Brasil, eterna favorita, busca un delantero centro para sustituir a Ronaldo.
La selección brasileña dirigida
por Dunga tiene la difícil tarea de renovarse, después del fracaso
del Mundial'06, y encontrar un delantero que haga olvidar a Ronaldo
para volver a enamorar a su público.
Carlos Caetano Bledorn Verri, "Dunga", llegó al banquillo de Brasil sin haber dirigido ningún club antes, pero con el aval de haber sido capitán de la "canarinha" durante el triunfo en el Mundial de Estados Unidos'94.
Dunga llegó en un momento difícil, tras el fracaso del Mundial de Alemania, en el que acabó la selección victoriosa de 2002, y en medio de críticas por el alejamiento de los jugadores de la afición.
La selección del último Mundial estaba básicamente formada por jugadores de ligas europeas que ni llegaron a pisar suelo brasileño para sus partidos de preparación, que realizaron en Suiza.
El ex capitán del 94 llegó con el encargo de hacer una profunda limpieza de jugadores y volver a acercar la "verdeamarilla" a los brasileños.
De momento, no ha conseguido corregir este aspecto y ha sido criticado por convocar sólo a dos jugadores de la liga brasileña: el central del Sao Paulo, Álex Silva, y el lateral del Santos, Kléber.
También se le ha pedido repetidamente la convocatoria del portero del Sao Paulo, el veterano Rogerio Ceni, que está realizando una campaña espectacular, con la portería menos batida de la liga.
En la "limpieza" cayeron figuras históricas como Dida, Roberto Carlos, Cafú, Émerson y, sobre todo, el cuestionado delantero Ronaldo, al que Dunga no le ha encontrado sustituto todavía.
La camisa "9" es la que más quebraderos de cabeza le está dando al seleccionador.
Ya la han vestido Vágner Love, del CSKA de Moscú ruso, Affonso, máximo goleador de la liga holandesa con el Herenveen, y Fred, del Olympique de Lyon francés, pero ninguno ha hecho olvidar al "gordo" del Milán italiano.
En los 20 partidos que ha dirigido Dunga, estos tres delanteros sumaron cinco goles, menos que Robinho, el segundo delantero, que sólo en la Copa América marcó seis.
Aun así, Dunga confía en Vágner Love y en Affonso, pero no oculta que si unos meses antes del Mundial Ronaldo está jugando con un nivel competitivo, podría recuperarlo.
Otra posición cuestionada es la portería. Ni Doni (Roma italiano) ni Julio César (Inter de Milán italiano) han mostrado la seguridad de porteros históricos como Taffarel o Dida.
Pese a cualquier crítica, Brasil es uno de los indudables favoritos en las eliminatorias, como ya demostró en la Copa América de Venezuela, que ganó a pesar de no contar con dos de sus estrellas, Kaká (Milán italiano) y Ronaldinho (Barcelona español).
Con esos dos jugadores, capaces de marcar diferencias con todo el mundo en la zona media, donde se cuece la elaboración del "jogo bonito", Brasil se pone a la cabeza del resto de selecciones sudamericanas.
Ambos pueden desequilibrar un partido en una jugada individual.
Kaká es un ejemplo de la verticalidad y eficacia de cara al gol, y Ronaldinho es la personificación de los futbolistas de juegos de vídeo, con sus regates imposibles y un amplísimo abanico de malabarismos.
Robinho y Diego, que fueron campeones de la liga brasileña en 2002 y ahora visten las camisetas del Real Madrid y del Werder Bremen alemán, respectivamente, también son garantía de buen juego y buen relevo en la media punta.
El madridista tiene la confianza del entrenador, por lo que será un titular fijo, por lo menos en los primeros encuentros de las eliminatorias.
Además, Brasil cuenta con una de las mejores líneas defensivas de su historia, con centrales de calidad como Juan (Roma), Lucio (Bayern Múnich), Álex (Chelsea) y Álex Silva (Sao Paulo), y una medular con garra, con Gilberto Silva (Arsenal) y Mineiro (Hertha Berlín).
