El sueño de España acabó en cuartos; la final: Europa-Sudamérica
El sueño con el que España acometió mundial sub'20 que se está disputando en Canadá acabó en cuartos de final, tras los cuales ya ha quedado determinado que la final la jugarán un equipo europeo y otro sudamericano.
Inesperada y dolorosa fue la derrota de los de Ginés Meléndez ante la República Checa. Por varios motivos, pero sobre todo porque España es mucho mejor equipo que Chequia. Sin duda ninguna.
No obstante, un césped infame y la falta de acierto la dejaron al albur de unos penaltis a los que, eso sí, los checos llegaron con mayor determinación. Antes, se habían dedicado a dejar pasar el tiempo a la espera que del cielo les cayera un regalo.
Les cayeron dos. Con el primero, un error de Adán que permitió el gol de Kalouda, no tuvieron suficiente; con el segundo, una tanda de penaltis que no merecieron, si.
Y España para casa después de un torneo irregular en el que no consiguió ser la que el pasado año se llevó de calle el europeo sub-19 de Polonia. Tuvo problemas en todos los partidos -empezó perdiendo tres de los cinco que ha disputado-, pero realizó una hazaña para la historia: le remontó dos goles a Brasil. Y lo hizo en un partido a vida o muerte.
Después llegó el cambio de sede, Edmonton no la acogió como Burnaby, donde estuvo más de dos semanas como en casa, y se acabó una película cuyo final parecía la final.
No será así y de la plaza que pretendía ocupar se hará cargo o la República Checa o Austria. Enfrente Chile o Argentina, que hoy despacharon con más o menos problemas a Nigeria y México.
Así que Europa-Sudamérica para jugarse el título. O aún más concreto, el Cono Sur contra Centroeuropa. O lo que es lo mismo, a la vista de lo que ofrecen los cuatro equipos: dinamismo, intuición y toque contra disciplina, fortaleza y juego aéreo.
Si la semifinal Chile-Argentina entraba en muchos pronósticos, no todos, la Austria-República Checa no la esperaba casi nadie.
Quizás que Austria se impusiese a una Estados Unidos que empezó sensacional pero decayó mucho en octavos, aunque los superó, podría esperarlo alguien. Pero que perdiera España, después del sensacional 4-2 con remontada incluida a Brasil, no entraba en las cuentas de nadie.
Pero el fútbol sabe de sorpresas como de pronósticos y da más muchas. España lo sufrió en sus carnes como antes Brasil en la peor primera fase que se le recuerda. Ahora, con las dos en la calle, y también ya sin México, Argentina queda como gran favorita a seguir reverdeciendo laureles en una competición que parece tener dominada.
De todos modos, deberá tener cuidado con Chile, la gran revelación de campeonato. Números como los de cuatro victorias, un empate que le favorecía, once goles a favor y ninguno en contra avalan a una 'rojita' convencida de que no ha dicho su última palabra. El jueves en Toronto se verá. Y un día antes, en Edmonton, se sabrá el finalista europeo.
Inesperada y dolorosa fue la derrota de los de Ginés Meléndez ante la República Checa. Por varios motivos, pero sobre todo porque España es mucho mejor equipo que Chequia. Sin duda ninguna.
No obstante, un césped infame y la falta de acierto la dejaron al albur de unos penaltis a los que, eso sí, los checos llegaron con mayor determinación. Antes, se habían dedicado a dejar pasar el tiempo a la espera que del cielo les cayera un regalo.
Les cayeron dos. Con el primero, un error de Adán que permitió el gol de Kalouda, no tuvieron suficiente; con el segundo, una tanda de penaltis que no merecieron, si.
Y España para casa después de un torneo irregular en el que no consiguió ser la que el pasado año se llevó de calle el europeo sub-19 de Polonia. Tuvo problemas en todos los partidos -empezó perdiendo tres de los cinco que ha disputado-, pero realizó una hazaña para la historia: le remontó dos goles a Brasil. Y lo hizo en un partido a vida o muerte.
Después llegó el cambio de sede, Edmonton no la acogió como Burnaby, donde estuvo más de dos semanas como en casa, y se acabó una película cuyo final parecía la final.
No será así y de la plaza que pretendía ocupar se hará cargo o la República Checa o Austria. Enfrente Chile o Argentina, que hoy despacharon con más o menos problemas a Nigeria y México.
Así que Europa-Sudamérica para jugarse el título. O aún más concreto, el Cono Sur contra Centroeuropa. O lo que es lo mismo, a la vista de lo que ofrecen los cuatro equipos: dinamismo, intuición y toque contra disciplina, fortaleza y juego aéreo.
Si la semifinal Chile-Argentina entraba en muchos pronósticos, no todos, la Austria-República Checa no la esperaba casi nadie.
Quizás que Austria se impusiese a una Estados Unidos que empezó sensacional pero decayó mucho en octavos, aunque los superó, podría esperarlo alguien. Pero que perdiera España, después del sensacional 4-2 con remontada incluida a Brasil, no entraba en las cuentas de nadie.
Pero el fútbol sabe de sorpresas como de pronósticos y da más muchas. España lo sufrió en sus carnes como antes Brasil en la peor primera fase que se le recuerda. Ahora, con las dos en la calle, y también ya sin México, Argentina queda como gran favorita a seguir reverdeciendo laureles en una competición que parece tener dominada.
De todos modos, deberá tener cuidado con Chile, la gran revelación de campeonato. Números como los de cuatro victorias, un empate que le favorecía, once goles a favor y ninguno en contra avalan a una 'rojita' convencida de que no ha dicho su última palabra. El jueves en Toronto se verá. Y un día antes, en Edmonton, se sabrá el finalista europeo.