La maldición del Viernes 17 golpea Turín 2006.
Italia, en general, pasa por ser uno de los países más supersticiosos del mundo por ello no es extraño que este viernes 17, la fecha maldita de los italianos, haya tenido sus efectos negativos sobre los Juegos Olímpicos de Invierno de Turín 2006.
Un viernes y 17 que muchos italianos anualmente desearían hacer desaparecer de los calendarios, en el que apenas desean salir de casa o viajar y que, cuando no tienen más remedio que hacerlo, no dudan en portar entre sus ropas objetos contra la maldición (entre ellos, especialmente, un pequeño cuerno rojo).
Sin obviar, y es frecuente verlo por las calles, en las oficinas y negocios, cuando se pronuncia esta fecha maldita, realizar algún que otro toque que para los no sabedores de su significado da que pensar en un gesto obsceno.
Pero, de momento, para supersticiosos o no, en este viernes 17 se han cancelado los entrenamientos de la prueba de saltos de esquí nórdico desde el trampolín largo; el ensayo para el supergigante masculino; y, lo más notorio, primero retrasado en unos setenta y cinco minutos y, al final, cancelación del descenso de la combinada femenina (en San Sicario Fraiteve) que, además, había visto recortado su trazado con una salida desde el portillón del supergigante.
Esta combinada, que además consta de dos mangas de eslalon (fijadas para esta tarde en San Sestriere), ha visto cambiar su orden ya que, al cancelarse el descenso (se disputará mañana), se disputan primero las dos mangas de la prueba técnica.
Todo ello teóricamente por razones meteorológicas: fuerte nevada caída durante toda la última madrugada en las zonas olímpicas y que ha ampliado el manto blanco más de lo deseado, y, sobre todo, el fuerte viento y la densa niebla que han dificultado enormemente la visibilidad, tanto que hubo momentos en los que no se veía a más allá de metro y medio.
Las causas, desde luego, son meteorológicas. Pero ya hay, y muchos, quien las ha vinculado a la maldición del viernes 17. Y es que este día es el más temido en Italia, pues viene a ser el maldito, de la misma forma que en España y otros países latinos lo es el martes 13, una fecha que para los italianos, en cambio, no representa nada negativo. En otros lugares es el viernes 13.
Pero es que, además, se da la circunstancia de que los JJ.OO. 2006 se viven en un Piamonte que es considerado como uno de los lugares más significativos y de reconocida fama internacional de la brujería; y la sede de las denominadas streghe (brujas en italiano).
Y, especialmente, Turín, ciudad considerada mundialmente como la Ciudad Mágica o Ciudad Secreta y una de las que forman, con Lyon y Praga, el denominado Triángulo Negro de la brujería.
Así, en un interesante y muy documentado libro que lleva por título Torino, misteriosa (Turín, misterioso), se cuenta el efecto benefactor de las maghe bianche.
Por ejemplo, en la noche del 12 de enero de 1565, cuando la bruja Rita -la más célebre entonces de la ciudad-, junto a su hija Esterina, intervinieron con sus conjuros para hacer saltar un complot francés para matar al duque Emanuele Filiberto.
El Duque, como agradecimiento, les concedió el beneplácito de seguir con su actividad de magia blanca sin que ninguna ley pudiera interferir jamás en ella. Hay quien dice que, más de cuatro siglos después, ambas siguen actuando.
Y a estas maghe bianche apelan en Turín'06 para paliar los efectos de la maldición del viernes y 17, para que no vaya a más su furor y altere de una forma aún más demoledora un programa de competiciones ya de por sí denso y ajustado.
Pero, a esperas de que las brujas buenas contrarresten al viernes y 17, este ya ha dejado su señal. Coincidencia o no con la superstición, pero muchos ya están deseando que pase cuanto antes la fecha maldita.