Atletismo-Campeonato de Europa: Rusia coge el testigo de la URSS en la pista de atletismo.
Rusia cogió el testigo de la Unión Soviética en la pista de atletismo al obtener una de cada cuatro medallas en los Campeonatos de Europa celebrados en Gotemburgo, lo que ha disparado las sospechas de dopaje.
Las cifras hablan por si solas. En los Mundiales de 2007 creo que dominaremos el medallero, ya que Estados Unidos ha bajado mucho el nivel en las últimas dos temporadas por los escándalos de dopaje, declaró hoy Rostislav Orlov, jefe de prensa de la Federación Rusa de Atletismo.
Rusia obtuvo en Gotemburgo 34 medallas, doce de ellas de oro -el 25 por ciento del total (141 metales), el mejor resultado de su historia-, 12 de plata y 10 de bronce, apabullando a sus rivales especialmente en el cuadro femenino.
En las 23 modalidades femeninas, las atletas rusas se colgaron once medallas de oro (29 en total) y consiguieron varios dobletes históricos en 200, 400, 800, 1.500, 10.000, pértiga, triple salto o longitud.
Los hombres rusos únicamente lograron cinco medallas, ninguna de oro, aunque Frolov estuvo muy de cerca de ello en los 400 metros lisos, mientras la marcha otorgó a Rusia una plata y un bronce, los 100 metros una plata y el Decatlón otro bronce.
España y Gran Bretaña fueron los segundos países en número de medallas con once cada uno, mientras en el medallero Alemania, Bielorrusia y Francia secundaron a Rusia con cuatro oros cada uno.
El resultado fue muy bueno. Los hombres estuvieron mejor de lo esperado, a pesar de las ausencias, y las mujeres en su línea de los últimos años, subrayó Orlov.
Rusia, que acogió en marzo los Campeonatos del Mundo en pista cubierta, donde también encabezó el medallero, se presentó en Gotemburgo con el equipo más numeroso de los campeonatos, con 55 hombres y 64 mujeres.
Atletas como Yelena Isinbáyeva en pértiga, Tatiana Lébedeva en triple salto o Tatiana Tomashova en 1.500 son casi imbatibles en sus pruebas, sea a nivel continental o mundial.
Tras sufrir en el mitin de Estocolmo a finales de julio su primera derrota desde 2004, con un salto 39 centímetros menor que su récord del mundo (5.02), la zarina de la pértiga se colgó el oro en Gotemburgo con relativa facilidad al superar el listón situado en 4,80, altura inalcanzable para sus rivales.
Algunas medallas fueron obtenidas por atletas rusas sin apenas experiencia internacional, lo que coloca a Rusia en una inmejorable posición para confirmar su hegemonía en los Mundiales de Toronto y los Juegos Olímpicos de Pekín.
Aunque en lanzamientos Rusia ha perdido terreno en relación a países como Bielorrusia, la casi adolescente Darya Pishchalnikova se llevó el oro con 65,55 metros, 120 centímetros más que Franka Dietzsch, campeona mundial y la gran favorita a la victoria en disco.
El único punto negro estuvo en el salto de altura, donde Yelena Slesarenko, campeona olímpica en Atenas, se quedó fuera del podio y dejó a Rusia sin medallas en esta modalidad.
Entre las ausencias destacó la de Yuri Borzakovski, campeón olímpico y mundial de 800 metros lisos y uno de los pocos europeos capaces de enfrentarse a los africanos en el medio fondo, y Serguéi Makárov, medallista olímpico y mundial en pértiga.
El aplastante dominio ruso, especialmente entre las mujeres, llevó al presidente de la Federación Española de Atletismo, José María Odriozola, a acusar a Rusia de recurrir a métodos prohibidos para mejorar el rendimiento de sus atletas.
Orlov rechazó estas acusaciones al considerar que son los controles los que tienen la última palabra en cuanto a si un deportista está limpio o no. Si los controles son negativos, no se puede afirmar que los atletas rusos se dopan.
Allá su conciencia (la de Odriozola). El atletismo ruso está limpio, subrayó.
El portavoz subrayó que la Federación rusa no recurre a métodos que permitan eludir los controles antidopaje y los atletas rusos no podrían pagarlos, en ningún caso, ya que son muy caros.
Orlov vinculó las afirmaciones de Odriozola con la necesidad de justificar el mal rendimiento de algunos atletas españoles en los campeonatos.
El caso más sonado de dopaje entre atletas rusos en los últimos años tuvo lugar en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, cuando el COI retiró la medalla de oro a la lanzadora de peso Irina Korzhanenko por consumo de estanozolol.