Las autoridades fiscales de Rumania están investigando la existencia de una red de dinero negro que podría tener su origen en los traspasos internacionales de futbolistas rumanos.

La última línea de investigación concierne a Adrian Mutu, cuando fue traspasado del Dinamo de Bucarest al Inter de Milan en 1999. El club rumano dijo que el traspaso se fijó en 2,1 millones de dólares, mientras que el club italiano reconoció haber pagado 7,15 millones de dólares por el jugador.

Las autoridades fiscales han pedido documentos a la federación rumana de fútbol (FRF) para investigar los detalles financieros del traspaso, dijo Florin Prunea, portavoz de la federación, al diario Jurnalul que añadió que la FRF también había abierto su propia investigación, que podría tener consecuencias deportivas.

Mutu también jugó en el Verona y en el Parma antes de fichar por el Chelsea en agosto de 2003. En enero de 2005 Mutu firmó un contrato de cinco años con el Juventus de Turín, después de haber sido despedido por el Chelsea por haber dado positivo con cocaína.

En los primeros días de febrero, la FRF abrió una investigación sobre el traspaso de Florin Bratu desde el Rapid de Bucarest al Galatasaray turco, en 2003, después de que diversos medios locales de comunicación apuntaran la pérdida de casi un millón de dólares en la transacción.

La federación está tratando de descubrir si hay un sistema de creación de dinero negro vía la transferencia de jugadores al mercado internacional, dijo el mismo portavoz federativo.

Los medios de comunicación locales trabajan en muchos casos similares con alrededor de 30 millones de dólares que se han evaporado, después del traspaso de más de 40 jugadores al extranjero en los últimos 16 años.