Romario no anotó y el Maracaná se queda sin fiesta.

Enviado por bielo el Dom, 01/04/2007 - 19:29
Romario pasó en blanco hoy en el clásico entre el Vasco da Gama y el Botafogo y frustró a un estadio Maracaná repleto, que se quedó con el grito de su milésimo gol preparado en la boca.

Romario, quien anotó su gol número 999 hace una semana ante el Flamengo, no pudo repetir la dosis hoy contra el Botafogo, que no sólo logró contener al veterano jugador de 41 años sino que además se impuso por 2-0 con goles de Lucio Flavio (m,14) y Tulio (m.92).

Hasta ese último gol, Romario había hecho de todo por conseguir el suyo, pero el portero Julio César algunas veces, la mala puntería o la mala suerte se lo negaron.

Las tribunas del Maracaná vivieron uno de sus mejores días, con cerca de 60.000 personas que vibraron en espera del milésimo gol, que incluso deseaban ver muchos de los hinchas del Botafogo.

Pero, como dijo Romario al concluir el encuentro, "hoy no se dio", pese a que lo buscó con ahínco durante todo el encuentro.

Ingresó al campo en medio de una enorme nube de fotógrafos, lo que retrasó en unos veinte minutos el inicio del partido.

Antes de tocar el primer balón, el jugador había reiterado su "ansiedad" por alcanzar una marca que se ha fijado como límite para terminar su carrera y se le notó en el campo.

Estuvo al acecho, como siempre, y pudo anotar el milésimo con un balón que le escapó en el área pequeña al portero Julio César, quien se recuperó antes de que llegase el pie derecho de Romario.

Su visible ansiedad lo traicionó en el minuto 36, cuando paró un balón con la mano y fue amonestado.

Seis minutos después casi llega el momento que todos esperaban en el Maracaná. Romario recibió en posición de gol e intentó cubrir a Julio César con una vaselina, pero el portero del Botafogo se estiró e impidió que el "Baixinho" celebrase el milésimo con un golazo.

Las tribunas se volvieron a levantar en el minuto 54, cuando Romario entró por el lado izquierdo del área, se detuvo, apuntó y lanzó un disparo fuerte, cruzado, que rozó el palo y pegó en el lado exterior de la red.

En el minuto 63 tuvo otra oportunidad frente al portero Julio César, volvió a intentar una vaselina y el balón se fue por encima del travesaño.

Su último remate fue en el minuto 91. Una media vuelta con la velocidad de los buenos tiempos y un disparo fuerte que, otra vez, se fue cerca del palo.

"No se dio, hoy no se dio", insistió Romario en medio de otra nube de periodistas que le rodeó al concluir el encuentro.

Ahora, el milésimo puede llegar el próximo miércoles. Será otra vez en Río de Janeiro, pero en el estadio Sao Januario, del Vasco da Gama, que recibirá al débil Gama para un partido de la Copa de Brasil.