¿Hasta dónde se ha llegado?
La violencia dentro del campo del fútbol, parece que no se trata de asuntos puntuales, sino que, la descomposición social que al momento existe en todo el país, parece que también ha atrapado en sus tentáculos a este maravilloso deporte. Sin embargo, las situaciones difíciles en el balompié rentado ecuatoriano, comenzaron desde hace mucho tiempo, cuando el quemeimportismo de algunos dirigentes de la FEF, llevaron incluso a decir que los equipos “pueden irse del seno de la FEF cuando quieran”. ¿O no se acuerdan de ello? Para que no se olviden, todo partió del famoso “Canal del Fútbol” que hoy maneja la FEF, directamente y, que conocemos que quienes ganaron la “licitación pública”, ni siquiera cumplen con los pagos que deberían a los clubes de fútbol. Mientras que, los aficionados, que hemos adquirido los “paquetes televisivos” para poder mirar esos partidos, sufrimos enormemente por la poca capacidad de quienes “relatan” los mismos. Por eso yo, veo el partido, mientras plácidamente, escucho buena música orquestada.
Pero, que –al parecer- por una elección para la presidencia del Club Aucas, sicarios hayan ingresado a las oficinas de Doña Mónica Gordón, Gerente y única candidata a la presidencia en las nuevas elecciones del plantel, y le hayan privado de la vida mediante dos disparos. Por eso mi titular ¿hasta dónde se ha llegado?. Nadie puede pecar diciendo, “la única verdad es la mía” pero, si creo y con convicción, que todo este mal proviene de la cabeza. Si la cabeza de un organismo dice y hace lo que hemos visto, oído y leído, ¿qué podemos esperar del resto?.
Vivimos en un mundo convulsionado, donde la falta de educación de la gente, nos lleva a ver muchas cosas que, en realidad no tienen sentido pero, que –lamentablemente- se realizan. Si a todo esto se le suma la política, totalmente mal llevada por los incapaces dirigentes (toda regla tiene su excepción), comenzamos a no pagar a los jugadores y miembros del cuerpo técnico, decir luego que los van a separar porque “no aceptan chantajes”(?). Es algo que se sale de lo normal, por no decir otros términos peores. ¿Acaso el reclamar lo que les deben, es un chantaje? Señores, por favor miren lo que dice de ese término la Real Academia de la Lengua Castellana”?: “Chantaje (del francés chantage), extorsión (del latín extorsĭo, -ōnis) es la amenaza de difamación pública o daño semejante para obtener algún provecho pecuniario o material de alguien u obligarlo a actuar de una determinada manera”. Los jugadores no les están extorsionando. Lo único que están realizando, es exigirles que les paguen lo que, por contrato firmado les deben. Además, si desearían hacerle daño al club, la solución es muy simple: enviar con su firma una notificación de que están impagos más de dos meses a la FIFA, a través de la FEF y, automáticamente, ellos son dueños de su pase y, a más de exigir que les paguen, pueden ir a jugar en cualquier equipo del mundo. Eso sí sería lamentable pues, el Deportivo Quito perdería todo su “capital” que representa el valor de los pases de cada jugador.
Sin embargo, que toda esta tan penosa situación haya terminado con la muerte de la dirigente de un club de fútbol, me parece que ha llegado a límites que, todas las autoridades deberían entender primero e, iniciar reales investigaciones para que algo así no vaya a ocurrir nuevamente. En un comentario anterior, cuando el señor Ramiro Gordón fue amenazado con panfletos anónimos, yo le decía que no haga caso, porque aquellos que se amparan en el anonimato son cobardes y nunca dan la cara. Mil perdones señor Gordón por mi equivocación, lo que no me di cuenta, es que el cobarde puede contratar sicarios para que hagan algo que ellos, por su cobardía, no pueden hacerlo.
Mi nota de condolencia para la familia de la fallecida y, para toda la hinchada de ese Aucas, que está en el corazón del pueblo, y a quien, junto a su padre, Doña Mónica Gordón entregó su amor y sus conocimientos, tratando de que el popular club capitalino salga del duro trance en que se encuentra deportivamente. Paz en su tumba.
Jorge García Romo.