos de 1999 en Winnipeg (Canadá) y entonces, su repercusión era mínima, pero en Río se ha demostrado que está alcanzando, paulatinamente, un lugar relevante.
Por último, en el fútbol sala no hubo más color que el amarillo de las camisetas de Brasil que se proclamó primer campeón Panamericano tras derrotar a Argentina (4-1) en una final que enfrentaba a las dos favoritas, pero que resultó escasamente emocionante ante el acometedor inicio de los anfitriones, quienes salieron "al abordaje" desde el primer minuto.
La calidad de una plantilla repleta de excelentes jugadores, muchos de ellos integrantes de equipos españoles, pudo con todos y eso que Brasil no ofreció un fútbol sala excesivamente espectacular. Tampoco le hizo falta. EFE