Por las bandas quizá haya perdido profundidad con respecto al último Mundial.
Sólo Daniel Alves, del Sevilla español, que fue tentado por el Chelsea inglés y el Real Madrid el pasado período de fichajes, tiene calidad como para sorprender con rápidas llegadas por la banda derecha. EFE
Dunga y un doble desafío: clasificar y clasificar jugando bien
El seleccionador brasileño, Carlos Caetano Bledorn Verri "Dunga", tendrá su prueba de fuego en las eliminatorias suramericanas para el Mundial del 2010 y las encara con un doble desafío: clasificar y clasificar jugando bien.
Dunga, capitán del equipo que ganó el Mundial de Estados Unidos en el 2004, asumió las riendas de la selección brasileña en julio del año pasado, tras el fracaso de Alemania'2006, y se vio obligado a dirigir incluso un necesario y parcial relevo generacional.
Con una fama de duro muy bien ganada en sus tiempos de jugador y defensor del fútbol de resultados, a Dunga no le ha ido nada mal en la que es primera experiencia como entrenador.
Hasta ahora, bajo su mando, el equipo ha ganado catorce partidos, empató cuatro y perdió dos. Además, conquistó el título de la Copa América, disputada en Venezuela, en lo que supuso el debut de Dunga como técnico en una competición oficial.
De cara a sus primeras eliminatorias como entrenador, ha dicho que su primera prioridad es "clasificar" y la segunda hacerlo "jugando bien", consciente de los elevados niveles de exigencia de una hinchada adepta al "jogo bonito".
"Lo importante es llegar a Suráfrica con moral y darle la mayor continuidad posible al trabajo que estamos haciendo", sostuvo.
Según Dunga, el éxito en la Copa América, al que pocos apostaban incluso en Brasil, ya ha quedado en el pasado y las eliminatorias son otra cosa.
"Es muy diferente. En Venezuela era un torneo corto, con todo el mundo jugando fuera de casa, pero ahora vamos a una competición muy larga, con muchos viajes y mucho desgaste, por lo que la dificultad va a ser mucho mayor", consideró.
El técnico cree que todas las selecciones serán "peligrosas" y en el dicho de que en el fútbol de hoy "no hay rival pequeño".
Además, sabe que "todo el mundo juega contra Brasil de una manera diferente, con mucha más motivación y garra", por lo que su equipo afrontará "cada partido como si fuese el último, como si fuese una final".
Además de la obvia Argentina, Dunga sostuvo que "todos serán adversarios difíciles", aunque menciona especialmente a Uruguay, Paraguay, Ecuador y Chile.
No obstante, el técnico apuesta en la tradición y la habilidad de los jugadores brasileños para que sea su equipo el que controle los partidos: "Seremos nosotros los que haremos que un partido sea más o menos difícil, de acuerdo con lo que sepamos presentar en campo".
A diferencia de otros técnicos, Dunga valora las eliminatorias bajo el actual formato, que supone un torneo de casi dos años de duración.
"Las eliminatorias así dan una sustentación y el equipo adquiere una mejor postura y crece mucho más", declaró Dunga, quien cree que los amistosos son útiles, pero no motivan al jugador tanto como un torneo oficial y en el que además se juega la clasificación a un Mundial.
Dunga se niega a identificar a los que considera sus mejores jugadores, pese a que cuenta con estrellas como Kaká, Ronaldinho Gaúcho o Robinho. Para él, lo importante es "el grupo".
"Hay que tener coherencia en lo que se hace. Cuando los jugadores corresponden con lo que se quiere, no hay por qué hacer cambios, pero cuando eso no sucede se cambia lo que sea necesario, siempre en bien del grupo", sostiene. EFE
Kaká, el más "europeo" de los brasileños, está llamado a guiar a la selección
Kaká está lejos de todos los tópicos aplicados a los futbolistas brasileños, pero, por su calidad abrumadora, está llamado a robarle protagonismo a Ronaldinho Gaúcho y también a Robinho, el "preferido" de Dunga.
