¡Obreros sí, estrellas no!

Enviado por andre el Lun, 29/07/2013 - 14:04

Uno de los mejores técnicos que ha tenido el fútbol argentino Don Carlos Timoteo Griguol, dijo algún día cuando dirigía a Ferrocarril Oeste, equipo con el que obtuvo notables éxitos, cuando era tentado por uno de los grandes del fútbol del país sureño, ¡obreros sí, estrellas no¡; y, cuando fue requerido por los periodistas deportivos que cuál era el fundamento de su afirmación, el respondió, que cuando se tiene en un equipo de fútbol a jugadores que se entregan en el campo de juego –verdaderos obreros de overol- en igualdad de condiciones, mucho se podía obtener con ellos pero, si en el plantel existen varias “estrellas” –vestidos de smoking-, es mucho más difícil poder armonizarles y llevarles a conseguir el éxito.

 

Esas palabras escuchadas hace unos 30 años, me acordé viéndole jugar  a la Universidad Católica. Un equipo que subió de categoría a la primera y, en esta segunda etapa, lleva ya quince puntos en la tabla posicional en cinco partidos jugados. Sí, es un equipo de obreros, donde todos apoyan a sus compañeros empujando a todo el plantel a conseguir triunfos y, bajo ningún motivo jugando para alguno o para varias estrellas. Se trata de un equipo joven, con un gran estado físico y, con una aplicación técnica asombrosa, bajo la batuta de un excelente técnico, donde cada jugador sabe lo que tiene que hacer en el terreno de juego y, apoyando a sus compañeros a cada momento, en la defensa, medio campo y delantera.

 

En este equipo, no sobresale nadie en particular. Cada uno de los jugadores cumple con las disposiciones de su Director Técnico y, lo hacen, como buenos trabajadores, en cualquier actividad de la vida. Los integrantes del bloque defensivo conocen sus deberes para impedir que su valla sea vulnerada; los del medio campista, contienen y crean juego; y, los delanteros, hacen goles. Así de simple es el fútbol. Sin cosas de otro mundo. Lo difícil es el pasar de la hoja del cuerpo técnico con la planificación y la estrategia necesaria para conseguir un triunfo y, el que el aficionado lo pueda ver en la cancha de juego.

 

A diferencia de otros planteles ecuatorianos, donde –lamentablemente- alguna cosa falta. Unos tienen buenos jugadores, jóvenes y con mucha calidad pero, los técnicos están de más pues, o ya terminaron su ciclo o, ya no hay nuevas ideas. Otros, tienen buenos técnicos pero, fallan los jugadores, unas veces porque no tienen la calidad necesaria o, simplemente, porque no están los que deberían; y, finalmente, existen otros donde teniendo buenos jugadores y buenos técnicos, son los dirigentes los que no cumplen con su cometido y mantienen a los trabajadores del fútbol con “hambre” pero, no de goles y triunfos que es lo que todos deseamos, sino en realidad, sin el dinero que, debería estar celosamente en las cuentas personales de los jugadores en forma mensual, para completar el círculo del éxito futbolístico. Qué pena que se puede contratar del exterior a jugadores, técnicos, médicos, etc., pero, no dirigentes….

 

Felicitaciones jugadores del “Trencito Azul” y, a no desmayar. Por el contrario, a seguir adelante dando alegrías no solo a sus parciales, sino a todos los aficionados al mejor de los deportes, que nos gusta ver buen fútbol.

 

Jorge García Romo.