Pekín tiene previsto demoler la mayoría de las poblaciones de sus afueras en los próximos años como parte del lavado de cara que sufre la ciudad con vistas a los Juegos Olímpicos de 2008, informó hoy el diario South China Morning Post.

En 2007, 171 de estos barrios, la mayoría en las inmediaciones de algunas de las principales instalaciones olímpicas, serán demolidos o sometidos a una notable remodelación.

Según el alcalde de la capital china, Wang Qishan, 80 de estas comunidades experimentarán mejoras en 2006.

Uno de los barrios afectados, según el rotativo, es Caihuying Xijie, cerca de la segunda circunvalación de la ciudad, donde sólo quedan ocupadas ocho viviendas, después de que la mayoría de sus habitantes se marchasen.

Algunos de los que permanecen se encuentran a la espera de que el gobierno municipal les ofrezca una solución.

No es un problema nuevo en Pekín; ya el pasado mes de junio un grupo de campesinos bloqueó el acceso a los lugares de construcción de los recintos donde se celebrarán las pruebas de remo y piragüismo para exigir compensaciones económicas por la expropiación de esos terrenos.

El Centro de Derecho a la Vivienda y Contra los Desalojos (COHRE, siglas en inglés), vinculado a Naciones Unidas, denunció al inicio de las obras olímpicas el desalojo por parte del Ayuntamiento de Pekín de al menos 300000 habitantes.

Las zonas olímpicas están situadas fundamentalmente en los suburbios de la capital, donde una gran parte de la población continúa dedicándose a la agricultura, vive con bajos ingresos y no posee las viviendas que habita.

Solamente la construcción de la Villa Olímpica, en el barrio de Chaoyang, al este de la ciudad y que tendrá 12000 kilómetros cuadrados, ha supuesto el desalojo aproximado de 5700 familias.