Tanto por sus rasgos físicos como por su estilo de juego fuerte, directo y vertical, que siempre se dirige al gol a la vez que huye de malabarismos y florituras, Ricardo Iczeson Santos Leite "Kaká", responde más a los cánones del fútbol europeo que brasileño.
Tampoco sigue los pasos de otros ídolos de Brasil como Romario, Ronaldo o Ronaldinho, a los que se les ha acusado, alguna vez, de dejar afectar su juego por su afición a las fiestas.
Kaká no sale, no bebe y es profundamente religioso. Dedica todos sus goles a Dios, a raíz de un accidente en el que casi se queda paralítico cuando era sólo un niño.
Además, el mediapunta nació lejos de una favela, en un exclusivo barrio de la capital brasileña, Brasilia, y no tiene a sus espaldas una conmovedora historia de superación.
Quizá el estilo de juego de Kaká, atípico en Brasil, se pueda explicar por el hecho de que haberse criado lejos de los terrenos escarpados por los que se derraman las favelas de Río de Janeiro.
Los habitantes de estas barriadas están orgullosos de la "ginga", el movimiento de caderas que se hace necesario para subir por sus cuestas y que es común tanto a la samba como a las "bicicletas" de Robinho.
Kaká carece de esa "gracia", pero ha conseguido ganar la adoración de su afición y el reconocimiento del mundo entero, porque cada vez que la pelota llega a sus pies, consigue hacer que le tiemblan las piernas a la defensa rival.
Tiene la virtud de recoger la pelota en el medio campo y guiarla hasta el área rival con velocidad y sin un movimiento más de los necesarios.
En la frontal del área es donde demuestra más recursos. Es capaz de dar un pase certero al compañero mejor colocado, para dejarlo a solas con el portero, o de soltar su pierna y fusilar con precisión desde media distancia.
Esa capacidad para rematar de lejos también rinde frutos en los lanzamientos de falta, que Kaká ejecuta con fuerza y colocación, lo que le ha garantizado muchos tantos en la liga italiana.
Estas virtudes le han llevado, a sus 25 años, a jugar dos finales de la Liga de Campeones con el Milán y ganar una.
Es firme candidato para recibir este año el "Balón de Oro", de la revista francesa "France Football" que reconoce al mejor jugador en ligas europeas.
Pero antes, con 19 años, ya ganó el premio al mejor jugador de la liga brasileña, jugando con el Sao Paulo, y el año pasado obtuvo el premio al mejor jugador de la Liga de Campeones.
Con la selección, ya estuvo como suplente en el Mundial de 2002, ganado por Brasil, pero prácticamente no jugó.
Un año después, el Milán se fijó en él y desembolsó 8,5 millones de dólares por su fichaje, una cantidad irrisoria comparada con los 100 millones que ha llegado a ofrecer el Real Madrid por él este año.
En el Mundial de Alemania, Kaká todavía no llevaba la vitola de gran protagonista de la "canarinha", pero tras el cambio generacional que impuso el técnico Dunga, el de Brasilia está llamado a ser el faro que guíe a la nueva selección.
Sin embargo, su petición de ser dispensado de la última Copa América, disputada el pasado julio en Venezuela, va a hacer que le cueste ganarse el puesto.
Robinho es el preferido de Dunga, porque él sí aceptó liderar a la selección en la Copa América y porque, según el técnico, "encarna los valores del fútbol brasileño".
Pero Robinho no es tan resolutivo como Kaká y eso Dunga lo sabe.
Además, el otro astro de la selección, Ronaldinho, está rodeado de dudas y polémicas en su club, el Barcelona español, que podrían repercutir en la selección.
