Propietario del Marsella niega conocer irregularidades del club.
El principal accionista del Olympique de Marsella, Robert Louis-Dreyfus, negó que conociera las presuntas irregularidades financieras, durante la primera jornada del juicio sobre supuestas malversaciones en los traspasos de jugadores al club a finales de los 90.
Negociaba el monto de los traspasos, pero luego intervenía pocas veces. No participaba en las negociaciones, afirmó el hombre que se hizo con el Marsella tras la caída de Bernard Tapie, ante el Tribunal Correccional de Marsella, que juzga el caso.
El testimonio de Louis-Dreyfus contradice el que había dado el ex-presidente delegado del club Jean-Michel Roussier, quien aseguró que el propietario estaba sistemáticamente informado de todas las negociaciones sobre traspasos.
Hasta 14 personas, además de Louis-Dreyfus y del ex-entrenador Roland Courbis, comparecen como acusados en el juicio sobre las cuentas del Marsella, que trata de determinar si hubo malversaciones en los traspasos del club.
Entre los traspasos sospechosos figuran los del español Iván de la Peña, y los franceses Laurent Blanc y Christiphe Dugarry, comprados ambos al Barcelona, y Claude Makelele.
El propietario del club admitió que invirtió importantes cantidades en el club, en cuyas arcas entraron unos 135 millones de euros entre 1997 y 2002 procedentes de una cuenta suiza de Louis-Dreyfus, propietario de la marca deportiva Adidas.
El empresario aseguró no lamentar el dinero invertido, sino haberlo hecho con malas decisiones, lo que les ha impedido tener la regularidad deseada.
Señaló que compró el Marsella para contrarrestar a su rival Nike, que pretendía hacerse con el club.
Los investigadores se interrogan sobre la presencia del millonario, cuya fortuna se calcula en mil millones de euros, en el Olympique de Marsella, pese a que el inversor apenas pisaba el estadio Velódromo.
El juicio, que proseguirá mañana, tratará de determinar si, como sospechan los investigadores, el Marsella había puesto en práctica un sistema oculto de pagos mediante el cual habrían defraudado dinero al fisco.
Según publican diversos medios franceses, los traspasos del club entre 1997 y 1999 se inflaron en un 15 y un 25 por ciento, dinero que acabó en diversas cuentas en paraísos fiscales.
Los jueces decidieron no procesar a ninguno de los futbolistas concernidos, en contra de la opinión de la Fiscalía.
El proceso ha despertado un gran interés en Francia, donde el mundo del fútbol está inmerso en diversos escándalos e investigaciones, como la que los jueces hacen sobre los traspasos en el París Saint-Germain o en las cuentas de la Federación Francesa de Fútbol (FFF).