Molesto con las criticas de un grupo de hinchas, el técnico de la selección boliviana de fútbol, Erwín Sánchez, afirmó que ya no pedirá jugar en la ciudad de La Paz, aunque dejó la decisión en manos de los dirigentes, informaron hoy medios locales.

"Yo pedí antes (jugar) aquí, ahora no lo pido", declaró Sánchez a radio Erbol la noche del miércoles, al término del partido amistoso en el que la selección de Bolivia derrotó a la de Perú por 2-1.

"Uno pelea para jugar en La Paz, pero tal vez no deberíamos jugar aquí. Es muy duro lo que uno escucha", agregó Sánchez, según el diario La Prensa.

Sus palabras fueron una reacción ante las críticas de las que fue objeto al final del encuentro amistoso, cuyo resultado supone el fin de la mala racha de diez meses sin triunfos que tuvo a Bolivia.

Pese a la victoria, un grupo de hinchas reprochó, silbó y pidió a gritos la renuncia de "Platiní" Sánchez al final del partido.

"Estoy contento, a pesar de los silbidos. Eso me lo aguantó porque quien ha andado en diferentes campos de fútbol como yo, no le tiene miedo a veinte pelagatos. Es parte del fútbol ser silbado", declaró el entrenador.

"Es como el ejemplo del camarón que quiere salir, pero los mediocres no lo dejan. Sin embargo, eso me da la fuerza para seguir", subrayó Sánchez.

La Federación Boliviana de Fútbol y el mismo presidente Evo Morales han defendido el derecho del equipo de jugar en La Paz, ante el veto de la FIFA a escenarios situados en regiones altas.

Las resoluciones de esa entidad para restringir la práctica del fútbol en altura han sido varias desde mayo pasado y en la última se establece que, en estadios ubicados a más de 3.000 metros, "por regla no se disputarán partidos excepto en caso de disponer de un periodo de aclimatación de dos semanas como mínimo". EFE