Ajeno a toda polémica, este brasileño "europeo y atípico" tiene todo para el líder de la "verde-amarilla" durante las eliminatorias y también en el próximo Mundial. EFE
Carlos Caetano Bledorn Verri, "Dunga", llegó al banquillo de Brasil sin haber dirigido ningún club antes, pero con el aval de haber sido capitán de la "canarinha" durante el triunfo en el Mundial de Estados Unidos'94.
Dunga llegó en un momento difícil, tras el fracaso del Mundial de Alemania, en el que acabó la selección victoriosa de 2002, y en medio de críticas por el alejamiento de los jugadores de la afición.
La selección del último Mundial estaba básicamente formada por jugadores de ligas europeas que ni llegaron a pisar suelo brasileño para sus partidos de preparación, que realizaron en Suiza.
El ex capitán del 94 llegó con el encargo de hacer una profunda limpieza de jugadores y volver a acercar la "verdeamarilla" a los brasileños.
De momento, no ha conseguido corregir este aspecto y ha sido criticado por convocar sólo a dos jugadores de la liga brasileña: el central del Sao Paulo, Álex Silva, y el lateral del Santos, Kléber.
También se le ha pedido repetidamente la convocatoria del portero del Sao Paulo, el veterano Rogerio Ceni, que está realizando una campaña espectacular, con la portería menos batida de la liga.
En la "limpieza" cayeron figuras históricas como Dida, Roberto Carlos, Cafú, Émerson y, sobre todo, el cuestionado delantero Ronaldo, al que Dunga no le ha encontrado sustituto todavía.
La camisa "9" es la que más quebraderos de cabeza le está dando al seleccionador.
Ya la han vestido Vágner Love, del CSKA de Moscú ruso, Affonso, máximo goleador de la liga holandesa con el Herenveen, y Fred, del Olympique de Lyon francés, pero ninguno ha hecho olvidar al "gordo" del Milán italiano.
En los 20 partidos que ha dirigido Dunga, estos tres delanteros sumaron cinco goles, menos que Robinho, el segundo delantero, que sólo en la Copa América marcó seis.
Aun así, Dunga confía en Vágner Love y en Affonso, pero no oculta que si unos meses antes del Mundial Ronaldo está jugando con un nivel competitivo, podría recuperarlo.
Otra posición cuestionada es la portería. Ni Doni (Roma italiano) ni Julio César (Inter de Milán italiano) han mostrado la seguridad de porteros históricos como Taffarel o Dida.
Pese a cualquier crítica, Brasil es uno de los indudables favoritos en las eliminatorias, como ya demostró en la Copa América de Venezuela, que ganó a pesar de no contar con dos de sus estrellas, Kaká (Milán italiano) y Ronaldinho (Barcelona español).
Con esos dos jugadores, capaces de marcar diferencias con todo el mundo en la zona media, donde se cuece la elaboración del "jogo bonito", Brasil se pone a la cabeza del resto de selecciones sudamericanas.
Ambos pueden desequilibrar un partido en una jugada individual.
Kaká es un ejemplo de la verticalidad y eficacia de cara al gol, y Ronaldinho es la personificación de los futbolistas de juegos de vídeo, con sus regates imposibles y un amplísimo abanico de malabarismos.
Robinho y Diego, que fueron campeones de la liga brasileña en 2002 y ahora visten las camisetas del Real Madrid y del Werder Bremen alemán, respectivamente, también son garantía de buen juego y buen relevo en la media punta.
El madridista tiene la confianza del entrenador, por lo que será un titular fijo, por lo menos en los primeros encuentros de las eliminatorias.
Además, Brasil cuenta con una de las mejores líneas defensivas de su historia, con centrales de calidad como Juan (Roma), Lucio (Bayern Múnich), Álex (Chelsea) y Álex Silva (Sao Paulo), y una medular con garra, con Gilberto Silva (Arsenal) y Mineiro (Hertha Berlín).
