La difícil defensa del título de Fernando Alonso en un año con muchos cambios.

Enviado por bielo el Lun, 12/03/2007 - 12:33
Fernando Alonso inicia este fin de semana la defensa de su segundo título mundial en el Gran Premio de Australia, una labor que se presenta difícil, y lo hará al volante de un McLaren-Mercedes, tras haber pasado los cinco últimos en Renault.

A Fernando Alonso siempre hay que considerarle favorito al título con la condición de que disponga de un coche medianamente competitivo, como parece serlo el McLaren MP4/22 Mercedes, porque nadie mejor que él sabe gestionar las carreras y sacarle el máximo rendimiento al material que tiene a su disposición, aunque no sea el mejor.

En lo que ha salido ganando Fernando Alonso con el cambio de Renault a McLaren es en que mientras en la escudería francesa no se fiaban de él a la hora de tomar decisiones técnicas o tácticas, en su nuevo equipo es el líder indiscutible y confían ciegamente en él y en su capacidad de trabajo y de tomar decisiones para reverdecer los laureles de la escudería.

La temporada que se iniciará el domingo es la más revolucionaria de los últimos años, con cambios de pilotos en las escuderías que acabaron el pasado años en los tres primeros puestos del Mundial -Renault, Ferrari y McLaren-, con un solo suministrador de neumáticos -Bridgestone-, con los motores sin posibilidad de desarrollo -limitados a 19.000 vueltas- y muchos otros factores que pueden hacer de la misma la más competida de los últimos años.

Alonso, después de dos títulos mundiales consecutivos, deja Renault para ir a McLaren; el finlandés Kimi Raikkonen se marcha de Mclaren para ocupar el puesto del pluricampeón alemán Michael Schumacher, y en Renault Flavio Briatore vuelve a jugar la carta de un piloto joven, el finlandés Heikki Kovalainen, preparado en el seno de la escudería, para crear el 'anti-Alonso'.

Ferrari no sólo ha perdido a Michael Schumacher, sino a buena parte de sus ingenieros, que han decidido tomarse un descanso tras haber conseguido todo con Schumacher. Y hay que ver a la hora de la verdad, cuando comiencen las carreras, si la ausencia de Ross Brawn repercute a la hora de decidir las tácticas.

Por lo visto en los entrenamientos invernales Ferrari y McLaren se encuentran un paso por delante de la competencia. En la escudería italiana el brasileño Felipe Massa, en su segundo año como piloto oficial, después de haber sido con anterioridad piloto de pruebas, ha dado buena cuenta de Kimi Raikkonen y se perfila como el más serio rival de Fernando Alonso en la lucha por el título.

Ferrari tiene a su favor el suministrador único de neumáticos, Bridgestone, con el que llevan trabajando las últimas siete temporadas.

Fernando Alonso se ha quedado admirado en Bahrein de lo poco que se desgastan los neumáticos traseros, lo que les permite llevar un ritmo muy constante en las tandas largas e incluso marcar los mejores tiempos al final de las mismas con los coches más ligeros de gasolina.

Renault, después de dos títulos mundiales de pilotos y constructores, se presenta a este inicio del Mundial por detrás de Ferrari y McLaren, Kovalainen se ha mostrado más rápido que Giancarlo Fisichella y éste quizá no termine la temporada, si los resultados no le acompañan y su puesto será ocupado por el brasileño Nesinho Piquet, que ha rodado de forma asidua este invierno.

La sorpresa del campeonato puede ser BMW-Sauber, con el alemán Nick Heidfeld y el polaco Robert Kubica. Sus tiempos han sido muy buenos, pero su principal problema es la fiabilidad de la caja de cambios, un mal crónico que no han podido resolver este invierno. Cuando lo hagan pueden ser temibles.

El resto de las escuderías, las mismas que el pasado año, parece que van a tener unos resultados parecidos, Honda, con el brasileño Rubens Barrichello y el británico Jenson Button, no parecen haber alcanzado un gran nivel de competitividad, al igual que Red Bull, que monta los motores Renault, en un coche diseñado por Adrian Newey, pero con el que ni el británico David Coulthard, ni el australiano Mark Webber han logrado buenos tiempos.

Después del infierno del pasado año, en el que sumaron abandono tras abandono, Williams, esta vez equipado con motores Toyota, puede volver a los puestos de arriba, algo que la propia Toyota, una vez más, parece que lo tiene muy difícil con un coche que una vez más parece no ser competitivo.