Lloró de emoción el “Gonzalo Pozo Ripalda”

Enviado por andre el Mié, 27/11/2013 - 09:50

Aucas 5- Ferroviarios 1. Fue un momento inolvidable cuando el mejor wing de Aucas de todos los tiempos, Gonzalo Pozo Ripalda, bajó de su auto, en silla de ruedas, acompañado de sus afectuosos hijos, para recibir el cariño de todos aquellos seguidores de ayer, hoy y siempre. El Fortín del Sur, de hoy en adelante se llamará “Gonzalo Pozo Ripalda”.

 

Y esa nueva historia de respeto al sagrado césped del sur, empezó el domingo, 24 de noviembre del 2013, cuando el ídolo recordando sus momentos de gloria, “atropelló” al Tren de Durán, el Ferroviarios por 5-1.

 

Fue un concierto de frac amarillo. Cierre majestuoso de campeonato, show, goles y el festejo de al menos dos mil hinchas, los auténticos, que vitorearon a los ídolos que ofrecieron una demostración inolvidable de contundencia. La  fiel y querida hinchada, aquella que no reprueba con agresiones verbales, sino que alienta con el corazón, al final ondeó sus banderas en señal de júbilo y orgullo.

 

Aquellas pinceladas del Potrito Figueróa,  autor de dos golazos el primero a los 28 minutos y el segundo, inolvidable por su concepción y talento a los 61, dejaron sin aliento a los 2.000 hinchas, que además, vieron las diabluras de Omar Pilataxi (34m); del rutilante e indescifrable Jimmy Delgado (44m) y del talentoso Diego Quintanilla (75m), cerrando el concierto del ano c.

 

No importó lo hecho anteriormente, ni los errores de siempre. Aucas definió su peso técnico-táctico, argumentando con hechos la significación y la influencia de su espectacular performance.

 

Aunque sea al final era el partido que todos queríamos ver. No importó la ausencia de los exitistas, aquellos que le dan la espalda cuando se juega mal o se pierde o de aquellos que agazapados, afilan sus garras para herir cobardemente a la gente noble y trabajadora, como la actual, porque solo al final, la gente alzó sus manos hacia el cielo en señal de agradecimiento, junto a sus banderas, compañeras inseparables de las glorias orientales. 

 

Epílogo inolvidable de la jornada. Antes, rapidez, contundencia y solidaridad, para fabricar los goles que fueron elaborados con talento y convertidos con el alma.

 

Ahí estaba el gusto por el fútbol y la pasión de los hombres que lo juegan. El vigor del esfuerzo y el color que lo rodea para hacerlo más visible.

 

La magia de las camisetas amarillas y la aptitud profesional que los apuntala.

 

En todo el partido, explosión y júbilo, la impresionante demostración de poderío ofensivo quedó escrita con letras de oro, como el color mismo de su camiseta.

 

Era el momento propicio para mostrar las virtudes y la esencia del equipo que aspira a volver en el 2014, a su antiguo trono, a la serie de los grandes, donde siempre debe estar.

 

Eso de utilizar con criterio la pelota, ganando en anticipo, imponiendo un escalonamiento con orden y precisión, marcando los tiempos de la brega, exhibiendo un ritmo imponente y estremecedor, obligaron al repliegue del visitante que sorprendido y sin reacción, soportó en dos tiempos, cinco goles, con quince minutos de nocaut, esos que le dejaron paralizado y sin reacción.

 

De ahí en adelante todo fue un espectáculo. La pausa, el orden, las paredes cortas y desconcertantes, el golazo del “Potrito “que se detuvo en el tiempo y tras apilar a cuatro defensores, incluyendo el golero, acarició el balón con una maestría propia de los grandes.

 

Pero además, el “Tanquecito “Jimmy Delgado, embrujado desde hace seis fechas, en las que no pudo anotar, porque sus disparos caprichosos e indolentes, pegaron en el vertical u horizontal, por fin se llenó de gol al recibir un banquete de Figueroa.

 

El concierto de apertura fue emocionante. La prolijidad en defensa, medio campo y ataque de Aucas, fue lo mejor del inolvidable encuentro.

 

Entonces, el fútbol que nos gusta, a todo ritmo, de frente, devastador y fulminante quedó escrito con laboriosidad, solidaridad, temple y talento.

 

Esta victoria reconfortante que penetró en el alma de los 2.000 asistentes, fue un llamado de paz pidiendo la unión de los 5.000 ausentes, los que ojalá dejen de pensar en forma infantil y retornen al “Gonzalo Pozo Ripalda ”en el 2014.

 

El espectáculo fue aplaudido de pie y las cometitas de verano (cinco en total) que volaron en el sur, fueron atesoradas a boca llena, siendo el alimento de la semana, que se convertirá en la esperanza de triunfo para el próximo ano.

El “Ferro”, que luchó hasta el final y atacó en forma atrevida, cuando pudo, sintió los estragos de la presión infernal de Aucas y terminó con ese llama dignidad.

 

Aucas fue un soberbio espectáculo. El ingreso de los “guaguitos” José Salazar, Joel Bravo y Josué Valero,  fortificó un esquema devastador y explosivo  le dio una cara juvenil de gran futuro. Todo arriba, todo en la cumbre, todo expuesto a la inspiración individual y al mismo tiempo, al serio trabajo colectivo, a las ráfagas esperadas de inspiración, pero también al programa establecido.

 

Y si Aucas juega así con capricho, corazón y contundencia, los partidos de 2014, con dignidad y lucha inclaudicable, al final del año vendrá el premio, porque la meta sonada será ganar el campeonato y jugar Copa Libertadores de América. No hay otro camino ni otro objetivo. No hay otro verso, sin pic nic ni paseo, se debe volver al hambre de triunfos, recordando la idolatría de Gonzalo Pozo Ripalda.

 

PARA LA HISTORIA

 

S.D. Aucas.- Carlos Espinoza; Darwin Torres, Santiago Mallitasig, Henry Quiñonez, Cristhian Balseca; Juan Triviño, Omar Pilataxi, Diego Quintanilla, Gustavo Figueróa y Jimmy Delgado.

 

DT: Darwin Veloz; Asistente Técnico, Fredy Bone; Médico Omar Cisneros; Kineseólogo, Omar Vilema

 

Goles: Gustavo Figueróa (28 y 61m), Omar Pilataxi (42), Jimmy Delgado (44m) Diego Quintanilla (75m)

 

Ferroviarios. Carlos Vargas; Joao Cerna, Wilson George, Jefferson Caicedo, Jon Torres, Frixon Cangá, Marcos Quinteros, Julio Villamar, Ray Castillo y Merlín Valencia. 

 

Gonzalo Melo Ruíz.