Por las bandas quizá haya perdido profundidad con respecto al último Mundial.
Sólo Daniel Alves, del Sevilla español, que fue tentado por el Chelsea inglés y el Real Madrid el pasado período de fichajes, tiene calidad como para sorprender con rápidas llegadas por la banda derecha. EFE
Dunga y un doble desafío: clasificar y clasificar jugando bien
El seleccionador brasileño, Carlos Caetano Bledorn Verri "Dunga", tendrá su prueba de fuego en las eliminatorias suramericanas para el Mundial del 2010 y las encara con un doble desafío: clasificar y clasificar jugando bien.
Dunga, capitán del equipo que ganó el Mundial de Estados Unidos en el 2004, asumió las riendas de la selección brasileña en julio del año pasado, tras el fracaso de Alemania'2006, y se vio obligado a dirigir incluso un necesario y parcial relevo generacional.
Con una fama de duro muy bien ganada en sus tiempos de jugador y defensor del fútbol de resultados, a Dunga no le ha ido nada mal en la que es primera experiencia como entrenador.
Hasta ahora, bajo su mando, el equipo ha ganado catorce partidos, empató cuatro y perdió dos. Además, conquistó el título de la Copa América, disputada en Venezuela, en lo que supuso el debut de Dunga como técnico en una competición oficial.
De cara a sus primeras eliminatorias como entrenador, ha dicho que su primera prioridad es "clasificar" y la segunda hacerlo "jugando bien", consciente de los elevados niveles de exigencia de una hinchada adepta al "jogo bonito".
"Lo importante es llegar a Suráfrica con moral y darle la mayor continuidad posible al trabajo que estamos haciendo", sostuvo.
Según Dunga, el éxito en la Copa América, al que pocos apostaban incluso en Brasil, ya ha quedado en el pasado y las eliminatorias son otra cosa.
"Es muy diferente. En Venezuela era un torneo corto, con todo el mundo jugando fuera de casa, pero ahora vamos a una competición muy larga, con muchos viajes y mucho desgaste, por lo que la dificultad va a ser mucho mayor", consideró.
El técnico cree que todas las selecciones serán "peligrosas" y en el dicho de que en el fútbol de hoy "no hay rival pequeño".
Además, sabe que "todo el mundo juega contra Brasil de una manera diferente, con mucha más motivación y garra", por lo que su equipo afrontará "cada partido como si fuese el último, como si fuese una final".
Además de la obvia Argentina, Dunga sostuvo que "todos serán adversarios difíciles", aunque menciona especialmente a Uruguay, Paraguay, Ecuador y Chile.
No obstante, el técnico apuesta en la tradición y la habilidad de los jugadores brasileños para que sea su equipo el que controle los partidos: "Seremos nosotros los que haremos que un partido sea más o menos difícil, de acuerdo con lo que sepamos presentar en campo".
A diferencia de otros técnicos, Dunga valora las eliminatorias bajo el actual formato, que supone un torneo de casi dos años de duración.
"Las eliminatorias así dan una sustentación y el equipo adquiere una mejor postura y crece mucho más", declaró Dunga, quien cree que los amistosos son útiles, pero no motivan al jugador tanto como un torneo oficial y en el que además se juega la clasificación a un Mundial.
Dunga se niega a identificar a los que considera sus mejores jugadores, pese a que cuenta con estrellas como Kaká, Ronaldinho Gaúcho o Robinho. Para él, lo importante es "el grupo".
"Hay que tener coherencia en lo que se hace. Cuando los jugadores corresponden con lo que se quiere, no hay por qué hacer cambios, pero cuando eso no sucede se cambia lo que sea necesario, siempre en bien del grupo", sostiene. EFE
Kaká, el más "europeo" de los brasileños, está llamado a guiar a la selección
Kaká está lejos de todos los tópicos aplicados a los futbolistas brasileños, pero, por su calidad abrumadora, está llamado a robarle protagonismo a Ronaldinho Gaúcho y también a Robinho, el "preferido" de Dunga.
