SD Aucas 2–Olmedo 3. Cuando nadie lo esperaba (77m), vino el mazazo del zurdito Eder Vaca para poner cifras definitivas (3-2) y dejar  fríos a los 2.000 aficionados que refunfuñaron durante todo el encuentro, reprobando el mal momento de algunos, la poca entrega de otros y el estallido de furia de Edwin Méndez, que no soportó la presión del contraste y mejor se fue a las duchas tras dura acción contra Ledesma.  

El empate 2-2, fue el momento crítico del partido, porque en su orden Willy Sánchez y el apagado Jimmy Delgado, no estuvieron finos. Y los fantasmas de antes, acompañaron al ídolo hasta el final. Los volantes no tenían espacios por la milimétrica marca del rival que operando a través del preciso escalonamiento fue ganando aplomo y provocó más de un contragolpe, que desnudó las serias falencias defensivas del local.

Todo fue confusión, las imperfecciones se ejecutaban en forma reiterada, el talento de Willy desapareció: Darwin Suárez, provocó el caos y aumento el nervio, por sus malas habilitaciones y poca precisión en la marca.

Y solamente después de los 94 minutos, imponiendo un desconocido estilo de errores y defectos, sin carácter de sorpresa ni protagonismo, proponiendo con pausas y desconciertos, un sistema de azar, sin visión ni inteligencia, terminaron las ilusiones de victoria del equipo más querido de Quito, que nunca fue superior ante un atrevido Olmedo, que ganó con suficiencia, personalidad y calidad.

Aucas solo para empatar debió esforzarse al máximo. Es cierto, expuso vehemencia además de perseverar en el ataque que estuvo fatal e impreciso. Sino que lo digan Delgado, Figueróa, Minda y Willy Sánchez. 

Y así, todos los horrores y recuerdos de esta lucha han quedado atrás. El primer empate (1-1) a los 62m, acción del “Choclo” Quinteros y la segunda igualdad (2-2) jugada de Santiago Mallitasig puso el drama en el Fortín del Sur.

Se pensaba en el tercero del Ídolo, por su espectacular dominio, pero nos dimos con la piedra en los dientes porque después todo fue sufrimiento. Vino una posición adelantada de Romario Caicedo, que el Asistente 1, Luis González, no la ve, después, el veloz ingreso de Romero, que obliga a Mallitasig y Mercado a tocarlo en el área, decretándose el fatídico penal que ejecutado por Eder Vaca (77m) significó la victoria del visitante. Antes, Jason Zambrano (8m) y Romario Caicedo (69m) pusieron la voz de alerta en el sur de Quito.

El repudio de los hinchas a  la paupérrima y desastrosa actuación de la tripleta, comandada por Roberto Sánchez, quien estuvo acompañado de Luis González  quien no vio el claro fuera de juego Caicedo) y Alex Marca,  fue lo más doloroso del fin del partido, porque en las afueras del estadio, cuando culminó el cotejo, la Policía detuvo con gases lacrimógenos a varios hinchas que iban a recriminar a la pésima tripleta arbitral.

El fútbol de Aucas, que ha sufrido un alarmante retroceso anímico,  físico y mental debe recuperar la dignidad. Si se pierde el espíritu de lucha, se ha declinado en lo más grande que tiene el jugador del ídolo: la garra de hoy, ayer y siempre: la dignidad para llegar hacia el triunfo final. Hay que caer con los zapatos puestos o hay que ganar con solidaridad y extenuación.

Y todos sabemos que no es el método que se utilice, sino la confianza que pueden tener los jugadores para defender el planteo, ese que lo trabajan con honestidad y laboriosidad en la semana. 

Aucas ante Olmedo, jugó con desorden, nunca tuvo claridad y solvencia en la zona contraria y cuando pudo definir, sus volantes y delanteros mataron las ilusiones de los auquistas que lloraron de la pena, porque sus jugadores dejaron escapar la posibilidad de llegar a la serie “A”, por lo menos en este año.

Al final, las posibilidades de seguir con vida, intentando llegar a la serie “A “se quedaron en el corazón de los auquistas. El análisis frío, serio, sin intermediarios ni equivocaciones, será el mejor sistema, para armar el poderoso equipo del 2014, aquel que dispute desde el inicio hasta el final, el derecho de retornar al sitial donde fue del preferido de muchos y el  pretendido por todos.

La experiencia del 2013, dolorosa para sus séquitos, ha sido un largo y escabroso camino de aprendizaje.

Pero muchos se preguntan ¿Cuál es el mejor sistema para armar un equipo bueno y competitivo? La respuesta es simple: Un DT que conozca el medio y si es extranjero, debe ser campeón con los equipos de la serie A o B que haya dirigido: un Preparador Físico con técnicas modernas y científicas, férreo y profesional. Es decir, el análisis meticuloso del equipo, con inteligente reflexión de actitud, con jóvenes y grandes, posición por posición, con estadísticas y récord, sin corazonadas ni fantochadas, es decir, jugadores que sirven para llegar al objetivo de llegar a la serie “A “.

Y de ahí, definir las funciones específicas. El entrenador debe trabajar con tiempo, para que el grupo se conozca, obteniendo con perseverancia, inteligencia y don de mando, un equipo equilibrado y que llegue al ataque con mucha gente. El sistema variará entre el clásico 4-4-2 de siempre, o al de las variantes, 4-2-3-1 y el 4-3-3.

Gonzalo Melo Ruíz.