Ramiro Montenegro conversó con NEC más a fondo sobre el caso Pablo Palacios (VIDEO)

Enviado por gtapia el Lun, 25/08/2008 - 09:06

El contrato del jugador Pablo Palacios establecía en la cláusula cuarta relacionada con el precio y la forma de pago, que Aucas, dueño de los derechos deportivos de Palacios, hacía la transferencia de los mismos al Barcelona Sporting Club por $200.000, firmado el 23 de Noviembre del 2007.

La forma de pago sería la siguiente: los primeros cien mil dólares en efectivo, pagados el día de la operación, y lo restante con un cheque a pagarse el 19 de Julio del 2008.

El problema radica en que cuando revisan en la contabilidad del club a ver si es que esa segunda cantidad de $100.000 había ingresado a las arcas del club, lamentablemente jamás se había recibido ese dinero y aquí es que nace el inconveniente y "explota la bomba" en el club.

Los dirigentes proceden a poner una queja en la Comisión del Estatuto del Jugador, pidiendo que Barcelona pague la cantidad restante correspondiente a la transferencia del jugador.

Realizada esta situación, el club canario manifiesta que ya habían pagado esos 100.000, y que inclusive tenían una certificación de parte del Presidente de Aucas, el Economista Hinojoza, en el que se asevera concluido el pago por el jugador.


Lo raro de esto es que el cheque del segundo pago fue a nombre del señor Hinojoza para ser cobrado el 19 de junio del 2008, que fue depositado en su cuenta el 2 de diciembre del 2007, y mas aún ese cheque no corresponde a Barcelona sino a una empresa llamada "TORUSA".

Como ya es de conocimiento jurídico, los derechos de los jugadores de fútbol pueden pertenecer a ellos mismos, o a los clubes, pero nunca a una persona natural, por ende el señor Hinojoza no puede recibir ningún dinero.

Entonces este cheque ya habría sido cobrado, y peor aún ya que cuando este fue acreditado a la cuenta del señor Hinojoza, el mismo ya no era presidente de Sociedad Deportiva Aucas, ya que renunció el 19 de Diciembre del 2007.

Este caso es muy grave porque podría tener inclusive consecuencias penales si no se arregla por buenos términos y apegados principalmente a la verdad y al honor que nos debe caracterizar a todos los seres humanos.

Por: Gustavo Tapia Roditti