Tanto por sus rasgos físicos como por su estilo de juego fuerte, directo y vertical, que siempre se dirige al gol a la vez que huye de malabarismos y florituras, Ricardo Iczeson Santos Leite "Kaká", responde más a los cánones del fútbol europeo que brasileño.
Tampoco sigue los pasos de otros ídolos de Brasil como Romario, Ronaldo o Ronaldinho, a los que se les ha acusado, alguna vez, de dejar afectar su juego por su afición a las fiestas.
Kaká no sale, no bebe y es profundamente religioso. Dedica todos sus goles a Dios, a raíz de un accidente en el que casi se queda paralítico cuando era sólo un niño.
Además, el mediapunta nació lejos de una favela, en un exclusivo barrio de la capital brasileña, Brasilia, y no tiene a sus espaldas una conmovedora historia de superación.
Quizá el estilo de juego de Kaká, atípico en Brasil, se pueda explicar por el hecho de que haberse criado lejos de los terrenos escarpados por los que se derraman las favelas de Río de Janeiro.
Los habitantes de estas barriadas están orgullosos de la "ginga", el movimiento de caderas que se hace necesario para subir por sus cuestas y que es común tanto a la samba como a las "bicicletas" de Robinho.
Kaká carece de esa "gracia", pero ha conseguido ganar la adoración de su afición y el reconocimiento del mundo entero, porque cada vez que la pelota llega a sus pies, consigue hacer que le tiemblan las piernas a la defensa rival.
Tiene la virtud de recoger la pelota en el medio campo y guiarla hasta el área rival con velocidad y sin un movimiento más de los necesarios.
En la frontal del área es donde demuestra más recursos. Es capaz de dar un pase certero al compañero mejor colocado, para dejarlo a solas con el portero, o de soltar su pierna y fusilar con precisión desde media distancia.
Esa capacidad para rematar de lejos también rinde frutos en los lanzamientos de falta, que Kaká ejecuta con fuerza y colocación, lo que le ha garantizado muchos tantos en la liga italiana.
Estas virtudes le han llevado, a sus 25 años, a jugar dos finales de la Liga de Campeones con el Milán y ganar una.
Es firme candidato para recibir este año el "Balón de Oro", de la revista francesa "France Football" que reconoce al mejor jugador en ligas europeas.
Pero antes, con 19 años, ya ganó el premio al mejor jugador de la liga brasileña, jugando con el Sao Paulo, y el año pasado obtuvo el premio al mejor jugador de la Liga de Campeones.
Con la selección, ya estuvo como suplente en el Mundial de 2002, ganado por Brasil, pero prácticamente no jugó.
Un año después, el Milán se fijó en él y desembolsó 8,5 millones de dólares por su fichaje, una cantidad irrisoria comparada con los 100 millones que ha llegado a ofrecer el Real Madrid por él este año.
En el Mundial de Alemania, Kaká todavía no llevaba la vitola de gran protagonista de la "canarinha", pero tras el cambio generacional que impuso el técnico Dunga, el de Brasilia está llamado a ser el faro que guíe a la nueva selección.
Sin embargo, su petición de ser dispensado de la última Copa América, disputada el pasado julio en Venezuela, va a hacer que le cueste ganarse el puesto.
Robinho es el preferido de Dunga, porque él sí aceptó liderar a la selección en la Copa América y porque, según el técnico, "encarna los valores del fútbol brasileño".
Pero Robinho no es tan resolutivo como Kaká y eso Dunga lo sabe.
Además, el otro astro de la selección, Ronaldinho, está rodeado de dudas y polémicas en su club, el Barcelona español, que podrían repercutir en la selección.
Ajeno a toda polémica, este brasileño "europeo y atípico" tiene todo para el líder de la "verde-amarilla" durante las eliminatorias y también en el próximo Mundial. EFE