Baloncesto-Japón 2006: El Mundial llega al reino del béisbol y el manga.

Enviado por roberto el Mié, 16/08/2006 - 11:04

La llegada a Japón de las mejores selecciones de baloncesto del mundo apenas ha levantado expectación, en un país donde reina el béisbol, seguido por el pujante fútbol y el tradicional sumo.

El baloncestista japonés más famoso se llama Hanamichi Sakuragi, un estudiante de secundaria que se autoproclama el rey de los rebotes.

Pese a su tremenda popularidad, que ha traspasado las fronteras japonesas, este pívot pelirrojo de 1,92 metros y unos 83 kilos, capitán del instituto Shohoku, no representará a su país en el Mundial. Simplemente porque se trata de un personaje de manga (cómic japonés).

La afición por el basket se disparó en Japón en los noventa gracias a Slam Dunk, el cómic de Takehiko Inoue que durante varios años ostentó el récord absoluto de ventas en el archipiélago nipón.

Posteriormente, las aventuras deportivas y sentimentales de Sakuragi fueron trasladadas a la pequeña pantalla con una serie de animación que dio la vuelta al mundo.

Este pequeño boom no se tradujo en una liga profesional hasta el año pasado, cuando se estrenó la bj-league, con seis equipos: Osaka Evessa, Niigata Albirex, Tokyo Apache, Sendai 89ers, Oita Heatdevils y Saitama Broncos.

El experimento ha funcionado y la segunda campaña, que comenzará en noviembre, contará con dos clubes más, Toyama Grouses y Takamatsu Five Arrows.

Pese a la juventud del baloncesto japonés, el año pasado un jugador nipón, Yuta Tabuse logró encaramarse hasta la cumbre más alta para todo baloncestista, la NBA, y lo hizo con un contrato en el bolsillo de los Suns de Phoenix.

Los medios japoneses se volcaron en la gesta del rápido base de 25 años y 1,75 metros de altura, que al final sólo duró cuatro partidos en los que dispuso de escasos minutos y apenas pudo demostrar su calidad.

Yuta Tabuse tampoco defenderá los colores de su país en el Mundial, al preferir centrarse en su asalto a la NBA, desde el Alburquerque Thunderbirds, en una de las ligas estadounidenses menores.

La ausencia de Tabuse, junto a la de otros jugadores determinantes de la jb-league, convierten al Mundial en una misión imposible para la selección japonesa.

Nada más conocer que organizaría la cita mundialista, la Federación japonesa contrató los servicios del croata Zeljko Paulicevic para que le echara una mano con el equipo.

Este viejo lobo del baloncesto, dos veces campeón de Europa (Cibona y Pop 84), aceptó el reto y desde hace tres años y medio trata de infundir su clase internacional a su inexperto conjunto.

Sin embargo sus expectativas son muy bajas. Tras el sorteo de sus rivales de la primera ronda (España, Alemania, Nueva Zelanda, Panamá y Angola), Pavlicevic fue claro con los periodistas.

¿Conocéis el nombre de alguno de mis jugadores? ¿No?, pues con eso está todo dicho, señaló nada más ser preguntado sobre cuáles eran sus objetivos en el Mundial.

El director de deportes de la cadena japonesa de televisión TBS que posee lo derechos del Mundial, Kazushi Yubuchi, tampoco espera mucho del equipo y responde con un no rotundo, cuando se le cuestiona sobre si Japón tiene posibilidades de hacer algo en el torneo.

Yubuchi considera al baloncesto como el sexto deporte en Japón, por detrás también del voleibol y el rugby.

La selección nipona se prepara para su prueba mundialista en la más estricta intimidad, en un moderno complejo deportivo situado en el norte de Tokio, que cuenta con un discreto pabellón sin gradas.

Nada que ver con el revuelo que levantaron sus compañeros de la selección de fútbol, que en su preparación para el Mundial de Alemania eran jaleados por más de 15000 personas en cada entrenamiento.

Los equipos de la nueva liga profesional de baloncesto están haciendo todo lo posible para aumentar el número de seguidores, algunos con ideas de lo más curiosas.

Justo antes de que los Sendai 89ers dieran inicio a su primer partido de la temporada, en el pabellón repleto de espectadores se ofició una boda, iniciativa del principal patrocinador del equipo, una compañía que se encarga precisamente de organizar enlaces matrimoniales.

A pesar del secundario papel de este deporte en Japón, la asistencia del público a las cinco sedes del Mundial (Saitama, Hiroshima, Sendai, Sapporo y Hamamatsu) está prácticamente asegurada.

El comisionado de la NBA, David Stern, ha manifestado en más de una ocasión que sólo hay un país al que podría extenderse la liga de baloncesto más poderosa del planeta y ese es Japón, porque las canchas siempre se llenan.