Y ahora, ¿quién podrá defendernos?
Recordando la frase del cómico mexicano “Chapulín Colorado”, parecen repetir los jugadores del Deportivo Quito, luego de que en lugar del diálogo que es lo que había sugerido en mi opinión anterior, lamentablemente, triunfó la prepotencia y, ahora ya conocemos, que diez de los jugadores fueron separados del plantel y, cómo los restantes se han solidarizado con los sancionados, tampoco volvieron a entrenar y, según ha dicho el presidente del club, “si no van a jugar, seguirán el mismo camino que sus compañeros”. Es decir, se ha roto el hilo por el lado más débil y, lo penoso, es que quienes han sufrido las consecuencias de esta insensatez, son los jugadores de fútbol que, hasta los medianamente inteligentes conocen, que son quienes con su habilidad y capacidad deportiva, hacen que el fútbol sea el Rey de los Deportes.
La justificación directriz ha sido de que “han sido separados por bajo rendimiento y, por no haber ido a jugar a Manta, cuando esa era su obligación”. Pero, ¿los directivos no conocen que, los jugadores, solamente, reclamaban que les paguen sus sueldos de cuatro meses? ¿Acaso no es la obligación de los directivos pagar esos haberes en forma puntual? ¿Cómo se puede obligar a un trabajador impago a cumplir con su trabajo y, peor aún, a sancionarlo? Aquí una situación que no alcanzo a comprender: ¿reclamar el pago de sus sueldos mensuales y premios, es chantaje? Creo que no. Por lo tanto, para mí, una vez más se impuso la prepotencia y, al parecer, nadie puede defenderlos. Escuché al presidente de la Agremiación de Futbolistas decir delante del presidente del club que: “los jugadores tomarán la decisión y, nosotros tendremos que apoyarlos en todo” (?)
Señores jugadores del Deportivo Quito, me parece muy importante el apoyo a sus compañeros injustamente sancionados pero, espero que –ahora sí- sea hasta las últimas consecuencias. En el país, existen leyes que defienden al trabajador de los prepotentes patronos y, si eso fuera poco, ustedes pueden levantar su voz ante la FIFA y, conseguir: primero, que les cancelen hasta el último centavo de lo que les deben; y, segundo, pueden quedar con el pase en sus manos. Pues, según se conoció, esos valores de los pases, serán el respaldo del fideicomiso que desean firmar para obtener dinero de varios inversionistas. Por favor, señores futbolistas, no se dejen tratar mal, si las leyes están de su lado.
Qué pena tener que decir una vez más, que es necesario que a través de la Ley del Deporte, se establezca que para ser directivo se requiere un mínimo de preparación, y no, solamente tener dinero y deseos de figurar. Esa sería una gran labor suya, señor Ministro del Deporte. Estaré pendiente de ello. Lastimosamente, el momento en que la política ingrese al fútbol, a ver si se puede salir a tiempo y hacer bien las cosas. Futbolísticamente, el primer plantel estaba cumpliendo en gran forma y apuntaba a llegar primero en esta etapa del campeonato ecuatoriano de fútbol y disputar el título. Sin embargo, al parecer, lo que se desea por parte de los dirigentes, no es alcanzar los primeros lugares, sino conseguir jugadores que “amen al club y que no reclamen nada”. Ojalá todo lo que desean con esa prepotencia, se haga realidad y, por el contrario, que sea yo quien está equivocado. Sin embargo, haciendo un poco de historia del fútbol ecuatoriano y, teniendo en cuenta la experiencia de 60 años viviendo de cerca el balompié rentado ecuatoriano, yo creo que eso nunca ocurrirá.
Jorge García Romo